Es un óleo sobre lienzo de
175x193 cm, una obra de juventud realizada hacia 1523, forma junto a Ofrenda a Venus, del Museo del Prado, y Baco y Ariadna, de la Galería Nacional
de Londres, la serie pintada para el duque de Ferrara por Tiziano. Se
representa aquí un tema mitológico, una bacanal, fiesta del dios del vino, se
enmarca en la isla de Ándros en el mar Egeo, dotada de un arroyo donde
precisamente se vertía esta bebida. En esta obra, Ariadna, al despertarse,
descubre que ha sido abandonada por
Teseo, al que se ve alejarse en un velero. La alegre llegada del cortejo de
sátiros de Dionisos, bajo un cielo
tumultuoso que anuncia tormenta, típico de los pintores de la escuela veneciana
del siglo XVI, a la que pertenece el autor del cuadro, precede al enamoramiento
que experimentará el dios del vino de Ariadna, reflejado en otro cuadro de
Tiziano, “Baco y Ariadna”. El tema
recoge, pues, la tradición clásica de las fiestas dionisíacas y constituye un
canto a los placeres de la vida.
En
el centro dos muchachas se embriagan después de haber acompañado con sus
flautas una melodía cuyo texto aparece en un pequeño escrito: «Quien bebe y no
vuelve a beber, no sabe lo que es beber». A su derecha, el desnudo de Ariadna
despertándose está inspirado en la
Venus dormida de Giorgione. Les rodea el bullicio de los
bacantes que beben y cantan alegremente. Al fondo podemos ver a Sileno dormido
sobre un lecho natural, el más viejo, sátiro y borracho de los seguidores de
Dionisos, una especie de dios menor de la embriaguez. El protagonismo de los
cuerpos en la escena denota, probablemente, la influencia de Miguel Ángel, pero
aquí las figuras tienen una movilidad más moderada, lo que favorece un dinámico
equilibrio entre las formas.
En
el aspecto cromático, Tiziano llega a cumbres que sólo van a superar los
impresionistas del XIX con su concepto científico de los colores. Mezcla sabiamente
los colores cálidos (rojo, naranja y amarillo) con los fríos (verde, azul y
violeta), de tal manera que la sensación de intensidad y vitalidad que
proporcionan los primeros, se contrarresta con la laxitud de los segundos. El
cuadro presenta una composición ascendente en diagonal, desde la esquina
inferior izquierda, hasta el anciano que se encuentra durmiendo en la parte
superior de la derecha.
Manuales de Arte. Adaptado por R.R.C.