Tanto por la calidad de su arquitectura, como por su buen estado de conservación, se conoce a Gerasa (Jerash) como la Pompeya asiática. La mayoría de sus restos son del período romano y bizantino. Situada a unos cuarenta kilómetros al norte de la actual capital de Jordania, sus ruinas representan una de las ciudades romanas más importantes del Próximo Oriente. En el siglo I de nuestra era alcanzó una gran prosperidad e incrementó sus actividades comerciales, gracias a la construcción de calzadas romanas que pasaban por la zona. En el siglo siguiente también mostró un gran desarrollo y su población llegó a alcanzar entre veinte y veinticinco mil personas. Nicómaco, filósofo y matemático neopitagórico, era de aquí y fue considerado una autoridad durante un milenio.
En cuanto a los edificios más importantes habría que destacar el arco de Adriano, construido en el 130 d. de J.C., un circo, dos enormes templos dedicados a Zeus y a Artemisa, dos teatros, una larga avenida con columnas de ochocientos metros y una maravillosa plaza pública (el foro) con forma elíptica rodeada de una columnata. Desde mediados del siglo IV vivió en la ciudad una importante comunidad cristiana, llegando a construir una catedral. Más adelante se seguirían levantando iglesias hasta sobrepasar la docena, con suelos elaborados a base de ricos mosaicos.
R.R.C.