Tiene dos cuerpos, divididos por
grandes columnas uniéndose los laterales al central por medio de unas grandes
volutas o alerones, rematándose la calle central con una gran moldura curva que
a modo de frontón forma un casquete de bóveda con el grupo escultórico de la
Asunción de Nuestra Señora.
En las tres calles que componen la
fachada, dividida por pares de columnas de fuste estriado de orden corintio y
compuesto respectivamente, se abren las tres puertas, que corresponden a las
tres naves del interior del templo. La puerta del Perdón o central para el
acceso de los personajes reales, está enmarcada por un baquetón acodado y una
guarnición de mármol azul y jaspe rojizo. Encima de esta puerta, que entra
dentro del gran arco o nicho, que forma una gran concavidad hasta el remate de la
fachada, hay una hornacina con un grupo escultórico de la Virgen María entre
los Arcángeles San Gabriel y San Rafael y sobre las cornisas, las estatuas de
San Patricio y Lorenzo Justiniano.
En la parte superior, entre
columnas, las efigies de San Fernando y San Hermenegildo. En los zócalos, los
bustos de los Apóstoles, la estatua de San Juan Bautista y San José, en las
puertas laterales; las de los cuatro Santos de Cartagena: San Isidoro, San
Leandro, San Fulgencio y Santa Florentina, en los intercolumnios.
Las estatuas del segundo cuerpo
representan a San Ginés, San Liciniano, San Poncio Bracarense y San Palucio. En
los extremos laterales hay dos hornacinas con las efigies de Santo Tomás y
Santa Teresa y sobre ellas las de San Pedro y San Pablo.
La acertada y delicada
distribución de ventanas, ornamentos, atributos religiosos y demás detalles,
como tiaras, mitras, cetros e instrumentos músicos en las pilastras, completan
este maravilloso retablo de la monumental fachada.
Las otras dos puertas son la del
lado norte, de San Juan, para el Obispo, y la del lado opuesto, de San José,
para el Cabildo Municipal, sobre las cuales acordó el Cabildo colocar los
escudos de la ciudad y del Cardenal Belluga.
Recordar la monumental torre de más de
noventa metros de altura con la que cuenta esta catedral, claramente visible
cuando contemplamos su fachada principal, el efecto que produce ambas
construcciones en el espectador es magnífico.
R.R.C.