Se trata de una tabla de gran
tamaño pintada al temple, de 203 X 314 centímetros encargada a Botticelli para
la Villa di Castello, de la que era propietario Lorenzo di Pierfrancesco
Medici, primo segundo de Lorenzo el Magnífico, realizada en 1480, en pleno
Renacimiento italiano. Actualmente se encuentra en la Gallería de los Uffizi en
Florencia.
Basada
en Las Metamorfosis de Ovidio, en las
que se nos dice «Chloris eram quae Flora
vocor», (Choris era aquella a quien se llamaba Flora). Vasari, conocido
autor por sus biografías de artistas italianos, decía de ella, que representaba
a "Venus, adornada con flores por las Gracias, anuncia la llegada de la
primavera". La escena transcurre en un prado, en el centro del mismo, bajo
las ramas de los naranjos, se alza un mirto, que junto con la arboleda, produce
el efecto de una aureola tras la diosa. Con figuras de tamaño natural, Venus divide
la escena en dos y marca un eje. Aparece de frente, como diosa del amor,
vestida con una túnica blanca bordada de oro, un collar engarzado con perlas y
un rico manto rojo con motivos dorados y forrado de azul con losanges (formas
romboidales) de oro.
Venus
muestra a las Tres Gracias, Cástitas, Pulchritudo y Voluptas, con la
inclinación de su cabeza y de su mano derecha, mientras su hijo Cupido con los
ojos vendados y en escorzo tensa el arco. Las Gracias están plasmadas en el
suave movimiento de la danza circular, con los dedos entrelazados, mientras a
su lado Mercurio, que según algunos críticos representa a Julio, hijo de
Lorenzo de Medici, observado fijamente por una de las Gracias, posiblemente su mujer,
ahuyenta a las nubes que oscurecen el floreado jardín de Venus. En primer
plano, a la derecha, avanza Flora, que es la única que mira al espectador, con
la mano derecha sobre las rosas que lleva entre los pliegues de su túnica
florida. A su lado, la ninfa Chloris trata de escapar de Céfiro, plasmado en
tonos azules, como un malicioso espíritu del aire.
Más
allá de interpretaciones simbólicas, entre las que destaca la concepción
neoplatónica: ciclo que establece una corriente ininterrumpida entre el
mundo-dios y viceversa, la pintura contiene una fuerte carga de feminidad y de
deseo, que encontramos en el lenguaje elocuente entre Venus, Cupido y las
Gracias, y en la relación entre Céfiro, Chloris y Flora. Toda alusión al amor y
a su disfrute, toda referencia a los placeres de la vida está captada con la
elegancia y el refinamiento de Botticelli, con la delicadeza del trazo y el
esplendor de los colores, que dan a La Primavera
el encanto pictórico de una espléndida y luminosa obra de arte, más allá de
cualquier otro significado que se pretenda buscar.
Botticelli
siembra sobre el prado numerosas flores que otorgan al cuadro la sugestión de
un tapiz, continuado con formas y colores diferentes en los ropajes de la diosa
Flora y en las copas de los árboles. A los tonos azules del rostro de Céfiro,
Botticelli contrapone las transparencias del rostro de la ninfa Choris, quien
sostiene entre sus labios una ramita florida. Las tres Gracias son muy
parecidas, con las cabelleras onduladas, adornadas con perlas, pero están
caracterizadas de distintos modos. Podrían simbolizar la voluptuosidad, la
castidad y la belleza.
Manuales de Arte. Adaptado por R.R.C.