sábado, 1 de marzo de 2014

El sarcófago de Neb



     Con fecha 13 de febrero de 2014, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas -CSIC- español comunica a la opinión pública el descubrimiento de un sarcófago egipcio en excelente estado de conservación, de la poco conocida dinastía XVII faraónica. El ataúd perteneció a un hombre llamado Neb, probablemente un alto funcionario del año mil seiscientos antes de Cristo.
     Ha sido descubierto en una necrópolis de la antigua Tebas (Luxor en la actualidad), después de doce campañas de excavaciones en una cámara sepulcral excavada en la roca a cuatro metros de profundidad, en el patio delantero de la tumba de Djehuty, que fue supervisor del Tesoro de la reina Hatshepsut (1470 a. J.C.). Realizado en madera, presenta unas medidas de dos metros de largo por medio metro de ancho, completamente policromado, mantiene brillantes los colores originales como podrán comprobar en la imagen que inicia esta entrada. Este estilo decorativo duró un breve período de tiempo y es típico de la XVII dinastía, al que corresponde la pieza como ya advertí al comienzo: “Por ese motivo, el ataúd tiene pintado en la tapa un par de alas extendidas sobre el cuerpo del difunto, como si una diosa alada le abrazara por detrás, otorgándole así su protección en el más allá”, detalla el Dr. Galán. El acceso a la tumba se encontraba sellado, por lo que es la primera vez que veía la luz desde que fue depositado en ese lugar.
     Una inscripción que recorre toda la tapa del ataúd dirige una invocación de ofrendas a un hombre llamado Neb. Por supuesto, la momia todavía se encuentra en su interior y parece ser que en buen estado (dentro del “buen” estado en el que se puede encontrar una momia).

       R.R.C.
Nota: Imágenes bajadas de Internet.