Es un
grabado* de Francisco de Goya en el que nos encontramos una interesante crítica
y burla a la sociedad española de la Ilustración, especialmente de la nobleza y
el clero, que se negaban a evolucionar con su añoranza del pasado. Los
caprichos, que vendrían a ser un preludio de sus pinturas negras, constan de 80
grabados realizados a finales del siglo XVIII, en este caso nos encontramos con
el capricho nº 43 que se publicó en 1799 y casi todos ellos son imágenes
consideradas peligrosas para la época. Toda la sociedad es criticada por el
artista: la forma de ver la religión, la educación que se ofrecía entonces, las
costumbres de las clases sociales, las creencias mágicas tan arraigadas en
España, etc. En este aguafuerte, el pintor cae rendido sobre su mesa de
trabajo, rodeándose de una serie de monstruos y fantasmas. Con esta imagen
quería indicar como la razón libera sus fantasmas durante el sueño, a través
del inconsciente que emerge. Esto supone un anticipo al surrealismo. También
podría aludir al deseo del artista de destacar el poder de la razón sobre las
tinieblas de la ignorancia.
Existen manuscritos de la época que nos
explican el contenido de estas láminas, como el de Ayala, o el que se encuentra
en la Biblioteca Nacional. El que tiene el Museo del Prado se considera que ha
salido de la mano del propio pintor y la explicación que ofrece de esta estampa
es: “La fantasía abandonada de la razón
produce monstruos imposibles: unida con ella es madre de las artes y origen de
las maravillas”. Mientras que el manuscrito de Ayala lo interpreta como: “La fantasía abandonada de la razón produce
monstruos, y unida con ella es madre de las artes.” Y en el de la
Biblioteca Nacional leemos: “Portada para
esta obra: cuando los hombres no oyen el grito de la razón, todo se vuelve
visiones”.
A la luz del psicoanálisis de Freud, que
empezó a publicar sus descubrimientos sobre el inconsciente a finales del siglo
XIX, también se podría decir algo sobre el significado de la obra que nos
ocupa. Cuando estamos dormidos, nuestra censura moral que se encuentra activa
durante la vigilia, se debilita y la parte más oscura, reprimida e irracional
de nosotros mismos, aprovecha para salir y hacerse consciente a través de los
sueños.
*Los
grabados se realizaban con una lámina de cobre, protegiéndolo con un barniz
sobre el que se hacía el dibujo, marcándolo con un instrumento de punta dura
para quitar el barniz y posteriormente añadir un ácido que marcaría el metal.
En dicha marca se depositaría la tinta y al presionar la plancha metálica con
el papel, la imagen quedaría impresa en el mismo. Este procedimiento también se
conoce como “aguafuerte”.
R.R.C.