Hoy 15 de
agosto, tanto la Iglesia católica como
la ortodoxa celebran la Asunción de la Virgen. Me gustaría recordar que cerca
de la antigua ciudad romana de Éfeso, en la actual Turquía, rodeada de un
entorno natural maravilloso, se encuentra una pequeña construcción realizada en
piedra y con tan sólo dos habitáculos, conocida como la Casa de la Virgen
María, que según algunas tradiciones* la habitó desde la muerte de su hijo en
la cruz en Jerusalén, hasta el momento de la suya propia, y desde allí, tuvo
lugar su Asunción al Cielo (para la Iglesia ortodoxa). En la actualidad es un
lugar de peregrinación tanto para católicos como para musulmanes, según nos
informó la guía que nos la mostró en las dos ocasiones que la he visitado, con
detalladas explicaciones.
Juan el Evangelista fue quien recibió el
encargo del propio Jesús, cuando se encontraba al pie de la cruz de cuidar de
su madre la Virgen María. A ella la dejó en una pequeña vivienda en las afueras
de la ciudad romana, al cuidado de algunas personas de confianza para
garantizar su seguridad y evitar agresiones, que ya desde los primeros
momentos tuvieron que sufrir los cristianos. Él abandonó Éfeso y se trasladó a
la cercana isla de Patmos, para poder visitarla en alguna ocasión, y fue
precisamente aquí, donde escribió el Apocalipsis.
Pero lo más sorprendente de esta historia,
es como se llegó al descubrimiento de este lugar como residencia de la Virgen.
Fue una monja alemana que jamás había visitado esta zona, llamada Ana Catalina
Emmerick (1774-1824) que confesaba tener visiones, entre ellas, la existencia
de este lugar con una construcción de plano rectangular, que presentaba una
parte semicircular en uno de sus lados, cercano a un arroyo con vistas al mar y
a la ciudad de Éfeso, aunque en la actualidad no tiene estas vistas. Fueron los
sacerdotes Joulin y Jung del colegio francés de Esmirna, los que descubrieron a
finales del XIX los restos que había,
después de leer a la mística. La pequeña estructura que encontraron era
bastante posterior a la época de la Virgen, probablemente de los siglos IV al
VII, y podrían corresponderse con una antigua iglesia, pero también se
observaron vestigios que pertenecían al siglo I de nuestra era.
Lo que actualmente vemos en este sitio es
una reconstrucción en piedra con forma de L,
llevada a cabo hace unos sesenta y cinco años. Una línea roja nos indica la
parte encontrada del edificio y la parte restaurada. Ni que decir tiene, que
prácticamente toda la casita está recompuesta. Además, son varios los papas que
la han visitado y ha sido declarada por la Iglesia católica lugar de culto y
peregrinación. No obstante, oficialmente no se ha pronunciado sobre la
veracidad de la construcción.
*Otras
prolongan la vida de la Virgen en Jerusalén, donde también podemos ver el lugar
en el que yacieron sus restos mortales antes de la Asunción al Cielo.
R.R.C.
Nota: Fotos del autor.