Veni, vidi, vici. (“Vine, vi, vencí”). Es una locución latina, y uno de los dichos más célebres de la historia, atribuida a Julio César, después de ganar con gran rapidez y facilidad la batalla de Zela, en la actual Turquía en el año 47 a. C. al rey del Ponto, hijo natural de su antecesor Mitrídates VI. Luego transmite una victoria clara y contundente, más breve de lo esperado por ambas partes. Yo conozco la expresión desde mis primeros años escolares, que el profesor de lengua la ponía como ejemplo de frases yuxtapuestas, ya que son tres verbos: venire, videre, vincere, en primera persona del singular del pretérito perfecto de indicativo. ¿Qué duda cabe de que nos encontramos ante una de las frases más poderosas y repetidas?, que en pocas palabras quiere transmitir un mensaje contundente, inequívoco y veloz. Yo la llevo leyendo o escuchando desde la primera vez que la vi escrita en la pizarra de mí colegio. Pues se han hecho todo tipo de artículos y propaganda con ella: tatuajes, camisetas, pegatinas, chapas, en fin… hasta se ha utilizado en paquetes de tabaco (lo podemos ver en el rectángulo central añadido por mí), como expongo a continuación:
Conocidos
míos me han preguntado sobre las monedas* que hay por el mercado en las que
aparece esta cita de César, sobre su autenticidad y qué tienen de verdad, yo
también tengo una en mi poder que compré por Internet por menos de diez euros,
casi costó más los gastos de envío que la propia moneda. Evidentemente, ninguna
de ellas tiene nada que ver con Julio César, ni él mandó acuñarlas. Solo le
hubiese faltado eso, después de la fama de autoritario que ya mostraba en esos
tiempos, y la creencia generalizada en el Senado romano de sus tendencias
monárquicas y nombrarse rey, algo que detectaban en Roma desde que cayó la
monarquía hacía siglos. Además, se atribuía la victoria como un éxito personal
(soberbia no le faltaba), como podemos deducir de la locución, olvidándose de
la República por completo.
Está claro que mayor autopromoción no cabe
con esta breve y tajante frase, sin compartir éxito con nadie. La oratoria
propagandística gustaba mucho al autor, en la que era un verdadero
especialista, que estaba a la altura de su estrategia militar, sino más. Y como
recuerda Östenberg, más tarde llegaron los idus de marzo. Ya no faltaba mucho.
*Sobre las
monedas en cuestión hay una entrada en este blog titulada: “MONEDA VENI
VIDI VICI”, con fecha 9- 2- 2023, en donde aclaro este asunto.
R.R.C.