Se trata de un óleo sobre madera
pintado por Rafael en 1504, de 170 X 117 cm ., conservado en la Pinacoteca di Brera
de Milán. En este cuadro, Rafael se inspira en el fresco “La entrega de las llaves” de su maestro Perugino, pintado en uno de
los muros de la Capilla Sixtina en El Vaticano. Pero da un gran paso adelante
en la figuración del espacio pictórico, del cual hace partícipe, además de a
los personajes representados, al propio observador.
Otra cuestión interesante son las
vestimentas que portan los personajes, exceptuando los tres principales, o sea, la Virgen, San José y el sacerdote
Zacarías que consagra la unión, van vestidos de la época del pintor, de
principios del siglo XVI, lo que dota de historicidad a la obra, sin embrago,
los primeros los viste como el artista pensaba que irían en el momento del
acontecimiento.
Un detalle curioso, si nos
fijamos en el pie de San José, es que éste tiene seis dedos, lógicamente no es
un error del pintor, si no, que hace referencia a un sexto sentido que se le
atribuye para interpretar sueños.
El espacio sugerido es un espacio envolvente en el cual se nos invita a entrar, a actuar sobre la perspectiva perfectamente dibujada del enlosado, para unirnos y confundirnos con los protagonistas. La composición destaca la construcción en perspectiva, convergente en el centro de la puerta del edificio. Este centro coincide con el vértice del triángulo perfecto que encierra las figuras principales. En este cuadro, como en otros de Rafael, nos encontramos con todos los logros y avances que la pintura llevó a cabo hasta ese momento. No viene mal recordar, que más que un innovador, el autor es, sobre todo, un técnico del arte pictórico.
Manuales de Arte. Adaptado por R.R.C.El espacio sugerido es un espacio envolvente en el cual se nos invita a entrar, a actuar sobre la perspectiva perfectamente dibujada del enlosado, para unirnos y confundirnos con los protagonistas. La composición destaca la construcción en perspectiva, convergente en el centro de la puerta del edificio. Este centro coincide con el vértice del triángulo perfecto que encierra las figuras principales. En este cuadro, como en otros de Rafael, nos encontramos con todos los logros y avances que la pintura llevó a cabo hasta ese momento. No viene mal recordar, que más que un innovador, el autor es, sobre todo, un técnico del arte pictórico.