Es la catedral gótica más
luminosa de España. Fue iniciada por el obispo Martín Fernandes hacia el año
1255 y es, por tanto, algo posterior a las de Toledo y Burgos. Se encomendó su
ejecución al maestro Enrique, muerto en 1277, y más tarde a Juan Pérez. El
primer maestro Enrique, es posible que trabajara también en la burgalesa,
aunque no se sabe con seguridad. No se concluyó hasta el siglo XV, pero debió
de quedar muy avanzada durante el XIII. En el siglo XIX sufrió una restauración
muy necesaria, pues amenazaba ruina.
El exterior presenta la fachada
principal, con pórtico de tres arcos, muy parecida a los modelos franceses, con
un cuerpo central y dos laterales separadas por un espacio vacío que deja ver
el esqueleto constructivo de los arbotantes. La puerta central es la llamada de
la Virgen Blanca por la espléndida escultura dedicada a esta imagen, pero en
general las tres están repletas de relieves y esculturas de gran belleza. El
segundo cuerpo de la fachada deja ver el triforio al exterior, en donde la
tracería alcanza una gran belleza ornamental, así como en el gran rosetón que
se abre en la parte superior. Las dos torres adosadas a la fachada a los pies
del templo son robustas y muy elevadas, sostenidas por macizos contrafuertes
que recorren la torre de arriba abajo.
Desde
la fachada lateral meridional se contempla muy bien la arquitectura de
conjunto, porque se halla exenta en una plaza de considerables dimensiones, lo
que acentúa su belleza monumental. Grandes ventanales se abren en el muro y
nutridas filas de arbotantes sostienen los empujes laterales. A ambos lados del
crucero se abren portadas de gran riqueza escultórica, entre las que destaca la
de San Froilán.
El interior consta de planta de tres
naves y un crucero de otras tres, que se evidencia en el exterior, pues las
portadas del crucero tienen tres pórticos, como la de la fachada de los pies.
Tiene otra nave transversal adosada al crucero entre éste y el deambulatorio,
que se despieza en tramos trapezoidales clásicos y presenta capillas
poligonales radiales al exterior.
Es
notable su triforio o galería corrida, que se sitúa sobre la nave lateral y se
abre a la central por unos ventanales geminados decorados con ojivas de
tracería y con círculos tangentes y arcos polilobulados inscritos. Tanto el
triforio como los ventanales superiores, con magníficas cristaleras que son la
obra más notable de España en este arte, forman un conjunto interior de una
belleza inigualable. Las vidrieras son del siglo XIII en algunos tramos, pero
las más interesantes son del XV y en ellas trabajaron grandes maestros
vidrieros como Valdovin, Nicolás Francés y otros.
MANUAL DE HISTORIA DEL ARTE