Se encuentra situada sobre una pequeña meseta situada en la llanura de Ghizá, lo que la hace parecer más alta que la pirámide de Keops, cuando en realidad mide tres metros menos de altura y quince menos de anchura. El faraón Kefren, hijo del anterior, la mandó construir unos veinticinco siglos antes de que naciera Jesucristo para que le sirviera de tumba. En la actualidad, observándola desde lejos sigue pareciendo la mayor de todas las pirámides, ya que sigue conservando gran parte del recubrimiento de su cúspide, pero no mantiene sus 143 metros intactos (sólo 136,4), mientras que la de su padre ha perdido 10 metros de los 146 que tenía. También hay que decir, que la pirámide de Kefren presenta un aspecto menos trabajado y más descuidado que la de Keops. En las esquinas el material es muy irregular. Además, su cúspide presenta una pequeña desviación.
Por la entrada principal se accede a un
pasaje descendente que enlaza con un corredor horizontal, para nuevamente dar
acceso a un nuevo pasaje ascendente que conduce a la cámara funeraria. El
corredor horizontal da acceso a una pequeña cámara donde, probablemente, se
hallaba el ajuar funerario.
En la cámara se encuentra un sarcófago de
granito negro que debió contener la momia del faraón, aunque de ésta nunca se
supo nada, pues cuando el explorador Belzoni hizo su hallazgo ya había sido
saqueada.
R.R.C.
Nota: Foto del autor
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