Elaborados para
conservar las vísceras lavadas y momificadas del fallecido en el Antiguo Egipto, estaban colocados en una caja que se transportaba junto con el sarcófago para
ser depositados en su tumba el día del entierro. Los primeros de estos
recipientes se encuentran ya en el Imperio Antiguo hacia la mitad del tercer
milenio antes de J. C. Eran muy sencillos y sin inscripciones; hechos en piedra
caliza. Más adelante, ya empiezan a emplearse otros materiales para su
fabricación como cerámica o madera, por ejemplo. Además, sus tapas empezaron a
relacionarse con los hijos del dios Horus, y tuvieron un gran desarrollo a
partir del Imperio Nuevo. Posteriormente cayeron en desuso, para volver a
resurgir con fuerza durante la Época Baja a partir del siglo VII antes de J.C.
Eran cuatro los
recipientes en donde se depositaban las vísceras del difunto momificado:
1º.- El hígado
quedaba depositado en una vasija llamada Amset, y la tapa tenía forma de cabeza
humana. La diosa Isis se encargaba de su protección y se debía de orientar al
sur.
2º.- Los pulmones
quedaban depositados en una vasija denominada Hapy, y la tapa tenía forma de
cabeza de simio. La diosa Neftis se encargaba de su seguridad y se tenía que
orientar al norte.
3º.- Los
intestinos se guardaban en una vasija designada Kebeshenuef, y su tapa
consistía en una cabeza de halcón. La diosa Selkis se encargaba de protegerla y
tenía que estar orientada al oeste.
4º.- El estómago
estaba contenido en una vasija cuya tapa representaba la cabeza de un chacal, y
se nombra Duamutef. La diosa Neit se encargaba de ampararla y debía estar
orientada al punto cardinal que nos falta, o sea, hacia el este.
No siempre las tapas de los vasos canopos adoptaban estas formas descritas. Sirva de ejemplo, los recipientes que contenían las vísceras de Tutankamón, que representan repetidamente el rostro del famoso faraón. Estaban en el interior de una caja de alabastro de casi 90 cm. de altura, colocada sobre un trineo chapado en oro y decorada con escritura jeroglífica negra. Los cuatro vasos y sus tapas en la que aparece con la cara pintada también de negro, son de un exquisito alabastro que contribuye a aumentar la calidad artística de todo el conjunto.
No siempre las tapas de los vasos canopos adoptaban estas formas descritas. Sirva de ejemplo, los recipientes que contenían las vísceras de Tutankamón, que representan repetidamente el rostro del famoso faraón. Estaban en el interior de una caja de alabastro de casi 90 cm. de altura, colocada sobre un trineo chapado en oro y decorada con escritura jeroglífica negra. Los cuatro vasos y sus tapas en la que aparece con la cara pintada también de negro, son de un exquisito alabastro que contribuye a aumentar la calidad artística de todo el conjunto.
En un arcón de madera lujosamente decorado con planchas de
oro, fue guardada la caja que contenía los vasos. En los lados de esta especie
de templete cuadrado aparecen las cuatro diosas ya mencionadas, con el objeto
de reforzar la protección de las vísceras del joven faraón. Un trineo de madera
dorado sirve de base a este vistoso templete.
Nota: Imágenes obtenidas de Internet.
R.R.C.