De Pepi II, faraón de la VI dinastía que
gobernó Egipto entre los siglos XXIII y XII a. de J.C. informaré de tres cosas
suyas. En primer lugar, según algunas fuentes fue el gobernante que más tiempo
ostentó el poder, ya que comenzó a reinar con 6 añitos y estuvo hasta los casi
100 que murió, es decir, más de 90 años en el trono. Otras fuentes apuntan
menos tiempo, pero coinciden en que su reinado fue muy largo. En segundo lugar,
se cuenta de él que para liberarse de las molestas moscas, tuvo la idea de
hacerse acompañar por varios esclavos cubiertos de miel, además de ubicarlos en
las distintas dependencias de palacio que él ocupaba, para que, ante semejante
manjar lo dejaran tranquilo y se quedaran atrapadas en su golosina. Este hecho
recuerda una famosa fábula que comienza así: “A un panal de rica miel, dos mil
moscas acudieron, que por golosas murieron, presas de patas en él…” Por último,
hoy día sabemos con toda seguridad que le tiraba los tejos
* al general Sasenet que iba a visitar todas las noches, y según
los documentos que se conservan “hacía todo lo que quería”. Qué cada uno
interprete. Pero todo indica que nos encontramos ante un comportamiento
abiertamente homosexual, por parte de la máxima autoridad política y religiosa
y, si fuera poco, con un alto cargo militar. No tenemos más información para
saber si la conducta de este faraón era admitida o reprobada por su pueblo.
Evidentemente, no es el primer caso de homosexualidad de la historia, pero sí
de un jefe de Estado del que tengamos noticia.
*Expresión que se
utiliza, a veces, para proponer una relación amorosa, o sexual, a otra
persona.
NOTA: reposacabezas
de Pepy II realizado en marfil y conservado en el Museo del Louvre. En su base se
le desea ‘’vida, salud y fuerza’’. Pepi II y su madre Anjenesmerire II, hecha
en alabastro y de casi 40 cm de altura en el Museo de Brooklyn.
R.R.C.