En jeroglífico se lee SHEN, fueron los
soldados de Napoleón cuando invadieron el país del Nilo hace ya más de 200
años, los que llamaron cartuchos a estas representaciones que observaron en las
paredes de las construcciones del Egipto faraónico, por el parecido que tenían
con las petacas en donde guardaban la pólvora que utilizaban para sus armas de
fuego. En realidad, es una cuerda ovalada que se cierra en su base con un nudo,
y se empleaba para escribir en ella el nombre de los faraones, y en algunas
ocasiones los de los Sumos Sacerdotes de Amón, que a veces detentaron más poder
que el propio monarca. Luego, delimitaban y se adaptaban al nombre del faraón, el
cual quedaba perfectamente aislado del resto del texto, en una escritura que
carecía de signos ortográficos.
Empezaron a usarse en la muy lejana
segunda dinastía, pero no se hicieron habituales hasta la cuarta (estamos
hablando del III milenio a. de C.). En el fondo, estos cartuchos simbolizan el
cosmos que el faraón dirige, y en el que ejerce todo su poder. Una cuestión
importante es poner de relieve que tuvieron un papel
fundamental en el desciframiento de la lengua jeroglífica, ya que llamaron la
atención de Champollion desde el principio.
Por último, la duda que invade a los
astrofísicos actuales de si el universo se expande o es finito, para los
egipcios estaba claro: se expande dependiendo de la extensión del nombre del
faraón.
NOTA: En el cartucho
de la imagen vemos el Nombre de Nacimiento de Tutmosis III, el hijo de Ra.
R.R.C.