Es uno de los últimos denarios que mandó acuñar Julio César, poco antes de su muerte en el Senado. Estamos hablando del año 44 a. C. y de la segunda quincena de febrero, tan solo un mes, o los quince días precedentes a los idus de Marzo. No debe de alcanzar los 4 g de peso y los 20 mm de diámetro. La ceca en la que se imprimió esta moneda de plata estaba en Roma, y el encargado de llevarla a cabo fue el monetario: “PUBLIO SEPULIO MACER”, tal y como leemos en la leyenda del reverso. En el anverso tenemos la inscripción latina: “CÉSAR DICTADOR PERPETUO” nombrado por el Senado ese mismo año. Una perpetuidad muy efímera. El protagonista aparece con la cabeza velada y coronada que ocultaba su calvicie en la parte frontal, dirigiéndose hacia la derecha con mirada penetrante y dureza de facciones.
Volviendo al reverso, advertimos a la
diosa Venus Genetrix (madre) de pie y sosteniendo una victoria con su mano
derecha y un centro con la izquierda apoyado sobre un escudo circular. Respecto
a esta pieza, pienso que se trata de un escudo votivo, que no eran aptos para
el combate, sino piezas ornamentales dedicados a los dioses como agradecimiento
por una victoria en el campo de batalla. También habría que destacar la caída
de su vestimenta que da lugar a bonitos pliegues. El propio Julio César llegó a
afirmar que esta diosa era antepasada suya y, lógicamente, fue honrada por toda
la dinastía Julio-Claudia.
R.R.C.