El emperador Trajano construyó
en Roma un nuevo foro en cuyo centro levantó en el año 114, una gran columna de
30 metros de altura y casi 4 de diámetro, sobre un pedestal de 8 metros para
contener su capilla funeraria en el interior, el cual, contiene la siguiente
inscripción: «El senado y el pueblo romano, al emperador César Nerva Trajano
Augusto Germánico Dácico, hijo del divino Nerva, pontífice máximo, tribuno por
decimoséptima vez, imperator por sexta vez, cónsul por sexta vez, padre de la
patria, para mostrar la altura que alcanzaban el monte y el lugar ahora destruidos
para <obras> como ésta.». Se compone de dieciocho grandes bloques de mármol
blanco de carrara de aproximadamente cuarenta mil kilos de peso cada uno. En su
interior una larga escalera de caracol con más de ciento ochenta peldaños, da
acceso a una plataforma superior que se convierte en un espléndido mirador.
Unos bajorrelieves, que actualmente han perdido su policromía, envuelven
helicoidalmente la columna en una banda continua de más de 200 metros de
longitud, que dan veintitrés veces la vuelta a la misma. Su autor fue Apolodoro
de Damasco y se encuentra en la actualidad en un estado de conservación
excelente en el centro del Foro de Trajano, en Roma.
La columna pues, consta de una base simple
tallada en forma de corona de laurel, un fuste cilíndrico formado por tambores
de mármol y un capitel dórico. Encima de éste se hallaba una estatua de bronce
del emperador, que desapareció durante la Edad Media. En 1587, el papa Sixto V
puso sobre ella la actual estatua de San Pedro, que es la que vemos ahora.
El gran atractivo de esta obra reside en
el fuste, que presenta una cinta helicoidal llena de bajorrelieves -155 escenas y más de
2500 figuras-, que insisto, estuvo policromado en su origen, detalla, mediante
escenas muy concretas, los hechos que tuvieron lugar durante dos campañas
victoriosas de Trajano sobre los dacios. La primera (en los años 101-102) se
narra en la mitad inferior de la columna y la segunda campaña (años 105-106) en
la parte superior, separadas ambas por una imagen de la Victoria. Se trata del
relieve más extenso esculpido en la Antigüedad, y es una obra imponente porque
consigue que el interés no decaiga en ningún momento.
La lectura es ascendente y la narración
empieza con el paso del ejército romano por el Danubio sobre un puente de
barcas, y finaliza con la deportación de los prisioneros dacios. Las escenas se
suceden sin interrupción, excepto en algunas zonas donde el cambio viene
señalado por algún elemento paisajístico o arquitectónico.
Para facilitar la visibilidad, la altura
de las franjas del relieve va aumentando a medida que se aleja del suelo, de
manera que la imagen más cercana mide 0'89 m y la más alejada 1'25 m. El
realismo con que los rostros están tratados permite reconocer a algunos de los
protagonistas, como es el caso del propio Trajano, que aparece en unas 60
ocasiones. A través de las figuras superpuestas, los escorzos y los movimientos
contorsionados se crean efectos de profundidad, aunque observamos distintas
perspectivas en una misma escena. La detallada representación de armas y
máquinas militares ha permitido profundizar en el conocimiento de las técnicas
utilizadas por el ejército romano.
La finalidad de la columna era
conmemorativa, al igual que los arcos de triunfo, que son monumentos
típicamente romanos que no tienen antecedente en el arte griego, en este caso
celebrar la conquista de la Dacia por parte del Emperador que lleva su nombre, además de estar destinada a ser su lugar de descanso definitivo. Por
último, también tenía como objetivo, como nos dice la propia inscripción de su
base, el señalar hasta dónde llegaba el monte desplazado por el foro.
Manuales de Arte. Adaptado por R.R.C.