Es una escultura exenta elaborada en bronce y expuesta en el museo del autor en la capital francesa. Formaba parte de un ambicioso proyecto: la Puerta del Infierno encargada por el gobierno francés en 1880 junto con otras 185 figuras. Este proyecto estaba basado en La Divina Comedia de Dante, y la estatua representaba tanto al pensador como al poeta contemplando la puerta del infierno. Aparece en relieve en el dintel de dichas puertas que dejó sin finalizar, viéndose afectado por lo que allí contempla. También salieron esculturas cómo El beso y Adán y Eva. Pero cuando la estatua adquiere grandes dimensiones, su significado es totalmente diferente, ahora trata de expresar algo más universal, y que se identificará con el destino del hombre.
Es la imagen de
un hombre reflexionando (a pesar de que en un principio quería ser Dante a la
Puerta del Infierno). Para algunos críticos es el hombre primitivo que se eleva
sobre la vida animal creando el primer pensamiento; otros creen que piensa en
las preguntas filosóficas elementales. Se encuentra imperturbable, sumido en la
profundidad de sus reflexiones, librando una dura batalla interna. Y,
al igual que otras obras del autor, se encuentra dotado de una gran fuerza
psicológica. Su cronología la podríamos llevar desde 1880 hasta principios del
siglo XX (la primera escultura a gran escala la culminó en 1902, pero no la
presentó en público hasta 1904). El
momento en el que se expone esta obra coincide con la III República francesa de
corte liberal.
Esta escultura
sedente de bulto redondo la podríamos clasificar de estilo impresionista y, por supuesto, dentro del género
figurativo, al que también podríamos denominar, en este caso, de filosófico.
Destacan las partes de su cuerpo de una manera exagerada, en actitud reflexiva.
Da la sensación de que Rodín quería reflejar la expresión del pensamiento
torturado, por el hecho de abandonarse al trágico destino de la humanidad. Todo
su cuerpo se encuentra involucrado en la acción de pensar, como la tensión de
sus músculos ponen de manifiesto.
Al igual que
hacía el Gran Miguel Ángel (por el que autor sentía una gran admiración), no
pone su esfuerzo en el pulido de la superficie de la estatua, lo que hace que
gane en fuerza y vigor, y nos alcanza mejor el sufrimiento del pensador. En
cierto modo, se podría establecer un paralelismo con la soledad de Moisés en el
Sinaí, cuando comprueba que su amado pueblo le ha traicionado, cayendo de nuevo
en la vieja idolatría que creía olvidada en Egipto. Por otra parte, es una
escultura que se encierra en sí misma, no admite relación ni diálogo con nadie.
El espectador queda totalmente al margen, no hay relación posible con él.
La estatua de
Auguste Rodin denominada originalmente "El poeta" y después "Dante pensando", sigue
la diagonal ascendente de la cabeza inclinada adelante a la que se añaden las
direcciones opuestas de piernas y brazos. La torsión del cuerpo favorece la
multiplicidad de los puntos de vista del espectador, que tiene que rodear la
estatua moviéndose en torno suyo. Sería necesario destacar la vida interior que
desprende por todas partes, desde donde la observemos alcanza al espectador, e
incluso, diría que se siente atrapado por ella.
Hay que tener
presente que existen más de veinte versiones de la escultura de "El pensador" en
diferentes museos alrededor del mundo, en diferentes tamaños y salidos del
taller de Rodin. Pero la que podríamos considerar la original fue bronce
fundido y mármol, con un peso de 650 kilos que ya estaba acabada en 1880. Una
de ellas se encuentra ubicada en la Plaza del Congreso de la Ciudad de Buenos
Aires.
Por último, "El pensador" se encuentra completamente desnudo. Es bien conocido entre los estudiosos de Rodín, la relación que existe en muchas de sus obras entre erotismo, arte y desnudez. R.R.C.