El período helenístico se puede situar entre el siglo III y la primera mitad del siglo II a. de C. Al salirse de su órbita tradicional y extenderse el dominio helénico, a causa de las conquistas de Alejandro Magno por territorios orientales, la cultura y el arte griegos sufrieron notables transformaciones. Para hacerse más universal, lo griego admite la aportación de los pueblos conquistados. Pero lo esencialmente helénico prevalece.
*Dispersión de los centros escultóricos: florecen los talleres griegos
en los países dominados.
*Desaparecen las grandes individualidades
artísticas:
abundan las esculturas, pero desconocemos por lo general la fecha y el autor.
*Predominio de lo real frente a lo ideal: es una escultura de peor
gusto, como fruto del descreimiento religioso y la depravación de las
costumbres y del pensamiento: la naturaleza es la maestra de los artistas.
Los
dioses tradicionales se representan en actitudes más dramáticas. Se introducen
divinidades greco-orientales, como el Zeus-Amón. Afrodita no tiene ya categoría
de diosa; es el símbolo del amor y la sensualidad. El dios Eros de adolescente
pasa a ser un niño juguetón e inteligente que acompaña a Venus, a la que
facilita sus conquistas amorosas. El amor se colma de lascivia. Se llega a la
aberración sexual (hermafrodita).
*Desarrollo del retrato: se sorprende al modelo en
plena vida, trasluciéndose claramente los estados pasionales del alma, los
defectos físicos y hasta las enfermedades. No se tiene inconveniente en
representar lo feo y monstruoso, como también lo gracioso. La vejez aparece al
desnudo. Abundan los personajes enanos, obesos y enfermos.
*Tratamiento técnico muy sensible de las
superficies:
hay un conocimiento perfecto de la anatomía. Se siente la piel, pero bajo ella
palpitan músculos y vasos. El vestido es igualmente expresivo.
*Aparece el relieve pictórico, buscándose un efecto de
perspectiva donde tiene asiento el paisaje.
MANUAL DE HISTORIA DEL ARTE