Es un óleo sobre
tabla del pintor del Quattrocento italiano Piero della Francesca. Realizado
hacia mitad del siglo XV y con unas
medidas de 59x82 cm. Conservado en la ciudad italiana de Urbino es una obra de
complicada interpretación. No obstante, tenemos que tener presente, que este autor
nacido en Sansepolcro en 1416 proponía la búsqueda de la “impersonalidad” en el
arte, es decir, las figuras que representa el artista no pueden ser el vehículo
de expresión de sus propios sentimientos, más bien al contrario, pues deben de
elevarse al plano general y objetivo. Al igual, que tampoco pueden manifestar
sus avatares temporales, ya que el artista debe representar, no sus propios
sentimientos, sino los sentimientos universales. Vasari, escritor italiano del
siglo XVI, afirmó que Piero della Francesca hacía modelos de arcilla que luego
representaba en pintura. Probablemente, como consecuencia de lo expuesto, sus
figuras aparecen congeladas, suspensas en sus propios movimientos y
excesivamente academicistas, como podemos ver en ésta y en otras obras de él.
La flagelación se sitúa en una estancia
típicamente renacentista. En el primer plano se colocan tres figuras que
conversan ante nuevas arquitecturas. El interés por la perspectiva es evidente.
Debido a la actitud de los personajes, el espectador encuentra fría y distante
la composición, ya que éstos se encuentran ausentes de la trama (la flagelación
de Cristo, que permanece inmutable ante semejante castigo). Son retratos de
contemporáneos del pintor. Hay simetría, perspectiva y orden. Por último, la
falta de sentimientos y expresividad es evidente.
R.R.C.