El rey bíblico
Ezequías ocupa el puesto decimotercero de monarcas del antiguo reino de Judá.
Tenemos que recordar, que a la muerte del rey Salomón, Israel quedó dividido en
dos estados: Israel al norte y Judá al sur. La duración de su reinado no está
clara, ya que la cronología que se baraja oscila entre los treinta y cuarenta
años, en los siglos VIII y VII antes de J.C. Lo que es evidente, ya que tenemos
información de fuentes judías y asirias, es que tuvo que hacer frente al
poderoso rey guerrero asirio Senaquerib, consiguiendo salvar la capital de su
reino Jerusalén del potente ejército enemigo. Eso sí, pagando un fuerte tributo
y sometiéndose al cerco de la ciudad. La caída de Jerusalén tuvo que esperar al
año 587 a. de J.C. cuando reinaba el rey Joaquín, hecho prisionero por el
monarca de los babilonios Nabucodonosor, que destruyó la ciudad y se llevó a
miles de nobles judíos cautivos a Babilonia.
No solo en el II
Libro de Reyes del Antiguo Testamento aparece este rey, pues también se le
menciona como uno de los antecesores de Jesús, en el cap. 1 del Evangelio de
San Mateo. Sucesor del rey Acaz (su progenitor), es considerado por el Antiguo
Testamento como el mejor rey de Judá, tanto si lo comparamos con los anteriores
a él, como con los posteriores; por la confianza que había demostrado en el
Dios de Israel y por cumplir sus Mandamientos. Su hijo Manasés fue su sucesor
en el trono.
Un equipo
arqueológico israelí dirigido por Eilat Mazar, descubrió en el 2009 en unas
excavaciones cercanas al Monte del Templo, en la ciudad vieja de Jerusalén, una
pequeña pieza de arcilla que fue catalogada y depositada en un armario, al no
poder averiguar su contenido. Cinco años después, un miembro del equipo volvió
a analizarla, viendo con claridad el significado de esta bulla (sello). La
inscripción ovalada fue impresa en un pedazo de arcilla de 3 milímetros de
grosor y mide 13 x 12 milímetros de anchura. Lleva la inscripción en lengua
hebrea: «Pertenece a Ezequías [hijo de] Acaz, rey de Judá» y un sol en el
centro con dos alas, flanqueado por dos signos jeroglíficos que se denominan
ANJ, la famosa cruz de asas egipcia que simboliza la vida. El signo situado a
la derecha lo podemos ver perfectamente, mientras que el otro, a malas penas lo
podemos intuir. Mazar declaró que “los iconos egipcios habían sido esparcidos
por toda la región antes del segundo milenio a. de J.C. y ya habían perdido el
significado original”. Y que los reyes de la región de Judea utilizaban el
disco solar para referirse al Todopoderoso, y las alas declinadas del mismo, en
señal de reverencia, pueden connotar la expresión de Ezequías “mi poder es
gracias a la protección de Dios”.
Lugar del descubrimineto del sello de Ezequías |
Es la primera vez
que una impresión de sello de un rey de Israel o de Judá sale a la luz, de ahí
su importancia. La bulla se empleó para sellar un rollo de papiro y la
impresión de las fibras que se conservó en su parte posterior sugiere que el
sello lacró un documento firmado por el rey. La parte de atrás de la pieza de
barro tenía marcas de cuerdas finas que se utilizaban para anudar un escrito de
papiro. "Por lo tanto, es bastante razonable asumir que estamos hablando
de una impresión hecha por el rey mismo, haciendo uso de su propio
anillo", añadió Eliat Mazar, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
P.D.
El sello del gobernador de Jerusalén
Un equipo arqueológico israelí ha descubierto en Jerusalén un sello elíptico de cerámica de pequeño tamaño, pues presenta unas medidas de 15X13 mm y un grosor variable entre 2 y 3 mm Tiene una antigüedad de 2700 años, cuando todavía existía el Primer Templo de Jerusalén. En la parte superior del objeto podemos observar dos personajes que se miran de frente con sus manos extendidas. En la parte inferior encontramos lo más relevante, ya que aparece una inscripción en hebreo antiguo que dice: “Perteneciente al gobernador de la ciudad”. Hasta ahora, la única fuente que teníamos que recogiera la existencia de este cargo era la Biblia, cuando menciona que la ciudad de Jerusalén tuvo dos gobernadores en estos lejanos tiempos. Por lo tanto, nos encontramos con la primera constatación arqueológica de un cargo cuya existencia solo conocíamos por el texto sagrado. Así que, la importancia del descubrimiento es evidente, ya que viene a corroborar algo que solo sabíamos de su existencia por una sola fuente escrita.
R.R.C.