martes, 29 de agosto de 2017

Mujer peinándose de Picasso



     Nos encontramos ante un lienzo de 130X97 cm pintado al óleo en 1940 por Pablo Picasso, que representa a la que fue su musa y amante en la década de 1930 Dora Maar. A día de hoy, forma parte de una exposición temporal sobre el autor en el Museo Reina Sofía de Madrid, en donde la tuve oportunidad de contemplarlo recientemente. Su lugar de exposición definitiva es El MoMA de Nueva York.
    Lo primero que llamó mi atención fue el violento escorzo* con el que la representa, sin lugar a dudas para enfatizar aún más su estado de desesperación y angustia que desprende su rostro con esa mirada aterradora. Hay quien ve en ello la ansiedad que debió producirle la entrada de las tropas nazis en París, que acababa de pasar. Así que, a través de ella Picasso intentó representar tanto la maldad humana como lo horrores que provoca cualquier guerra. No obstante, motivos no le faltaban a esta pobre mujer por la tormentosa relación que había mantenido con el artista, hasta el punto, que estaba empezando a perder la cabeza y el sano juicio como consecuencia de ello.
     El cuadro es una venus, ya que representa a una mujer desnuda, eso sí, en estilo cubista sentada directamente en el suelo, mientras batalla para peinar sus rizados cabellos. Los colores que escoge el artista también contribuyen a transmitir la psicología de una mujer al borde del abismo, como es ese suelo de color púrpura que simboliza el luto más riguroso; no hay nada que celebrar. El color verde oscuro que emplea para las paredes de la habitación y la ausencia de cualquier otro elemento que distraiga la atención del espectador, también aportan la idea de un futuro desolador.
     Como anécdota añadiré un par de comentarios que pude escuchar a dos hombres de mediana edad que se encontraban a mi lado. Uno susurraba al otro, que la mujer del cuadro se parecía mucho a su suegra ¡ya salió la suegra! Es evidente que no le debió ver atractivo alguno. Mientras el otro respondía que lo que más le había llamado la atención eran sus enormes pies, y que no los hubiera utilizado para dar una patada en el culo al pintor, por haberla representado así. ¿Quién sabe?, pensé yo.
*Un escorzo es una representación en profundidad de un objeto con respecto al plano vertical de la obra, con el objetivo de conseguir profundidad o perspectiva, y se utiliza tanto en pintura como en escultura.
      R.R.C.