Nos
encontramos ante un lienzo de 130X97 cm pintado al óleo en 1940 por Pablo
Picasso, que representa a la que fue su musa y amante en la década de 1930 Dora
Maar. A día de hoy, forma parte de una exposición temporal sobre el autor en el
Museo Reina Sofía de Madrid, en donde la tuve oportunidad de contemplarlo
recientemente. Su lugar de exposición definitiva es El MoMA de Nueva York.
Lo primero que llamó mi atención fue el
violento escorzo* con el que la representa, sin lugar a dudas para enfatizar
aún más su estado de desesperación y angustia que desprende su rostro con esa
mirada aterradora. Hay
quien ve en ello la ansiedad que debió producirle la entrada de las tropas
nazis en París, que acababa de pasar. Así que, a través de ella Picasso intentó
representar tanto la maldad humana como lo horrores que provoca cualquier
guerra. No obstante, motivos no le faltaban a esta pobre mujer por la
tormentosa relación que había mantenido con el artista, hasta el punto, que
estaba empezando a perder la cabeza y el sano juicio como consecuencia de ello.
El cuadro es una venus, ya que representa
a una mujer desnuda, eso sí, en estilo cubista sentada directamente en el suelo,
mientras batalla para peinar sus rizados cabellos. Los colores que escoge el
artista también contribuyen a transmitir la psicología de una mujer al borde
del abismo, como es ese suelo de color púrpura que simboliza el luto más
riguroso; no hay nada que celebrar. El color verde oscuro que emplea para las
paredes de la habitación y la ausencia de cualquier otro elemento que distraiga
la atención del espectador, también aportan la idea de un
futuro desolador.
Como anécdota añadiré un par de
comentarios que pude escuchar a dos hombres de mediana edad que se encontraban
a mi lado. Uno susurraba al otro, que la mujer del cuadro se parecía mucho a su
suegra ¡ya salió la suegra! Es evidente que no le debió ver atractivo alguno. Mientras
el otro respondía que lo que más le había llamado la atención eran sus enormes
pies, y que no los hubiera utilizado para dar una patada en el culo al pintor,
por haberla representado así. ¿Quién sabe?, pensé yo.
*Un escorzo es una representación en profundidad de un
objeto con respecto al plano vertical de la obra, con el objetivo de conseguir
profundidad o perspectiva, y se utiliza tanto en pintura como en escultura.
R.R.C.