Este
brazalete del faraón Sheshonq I se encontró en la tumba de Psusennes I, pero en
la momia de Sheshonq II. Su antigüedad se remonta al siglo X a. de C. Actualmente
se encuentra en el Museo de El Cairo, y tiene una altura de unos 4 cm. y medio.
Para su elaboración se utilizó oro, lapislázuli y cornalina. En su interior
aparecen los cartuchos de su propietario original, o sea, el del primer monarca
mencionado.
Destaca el impresionante ojo de Horus, o
Udyat, con propiedades mágicas de protección, uno de los símbolos más repetidos
en el antiguo Egipto que llega hasta hoy. Se posa sobre una cesta, que es el
jeroglífico que utilizaban los egipcios para la palabra “señor”, embellecida
con una simple decoración geométrica a base de pequeños rectángulos. Bandas
paralelas en la que predomina el dorado metal, y el azul del lapislázuli
(aunque en esta ocasión presenta un exceso de calcita blanquecina), completan de
ornamentar este hermoso brazalete con bisagras, que debieron de lucir en su
día, al menos dos soberanos. En fin, otra obra más que pone de manifiesto la
calidad artística y la precisión que alcanzó la orfebrería en el país de los
faraones.
R.R.C.