Un conocido
mío (los amigos son escasos) me envió la fotografía de este lindo jarrón egipcio, sin ningún tipo
de información añadida. Yo no recuerdo haberlo visto antes, ni en un museo, ni
en cualquier otro medio. Su tamaño debe de andar alrededor de los 30 cm. y no podría
decir la galería que lo expone. Contemplando la imagen se puede aventurar que el
material utilizado es alabastro, y que la inscripción que muestra su parte
central en color negro ha sido restaurada, motivo por el cual la observamos con
tanta nitidez. Jarrón de líneas exquisitas que me recuerda a otro de un estilo
similar y del mismo material hallado en la tumba de Tutankamón, conservado
actualmente en el Museo de El Cairo. Aunque
más austero que el del joven faraón, pues no presenta otra decoración
que la propia inscripción jeroglífica que nos advierte a quien perteneció. La
forma de presentarla en ambos casos es similar, ya que protegidos bajo el
ideograma del cielo (esa línea gruesa que vemos en la parte superior con dos
puntas en los extremos) aparecen tres cartuchos: dos de ellos con el nombre del
rey y un tercero con el de su esposa. Casualmente, este bello tiesto
pertenece a los abuelos del famoso faraón, una de las parejas más célebres del
Antiguo Egipto y que vivieron allá por el siglo XIV a. C. Los nombres de
Amenofis III y su mujer Tiye son los que aparecen en la inscripción jeroglífica.
Vamos a ello.
Como decía, podemos observar dos cartuchos con
los nombres del monarca, y un tercer cartucho con el de su cónyuge. El primero
de la izquierda es su “Nombre de Nacimiento” presentado como el hijo de Ra, [Amón
está satisfecho; Gobernador de Tebas]. A continuación, su “Nombre de Trono” lo
anuncia como rey del Alto y el Bajo Egipto [El Señor de la justicia es Ra].
Bajo sus dos cartuchos leemos: “Que sea dotado de vida eternamente”. Por
último, el nombre de su mujer que la exhibe como "La esposa real” Tiye, cuyo
cartucho incluye el determinativo no legible (la mujer sentada con diadema y
flor colgando), que nos indica que ese nombre corresponde a una reina. Bajo el
mismo traducimos: “Qué ella viva”.
R.R.C.