domingo, 28 de octubre de 2012

Vieja friendo huevos de Velázquez


 
     Pintado en 1618 es un óleo sobre tela de 99 x 128 cm. Se encuentra en la National Gallery de Scotland, en Edimburgo. Más que un personaje con una naturaleza muerta, esta pintura, por su complejidad, se presenta como una naturaleza muerta con personajes. Es, verdaderamente, un inventario de los utensilios de una cocina. Corresponde a su etapa sevillana, a ella pertenecen sus primeras pinturas costumbristas; fragmentos de naturalezas muertas que responden al estilo caravaggiano, es decir, tenebrista, en el que se juega con la luz y la sombra, y culminan en sus dos obras más importantes de esta etapa: “Vieja friendo huevos” y “El aguador de Sevilla” de 1620. La vieja podría ser la suegra del pintor y el muchacho un recadero que le servía de modelo.
    
     En este cuadro es evidente el entusiasmo del joven pintor, tan sólo tenía 19 años cuando lo realizó, pues quería detenerse en cada elemento de la tela: el muchacho que parece salir de la sombra, con el melón amarillo bajo el brazo y la botella con reflejos luminosos en la mano izquierda; la vieja, atenta al diálogo y al trabajo, con el huevo en la mano izquierda, la cuchara de madera en la otra, rodeada de cacharros... Cada cosa está vista en detalle singularmente; cada elemento, sea un objeto o un personaje, logra encontrar su unidad en la luz reveladora de los volúmenes, las formas y los colores, según una rigurosa composición. En el primer plano, a la derecha, están alineados un plato con un cuchillo en escorzo, el mortero y las jarras; inmediatamente detrás, la figura de la mujer, a la luz, con la mano extendida, que constituye el elemento de enlace con la figura del joven. Todo tratado con un gran naturalismo, hasta podemos ver como el aceite chisporrotea en la cazuela de barro rojo anaranjado. Los tonos son cálidos; los marrones de la sombra; el amarillo del melón; el vestido de la vieja; el ocre de la mesa; en fin, una gran armonía graduada por la luz que inunda la obra.

      La composición, se basa en una diagonal que va desde la cabeza del muchacho hasta el extremo de la mesa. La botella y la mano extendida de la vieja, constituyen el punto de enlace entre los dos personajes. Sin embargo, sus miradas no se cruzan, lo que ha dado lugar a diversas interpretaciones. Ninguna de ellas concluyente, al menos, las que yo he consultado. Mientras que el niño se dirige al espectador, la vieja tiene una mirada perdida difícil de explicar, aunque se ha apuntado que es una mirada inteligente, capaz de ver desde la experiencia el pasado y el futuro.
      R.R.C.

viernes, 26 de octubre de 2012

Las Cordilleras Béticas

Se extienden desde la Sierra de Grazalema en Cádiz hasta el Cabo de la Nao, a lo largo de 620 Km. de SO a NE. Esta unidad se prolonga bajo el mar hasta las Islas Baleares. Las Cordilleras Béticas no tienen un eje directriz claro y son las más complejas y jóvenes de las cordilleras españolas, resultado del choque de la placa africana y el macizo herciniano durante el movimiento Alpino. Presenta las mayores altitudes de la Península (Mulhacén, 3478 m.).
Se distinguen las siguientes unidades de relieve:
-        Cordillera Penibética. Es la situada más cerca de la costa y la de mayor altitud. En Sierra Nevada afloran materiales paleozoicos (pizarras). Existe un débil modelado glacial debido a su posición meridional.
-        Cordillera Subbética. Se sitúa al Norte y de forma paralela a la anterior, desde Cádiz hasta Alicante, hundiéndose en el Mediterráneo y reapareciendo en Ibiza y Mallorca. Está formaza por materiales mesozoicos (calizas y margas). Destacan las sierras de Grazalema, Cazorla, Segura, Aitana,…
-        Depresión Intrabética. Situada entre las dos alineaciones anteriores es una sucesión de hoyas (Ronda, Granada, Baza,…) de materiales muy blandos como arcillas, margas, arenas que provocan el modelado de bad lands.
Manual de Geografía. Imagen bajada de internet.

domingo, 21 de octubre de 2012

LAS PROYECCIONES CARTOGRÁFICAS


      Sólo un globo terráqueo nos proporciona una imagen fiel de la Tierra. El inconveniente es, que es demasiado reducida para poder observar detalles de una región, provincia o país. Para disponer de una representación más precisa, nos vemos en la necesidad de pasar de la esfera al mapa, es decir, de una superficie curva a una superficie plana. El problema es, que esto no es posible sin que se produzcan deformaciones. El mapa, por su misma naturaleza, siempre presenta alguna deformación de la superficie representada. El objetivo de la Cartografía, la ciencia que se encarga de elaborar los mapas, es el de intentar que las deformaciones que se produzcan sean las menores posibles; para ello, debe de escoger entre las más de cuatrocientas formas de representación que hay para tal fin.
      Por lo tanto, la elaboración de un mapa exige elegir previamente el sistema de proyecciones más conveniente. Los tres principales son los siguientes:
     A) Proyecciones cilíndricas. Si los puntos de la esfera se proyectan sobre un cilindro, nos darían una red ortogonal (de ángulos rectos) de meridianos* y paralelos**. Los primeros se mostrarían como rectas equidistantes (a igual distancia unos de otros), pero los segundos tendrían una separación variable. Los paralelos aparecen tanto más separados cuanto más se acercan a los Polos. Por tanto, las deformaciones que sufren los mapas trazados con esta proyección son poco importantes en la proximidad del Ecuador, pero muy grandes en las regiones polares.
     Este tipo de proyección es el más adecuado para representar la zona cálida de la Tierra, esto es, la parte del globo comprendida entre el Ecuador y los trópicos de ambos hemisferios.

     B) Proyecciones cónicas. En este caso, la red de meridianos y paralelos se proyecta sobre un cono que está en contacto con la esfera en un paralelo determinado, por ejemplo, el situado a 45º de latitud Norte. Las deformaciones son insignificantes a lo largo de dicho paralelo, pero van aumentando a medida que nos distanciemos de él, es decir, los paralelos cada vez varían más su distancia entre sí, tanto si nos acercamos al Polo Norte, como si descendemos hacia el Ecuador.
     Este tipo de proyección es el más adecuado para representar las latitudes medias de la Tierra, esto es, la parte del globo comprendida entre los trópicos y los círculos polares de ambos hemisferios.

     C) Proyecciones efectuadas sobre una superficie plana o acimutal. En este sistema, la red de meridianos y paralelos se proyecta sobre un plano tangente a uno de los Polos, en el que los paralelos aparecen representados por círculos concéntricos que tienen como centro al Polo y los meridianos aparecerían como radio de estos círculos. Las deformaciones son pequeñas en las proximidades del Polo, ya que es el paralelo de contacto, pero aumentan a medida que nos alejamos de él.
      Este tipo de proyección es el más adecuado para representar las zonas frías de la Tierra, las comprendidas entre los círculos polares y el Polo. Además, hay que tener en cuenta, que con este tipo de proyección sólo se puede cartografiar (representar) un Hemisferio, ya que el otro, no puede ser representado en el mismo mapa.

     Por último, obsérvese, que las deformaciones nunca afectan a los meridianos, ya que todos pasan por los paralelos de contacto: el paralelo 0º (el Ecuador) en el caso de la proyección cilíndrica; el paralelo 45º en la cónica; y el paralelo 90º (el Polo) en la acimutal.

*Los meridianos son semicírculos máximos imaginarios trazados desde el Polo Norte al Polo Sur. Miden 180 grados. El meridiano de referencia (0 grados) es el de Greenwich, nombre que procede del observatorio astronómico situado cerca de Londres.
**Los paralelos son círculos imaginarios perpendiculares al eje de la Tierra. Como su nombre indica, son paralelos entre sí. Miden 360 grados. El Ecuador es el mayor de todos y divide la Tierra en dos hemisferios: Norte y Sur. Otros paralelos importantes son: el Trópico de Cáncer a 23º 27’, el Círculo Polar Ártico a 66º33’ y el Polo Norte a 90º. Todos ellos en el Hemisferio Norte. Los correspondientes en el Hemisferio Sur son: el Trópico de Capricornio a 23º 27’, el Círculo Polar Antártico a 66º 33’ y el Polo Sur a 90º.

Añadido el 1 de enero de 2017

     Recientemente el arquitecto japonés Hajime Narukawa, parece que ha resuelto algo que parecía no tener solución, como es el complicado problema de proyectar una superficie curva en un plano, es decir, pasar de la esfera al mapa. Pues bien, el autor dividió la esfera terrestre en 96 triángulos para trasladarlos posteriormente a tetraedros, que son poliedros compuestos por cuatro caras planas y finitas. De esta manera consiguió desplegar toda la superficie de la Tierra en un espacio rectangular manteniendo las proporciones de continentes, países y océanos, muy próximas a las reales y, por supuesto, más exactas que las efectuadas con las proyecciones utilizadas hasta ahora. Y aún podría hacerse el planisferio más exacto y detallado, si se aumentara el número inicial de subdivisiones. 
     Aunque tendremos que acostumbrarnos en un principio a la imagen que viene a continuación, sería el mapa resultante de aplicar esta novedosa técnica, conocido con el nombre AuthaGraph World Map, y que ha supuesto un importante premio a su descubridor.

    R.R.C.
Nota: Imágenes obtenidas de Internet. 

miércoles, 17 de octubre de 2012

La Familia de Carlos IV de Goya

      Es un óleo sobre lienzo de 280 x 336 cm. pintado en Aranjuez (ciudad situada a unos 50 km de Madrid) en 1800 por Francisco de Goya y expuesto en el Museo del Prado. Lo que más interesa al artista es captar la personalidad de los retratados, fundamentalmente de la reina, verdadera protagonista de la composición, y la del rey, con su carácter abúlico y ausente. Goya, a diferencia de Velázquez en Las Meninas, ha renunciado a los juegos de perspectiva pero gracias a la luz y al color consigue dar variedad a los volúmenes y ayuda a diferenciar los distintos planos en profundidad. Utiliza un tipo de pincelada suelta y amplia, que a veces se reduce a simples manchas de color
      Los personajes se distribuyen formando tres grupos, de los que Goya queda al margen. De izquierda a derecha aparecen don Carlos María Isidro, el autor (en último plano), el príncipe Fernando (luego Fernando VII), doña María Josefa, la prometida del príncipe (con el rostro vuelto por ignorarse todavía quién sería), doña María Isabel, la reina María Luisa (tiene en este momento 48 años, la vejez en esa época y ha tenido doce partos), don Francisco de Paula, hijo de los reyes (según comentaban algunos, con un parecido indecente a Manuel de Godoy, el Primer Ministro), el rey Carlos IV (es un anciano de rostro bondadoso y algo pánfilo, un ser débil pese a que está casi enterrado por símbolos de poder, esas condecoraciones que le cubren el cuerpo), don Antonio Pascual, doña Carlota Joaquina, don Luis y su mujer, doña María Luisa, con su hijo Carlos Luis en brazos.
      Aquí se confirma el profundo cambio experimentado en la pintura de Goya, reduciendo todo aquello que es superfluo en un retrato y concentrándose en el estudio de los caracteres individuales. Utilizando con gran sabiduría las luces, que de las sombras del fondo pasan al centelleo rutilante del colorido de los trajes en primer plano, crea esa falta de profundidad tan característica. La línea compositiva es frontal, muy neoclásica, pero sabiamente interrumpida por la reina y sus dos hijos menores que se destacan en el centro; para romper este posible alineamiento ha utilizado una línea sinuosa para los pies de los personajes que, ocultándose unos detrás de otros, destruyen la frontalidad. Una vez más, Goya ha querido unir su nombre al de Velázquez, uno de los pintores que más admiró, imitando a las Meninas en la introducción de su persona como protagonista de la obra.
      Por otra parte, habría que considerar el aspecto crítico tan unido a esta obra: los rostros, de gran realismo, dejan traslucir sus caracteres individuales, pero es la posición de la reina, eje de toda la composición, desplazando a la figura del rey a pesar de estar situado éste en un plano anterior, donde se resume la genialidad de Goya, que, interpretando el sentir popular, ha sabido concentrar todos los elementos en una sola dirección, que es la figura de la reina, sin romper con el protocolo.
      Concluyendo, este cuadro es un libro de historia de España, un ensayo académico sobre las postrimerías de la monarquía absoluta borbónica. Es una vieja forma de mostrar la fuerza de la realeza, alineando padres, hijos, nietos, avisando que los reyes no se mueren porque tienen sucesores. Es una obra maestra de la pintura histórica y del retrato psicológico.
         Manuales de Arte. Adaptado por R.R.C.

lunes, 15 de octubre de 2012

El camafeo y anillos antiguos

     Podríamos denominar camafeo a un objeto en relieve, obtenido generalmente de una piedra de adorno de color variable, con delicadas y preciosas figuras que, en ocasiones, alcanzan la categoría de pequeñas obras de arte. A la técnica de producir camafeos se denomina glíptica, que etimológicamente significa grabar en griego y, desde un punto de vista más amplio, grabar en piedra dura. Una variedad del cuarzo, el ágata, es uno de los materiales más utilizados en la elaboración de estas piezas, con la finalidad de aprovechar la distinción de los colores que brindan sus capas, de tal forma, que puliendo y rebajando convenientemente la primera capa, se deja la segunda para fondo, mientras queda la primera con los relieves de la figura. Bien mirado, los camafeos son una forma especial del arte de la escultura y más concretamente del relieve.            
     Antiguamente, en la cultura greco-romana y también en la persa se elaboraron en grandes cantidades, lo que indica, que eran muy apreciados por las clases adineradas. En la Edad Media fueron olvidados, para volver a renacer a partir del siglo XV, especialmente en Francia. En la actualidad han caído en desuso, digamos, que no están de moda, pero se siguen elaborando y tienen su público.
     Como ejemplo de lo expuesto, podemos ver un camafeo hecho en París a finales del siglo XVIII, en el que aparece el rey Ptolomeo II de Egipto asimilado a Alejandro Magno, realizado por el orfebre Josias Belle en calcedonia gris y con una montura en oro esmaltado.    
       R.R.C.
Apéndice. Añadido el 2-3-2021
                                                SORTIJA DE LEONCIO

     La primera vez que la vi me recordó la chapa de un botellín de cerveza o de un refresco, por esa forma redondeada y polilobulada que presenta. Es un anillo sello bizantino de un tal Leoncio, como podemos leer en la segunda línea de la inscripción griega que muestra su bisel. La traducción que nos ofrece el Museo Metropolitano de Nueva York, propietario y exhibidor  de la pieza, dice como sigue: "Señor ayuda a Leoncio, Patricio y Conde de Obsikion imperial custodiado por Dios". El oro fue el material que se utilizó para realizarla alrededor del año 1000, la cual presenta una circunferencia interior de 5,3 cm de diámetro.

    
      La técnica empleada para su ejecución es el nielado, que normalmente consiste en una mezcla negra de azufre, cobre, plata y plomo, que una vez fundida se deja fluir por el huecorrelieve efectuado previamente. Al enfriarse se endurece y se pule la superficie para que luzcan los trazos rellenos de negro. El esmalte que ofrece más opciones de color fue imponiéndose a esta técnica a la hora de elaborar objetos de orfebrería. También observamos motivos florales y volutas con pasta de niel en su amplio aro.
     Por último, indicar que Opsikion era una antigua provincia situada en el noroeste de la actual Turquía, en la que, probablemente, el propietario del anillo fue su gobernador o un alto cargo, que para realizar su labor solicitó la ayuda del Señor.

        R.R.C.

Apéndice. Añadido el 28-5-2021

                                                        EL ANILLO DE CALÍGULA

     Este impresionante anillo de oro y zafiro hecho en una sola pieza se le atribuye tradicionalmente al emperador Calígula, aunque según entendidos en la materia no concuerda mucho con los típicos de su época. Por lo tanto, tiene una antigüedad de casi 2000 años si aceptamos que perteneció a este emperador. Por otra parte, el rostro femenino que aparece tallado en el zafiro del anillo parece que se trata de su cuarta esposa Cesonia, al menos hay bastante consenso al respecto. Según los historiadores clásicos ambos tenían una extravagancia y desenfreno sexual similar, llegando a ser presentada desnuda por el propio emperador a sus amistades más próximas. Ambos disfrutaban de la exhibición.

     El maestro artesano que elaboró esta joya demostró una habilidad y paciencia enorme, máxime, si tenemos en cuenta la dureza del material que empleó para realizar el anillo, nada menos que zafiro que tiene dureza 9 en la escala de Mohs, tan solo por debajo del diamante que es el mineral natural más duro que se conoce. No hay que confundir dureza (resistencia de un cuerpo a ser rallado por otro) con fragilidad, es decir, facilidad para romperse. Sobre un peinado alto muy elaborado del personaje, coloca una lujosa corona redonda. Su rostro de perfil  claramente definido con: ojo, nariz, boca entreabierta y mentón prominentes. Con rotundos pliegues en su vestimenta finaliza la efigie de la representada.

     Para poder trabajar así el zafiro debió de utilizar alguna herramienta con diamante, ya que es el único elemento que podía rayarlo y ya se conocía en aquella época. No obstante, no lo podían tallar por su extremada dureza. En fin, una de esas obras que nos ha legado el mundo antiguo y que todavía hoy nos siguen maravillando por la dificultad que entraña su ejecución. Impresionante.

    R.R.C.

Nota: Imágenes descargadas de Internet

domingo, 14 de octubre de 2012

El Busto de Nefertiti

     Realizada en piedra caliza y yeso, tiene una altura de 47 cm y un peso de 20 kg., posiblemente del maestro escultor Tutmose del que se ha localizado su taller. Se encuentra expuesta en el Altes Museum de Berlín y fue hallada en unas excavaciones llevadas a cabo en Tell-El-Amarna en 1912. Como vemos, es un busto policromado, de mediados del siglo XIV a. de J.C., casi contemporáneo de la famosa Máscara de Tutankamón, del que precisamente era madrastra suya y esposa del Amenofis IV, más conocido por Akenatón, al que le dio seis hijas.
     Es una obra maestra del arte egipcio de todos los períodos. Además, hay que tener presente que la escultura de estos momentos se hace más realista y cambia los cánones anteriores, por la reforma religiosa tendente al monoteísmo que emprendió el mencionado Akenatón y que, por supuesto, influyó decisivamente en la concepción artística. De talla delicada, de composición simétrica y de tonos suaves, destaca su extraordinaria belleza y su gran sensualidad, en la que colaboran sus labios carnosos y su rostro delicado de facciones perfectas.
     Las tres partes en las que se podría dividir el busto; pectoral, cabeza y tiara, son simétricas y proporcionadas, gozan de armonía entre ellas, y como sabemos, la armonía es consustancial con la belleza formal. El cuello de cisne que muestra le da esbeltez a la obra y esos grandes ojos almendrados (a pesar de faltarle uno) proporcionan vida a un rostro, que todavía mantiene un cierto hieratismo, una cierta distancia frente al observador.
     R.R.C.

sábado, 13 de octubre de 2012

La Máscara de Tutankamón

     
     El 4 de noviembre de 1922 el arqueólogo británico Howard Carter realizó uno de los principales descubrimientos de la egiptología y de la arqueología en general, la tumba del joven faraón Tutankamón, en el Valle de los Reyes, situado cerca de la antigua ciudad de Tebas, la actual Luxor. Aparece indicada con el número KV62, no es ni la más grande, ni la más lujosa, ni por supuesto, la más espectacular. Pero sí es casi la única* que se ha descubierto intacta, sellada, tal como los antiguos egipcios la dejaron. Cuando Lord Carnavon, el aristócrata inglés que financiaba los trabajos de Carter, preguntó a éste lo que veía en el interior de la tumba por primera vez, contestó: “cosas maravillosas”. Entre las que más tarde se encontraría la máscara funeraria que portaba el faraón sobre su cabeza, que a su vez, estaba dentro de un impresionante sarcófago de oro puro de 110 kg de peso; éste, en otro de madera dorada; y ambos, en un tercero exterior de madera recubierto con láminas de plata. Los tres se encontraban depositados dentro de un gran ataúd de cuarcita. Carter y su equipo catalogaron los, aproximadamente, 5.000 objetos que encontraron en las cuatro pequeñas cámaras, terminando su trabajo diez años después. Todo este material se conserva en la actualidad en la planta superior del Museo de El Cairo.
     Centrándonos en la máscara es una de las piezas de orfebrería más perfectas de toda la historia del arte. Sus medidas son de 54 cm de alto por 39 cm de ancho y un peso de 11 kg. Realizada en oro con incrustaciones de piedras de adorno, entre las que sobresale el lapislázuli de una gran calidad traído de las montañas de Afganistán. Además de cornalina, turquesas, pasta vítrea, cuarzo y obsidiana. Se elaboró con una maestría admirable, más aún, si tenemos en cuenta su antigüedad, pues nos estamos remontando a la mitad del siglo XIV antes de J.C., es decir, hace unos 3350 años. Probablemente, lo más impresionante es la luminosidad que produce el oro que inunda todo el rostro y lo llena de vida, a su vez, la combinación del dorado metal con el azul intenso de pasta de vidrio imitando el lapislázuli que cubre en bandas paralelas y alternas el tocado, produce un impacto cromático notable, acompañado del colorido y vistosidad del resto de los materiales incrustados en el pectoral. Hay que añadir la barba postiza hecha de oro y de piezas vidriadas, y el detalle de las cabezas de un buitre y una serpiente situadas en la frente del faraón, símbolos de su autoridad tanto sobre el Alto como sobre el Bajo Egipto. Su mirada amable; serena; elegante; propia de un rey, se consigue con unos grandes ojos hechos de obsidiana negra y cuarzo blanco. El propio H. Carter dijo de ella: “La máscara de oro batido, una bella y única muestra de la retratística antigua, tiene una expresión triste pero tranquila, evocando la juventud truncada prematuramente por la muerte.”
     La parte posterior de la máscara no se descuida, muy al contrario, también está cuidadosamente trabajada. El tocado sigue el mismo trabajo preciso del frente, con un maravilloso trenzado donde se alternan bandas de oro y pasta de vidrio color lapislázuli que finaliza recogido en la parte inferior. También aparece cincelado el capítulo 151 del Libro de los Muertos, en el que se identifica al faraón con los dioses y le proporciona una vía segura para alcanzar la vida del Más Allá.
     
     Por último, recordar que Tutankamón (su nombre significa el símbolo vivo de Amón) reinó poco tiempo, con nueve años llegó al poder y murió a los dieciocho, posiblemente de una herida infectada por una caída de su carro de caza, o algún problema genético que arrastraría desde su nacimiento. Su fama no sería la misma de no haberse descubierto su tumba sin saquear, como casi todas las demás. Pensemos por un momento como serían los tesoros depositados en la tumba de Seti I, varias veces más grande y lujosa que la del joven faraón, del que apenas se sabía nada antes del descubrimiento. Y, ya concluyo. Si se tiene la posibilidad, como yo he tenido, de poder contemplar de cerca en su urna de cristal esta maravilla de la orfebrería y del arte universal, olvidemos todo lo anterior y disfrutemos del momento, ya recapacitaremos después.
*Entre 1939-40 Pierre Montet encontró intactas las tumbas de Psusennes I, Amenemope y Sheshonq II en Tanis.     

     R.R.C.  

miércoles, 10 de octubre de 2012

El salero de Francisco I


     El salero más famoso y conocido del mundo está hecho en oro, madera de ébano y esmaltes, con unas medidas de 26x33.5 cm y de estilo renacentista italiano.  Fue elaborado por Benvenuto Cellini en 1540 -43. Esta obra maestra con personajes de bulto redondo fabricada para el Rey Francisco I de Francia, puede ser admirada hoy en el Museo de Historia del Arte de la ciudad de Viena. Se trata de una joya de excelente cincelado a mano representativa del mar y la tierra, en base a los vientos y las estaciones con una elaborada alegoría iconográfica que el propio Cellini destaca en sus escritos. Este salero, por su gran tamaño, puede ser considerado en realidad como un centro de mesa, que el mismo rey le confió para ser utilizado en los banquetes de la corte real.

      Lleva superpuestas estatuillas de personajes medio recostados, uno de los cuales: Neptuno (en el papel de Júpiter en palabras del autor), en actitud fiera, orgullosa, arrogante…, y armado con un tridente representa al mar. Es el dispensador de sal que sale por uno de sus brazos, y está acompañado por cuatro caballos marinos. A su izquierda, aparece un barco ricamente trabajado destinado a contener la sal. El agua estaba representada con sus olas esmaltadas del color apropiado. Enfrente, una mujer que simboliza la tierra es el dispensador de pimienta, que salía por uno de sus pechos. Fijémonos en el hecho de que sus piernas se entrelazan, sugiriendo la unión entre Tierra y Mar, además de insinuar una actitud un tanto sensual, lo cual resultaba una metáfora muy apropiada según el propio Cellini. Asimismo, con su mano derecha recoge el cuerno de la abundancia. En primer plano se exhibe un arco de triunfo romano de tres vanos muy ricamente decorado, recorrido por cuatro columnas orden jónico, con una gran escultura femenina desnuda que parece despertar sobre su techumbre, sirve para recoger la pimienta. El pie o base en forma de zócalo ovalado se encuentra adornado con ocho pequeños huecos ornamentados con cuatro figuras simbólicas: la Aurora, el Día, el Crepúsculo y la Noche. Para cuya realización Cellini se inspiró en la tumba de los Médicis de Miguel Ángel. Los vientos separan esas figuras. En otras cuatro figurillas están representadas las cuatro estaciones: la primavera, el verano, otoño e invierno respectivamente. Las aristas de los huecos, así como otras partes de este zócalo, se encuentran guarnecidas de filetes en madera de ébano, con el objeto de que las figuras resalten notablemente. 
  
     Todo aparece representado como en una nave con una gran minuciosidad, detalle y riqueza. El gran artista italiano Cellini, con su destreza y calidad técnica, convirtió una pieza de orfebrería en una verdadera escultura de gran belleza.

     El propio Cellini cuenta la reacción del Rey cuando le presentó este precioso dispensador de sal y pimienta, y qué hizo a continuación: “Cuando puse esta obra ante los ojos del rey, dio un grito de estupor y no se cansó de contemplarla. Luego me dijo que me la llevase a casa y que ya me diría oportunamente lo que se había de hacer con ella. Me la llevé, pues, a casa; invité a comer a mis íntimos; fue una comida estupenda y muy divertida; en el centro de la mesa estaba el salero, presidiendo; fuimos los primeros en utilizarlo."

     En fin, con un salero así ¡a cualquiera se le olvida echarle sal a la comida!
        R.R.C.     

Estatuilla de los amantes de Ain Sakhri


    
     Esta es la escultura más antigua conocida de una pareja haciendo el amor humano. Ahí está la pareja de amantes, precursores de John Lennon y Yoko Ono, fundidos en un abrazo inequívoco. La forma natural de un adoquín de calcita ha sido utilizada para representar el contorno de las figuras. Presenta una altura de 10,8 cm, una anchura de 6,2 cm y una profundidad de 3,8 cm.  Conservada en el Museo Británico de Londres, fue encontrada en 1933 por un beduino en Cisjordania, no lejos de Belén, procede de la cueva de Ain Sakhri. Este sitio fue ocupado en un período inicial por una aldea de cultura Natufiense, cuando la gente de esta región vivía de la caza. La escultura puede haber tenido un significado especial, quizás representando ideas sobre la fertilidad, o bien lo que refleja es una nueva comprensión del papel que desempeña el hombre en la reproducción. Su antigüedad se remonta al año 9000 a. de J.C.
     La piedra representa a una pareja frente a frente, abrazados el uno al otro, y aunque sus géneros no se reflejan, según se mire, la forma de la figura tiene una forma fálica o vaginal, como si mimetizara en este abrazo ambas sexualidades. Los habitantes de esta aldea Natufiense  se cree que fueron los primeros humanos en domesticar ovejas y cabras, y los iniciadores de la agricultura. Quizás esta habilidad que alcanzaron al seleccionar a los animales y a las plantas les permitió entender la importancia del rol del macho en la reproducción, y esta figura podría representar este creciente interés por la fertilidad. La pregunta es: ¿se trata de un objeto ritual focalizado en la fertilidad, o es un simple reflejo del amor humano? Sea lo que fuere, en esta estatuilla podemos ver que los humanos se habían vuelto emocionalmente sofisticados, redescubriendo y disfrutando del acto reproductivo, un paso antropológicamente muy importante para nuestra especie. Nuestra relación con el mundo natural estaba cambiando al final de la etapa mesolítica, empezábamos a dominar nuestro entorno, pero sobre todo, contábamos con más tiempo libre (de lo que lamentablemente parece que cada vez tenemos menos en el mundo actual) para pensar, para imaginar y para disfrutar. Los autores de esta escultura eran unos de esos primeros humanos que gozaron del ocio para descubrir los placeres del amor, un paso muy importante para nuestro proceso de civilización.
      R.R.C.

lunes, 8 de octubre de 2012

MORFOLOGÍA URBANA


     Se llama morfología urbana a la forma externa que presenta la ciudad, al paisaje de la ciudad (plano, forma de las edificaciones..). Al estudiar el plano, que es la trama formada por las vías de un núcleo urbano, se pueden distinguir distintas partes:

 A-   El casco antiguo.

 Es el centro histórico, la zona más antigua de la ciudad, tiene una fisonomía propia de acuerdo con la época en que se construyó. De tal manera, en España nos podemos encontrar ciudades con cascos antiguos que siguen fielmente el trazado romano (Tarragona, Cartagena…), el trazado medieval musulmán (Granada, Córdoba…), medieval cristiano (León, Vitoria….). Hoy suele estar ocupado por comercios, en algunos casos se ha producido un deterioro de sus edificaciones y está ocupado por una población residente con escasos recursos; en otros se ha producido una rehabilitación de los edificios que mejora las condiciones de vida y ha atraído a una población joven con  más poder adquisitivo.

 B-   El C.B.D. o centro de negocios.

 El C.B.D. (Central Busines District) es donde se localizan los principales comercios, bancos, hoteles, edificios de la administración, sedes empresariales, etc. Se accede a él con facilidad pues está bien comunicado; en él predominan los edificios altos (suelen ser las zonas con mayor verticalización de la ciudad) bien equipados dedicados casi por completo a oficinas, y donde la población residente es escasa (el valor del suelo es muy elevado).

 C-   El ensanche.

 Es la zona protagonista de una gran etapa de crecimiento urbano; surge en la segunda mitad del S. XIX y la primera del S. XX. En las ciudades surgen barrios nuevos, planificados (con plano ortogonal generalmente), con buenas comunicaciones, zonas de servicios. En esta zona de la ciudad aparecen distintas formas de uso del suelo: residencial, comercial, administrativo, ocio…En algunas ciudades coincide con el C.B.D. Los edificios suelen adecuarse a un modelo en que, la planta baja y las primeras se utilizan con fines económicos (comercios, oficinas, bancos..)el resto de las plantas como residencias familiares.

 D-   Áreas suburbanas o extrarradios.

 Son zonas que surgen esencialmente por el crecimiento urbano del S. XX y se encuentran fuera de las ciudades pero inmediatas y vinculadas a ellas. Aquí encontramos diversos tipos de actividades: polígonos industriales, sectores comerciales, complejos deportivos y de  ocio, y zonas residenciales de dos tipos y para grupos distintos de población: - barrios obreros, con elevada densidad de población en bloques de edificios elevados (muchas veces construidos por iniciativa oficial) y que con escasos servicios ( en algunas ocasiones aparece chabolismo cerca de estos barrios);- barrios residenciales situados en lugares más privilegiados que los anteriores, mejor comunicados, con más servicios, zonas ajardinadas, menos densidad de población (viviendas unifamiliares o de pocas plantas) y donde vive la clase media y alta.

 E-   Espacios periurbanos.

 Son zonas más alejadas de la ciudad pero que se ven influenciadas por ellas. Son zonas rurales, pueblos, que se han ido uniendo a las ciudades por las nuevas vías de comunicación y por superficies industriales.
Todas estas áreas que puede tener el plano de una ciudad pueden adoptar distintas formas pudiendo distinguir las siguientes:

        v Plano desordenado o irregular: no obedece a ningún plan preconcebido, sino del crecimiento espontáneo y se caracteriza por tener calles estrechas, sin salida, plazas sin forma definida. Es el tipo de plano  de las ciudades medievales.
        v Plano ortogonal, en cuadrícula o en damero: es un plano donde las calles se cortan formando ángulos rectos. En España se dan en centros históricos de origen griego (plano hipodámico) o romano, en ensanches o en ciudades nuevas planificadas así.
       v Plano radiocéntrico: se origina cuando se crean vías de trazado radial que convergen en un núcleo  (plaza, zona más antigua de la ciudad..) y otras que  se disponen de manera concéntrica formando anillos sucesivos.
       v Plano lineal: se establece cuando los edificios se disponen a lo largo de una línea de circulación (carretera), de un elemento natural (río, costa).

Nota: Manual de Geografía