sábado, 29 de septiembre de 2018

“Huyendo de la crítica” de Pere Borrel


     El Banco de España en Madrid no solo guarda dinero y oro en su interior; también cuenta con una importante colección de arte, como es el cuadro que nos ocupa del pintor catalán Pere Borrell, nacido en el siglo XIX y fallecido a principios del XX. Se trata de una pintura realista, diría más: hiperrealista en algunos aspectos, ejecutada al óleo sobre un lienzo de 76 x 63 cm. A esta técnica pictórica que consiste en “engañar al ojo”, es decir, que en principio no sabemos bien lo que estamos viendo, ya que se nos mezcla la realidad y la ficción empleando perspectivas y otros efectos se denomina: trampantojo, y en esta obra tenemos un buen ejemplo de ello. En la que un niño asustadizo y con los ojos desorbitados quiere escapar de su realidad ficticia a una real, aunque no sepamos por qué. No obstante, el título de la obra nos da una pista: no estaría haciendo otra cosa que huir de sus críticos presentes y futuros, no desea estar a expensas de lo que puedan decir de él los espectadores del cuadro, comentarios que quiere evitar a toda costa.
     En esta pintura, una parte fundamental de la misma es el propio marco dorado, lo más hiperrealista de todo, y sobre el cual, el niño apoya su pie y sujeta con fuerza con ambas manos para abandonar el mundo imaginario, que el pintor no nos ha querido mostrar con ese fondo neutro. Este cuadro no necesita marco, ya va incluido en el lienzo. Por hacer una referencia histórica, al gran pintor del barroco español Bartolomé Murillo del siglo XVII, le encantaba la representación de niños en sus obras. La tela “Niño riendo asomado a la ventana” de la Galería Nacional de Londres, también la podríamos considerar un Trampantojo, aunque por los colores terrosos utilizados en “Niños comiendo uvas y melón” de este mismo autor expuesto en la Pinacoteca de Munich, recuerda mucho más al de Pere Borrel.      
     Por último, este cuadro pintado en 1874 ha abandonado en varias de ocasiones las paredes del Banco de España, para estar presente en diversas exposiciones.
        R.R.C.

martes, 25 de septiembre de 2018

BRAZALETE DEL FARAÓN DE PLATA


     Este que vemos en la imagen formaba parte de la colección de brazaletes de oro del conocido, precisamente, como El Faraón de Plata. Es una de las 22 pulseras que llevaba en sus brazos, cuando fue descubierta su tumba intacta por el arqueólogo francés P. Montet en Tanis, en la excavación de la temporada 1939-40. Una maravillosa obra de los orfebres egipcios de hace más 3000 años, elaborada con oro y piedras de adorno incrustadas como: feldespato verde, cornalina y lapislázuli, que dotan a la pieza de un gran atractivo merced al colorido y al contraste con el dorado metal. Expuesta en las vitrinas del Museo de El Cairo, aún mantiene su elegancia gracias a su excelente estado de preservación.
     Cabe destacar que impresionan los dos cartuchos coronados por ostentosos discos solares hechos en oro, que contienen el Nombre de Trono a la izquierda y el Nombre de Nacimiento a la derecha de este faraón (conocido por su denominación griega: Psusennes I). Dos planchas de este valioso material elaboradas en forma oval, y divididas en bandas paralelas contienen las celdillas para introducir las piedras talladas ya mencionadas. No podía faltar el enorme escarabajo egipcio de lapislázuli que todos conocemos, y que podemos divisar por los dos lados de la fotografía; representante del Sol naciente y símbolo de la resurrección en la religión egipcia.
          R.R.C.
NOTA: imagen bajada de Internet.

domingo, 23 de septiembre de 2018

El tetradracma ateniense


     El anverso es la parte más importante de cualquier cosa material; en el caso de una moneda, es la cara donde figura la imagen o inscripción principal. Contrariamente, el reverso muestra la parte o imagen secundaria. Pues bien, en el euro, moneda común de varios países desde el 2002, en el anverso presentan la parte específica de cada país, mientras el reverso es común a todos ellos.

     Centrándonos ahora en la pieza de 1 euro griego, es la única moneda que luce letras de su alfabeto para escribir la palabra euro, mientras que el resto emplea las letras del alfabeto latino, pero hay una cuestión más, ya que su anverso se inspira en la antigua moneda de plata de 17 g de peso y casi 2,5 cm de diámetro, llamada tetradracma y utilizada de forma abundante en Atenas desde el siglo VI a. de C., la cual mostraba la esfinge de la diosa nacional de la ciudad, es decir, Palas Atenea en el anverso; mientras que su reverso quedaba reservado para el mochuelo común europeo o Athene noctua, sin embargo, para otros se trata de una lechuza* o un búho; y el nombre de la polis emisora: ΑΘΕ (Alfa, Theta, Épsilon), apócope de la urbe de ATHE (Atenas). Además, acompañaban al ave de rapiña nocturna: la luna y una rama de olivo con una aceituna. Por último, señalar que el tetradracma ateniense es una de las monedas antiguas mejor conocidas y, por si quedaba alguna duda, la Grecia moderna las ha puesto actualmente en circulación en sus nuevas piezas de 1 euro.
*Para Pierre Grimal, por ejemplo.
         R.R.C.
P.D. Añadida el 29-7-2022
                                               La mascota de Atenea

     Desde la Edad Media hasta nuestros días se viene considerando la lechuza como el ave que acompañaba a la diosa Atenea y, en consecuencia, a su divinidad equivalente  Minerva de los romanos. Solo unos pocos autores prefieren hablar de un Búho en lugar de una lechuza. Sin embargo, todo parece indicar que el verdadero rapaz de Atenea es un mochuelo, como podemos comprobar en una de sus caras de los antiguos tetradracmas de plata atenienses, muy populares en su época.

     En primer lugar, el mochuelo común europeo es muy abundante en el sur de Europa y norte de África, y cuyo nombre científico Athene noctua lo toma de la diosa. Además, la lechuza es un ave casi desconocida en Grecia. Por otra parte, la ornitología  todavía no estaba lo suficientemente desarrollada para identificar el animal de Atenea o del numerario. De la familia Strigidae cuenta con unos 25 cm de altura y lo podemos ver en lugares donde los olivos son habituales, como nos recuerda la pieza de plata mencionada, la cual nos muestra una rama de olivo con su aceituna y la luna, que hace referencia a un ave nocturna.

     Mochuelo en griego se escribe γλαύξ, pero también se ha traducido erróneamente por lechuza y búho, al menos eso piensa L. Rodríguez-Noriega (Univ. de Oviedo) o J.J. Picos (escritor). Por lo tanto, la traducción correcta de la palabra griega sería: mochuelo y no lechuza, como habitualmente se dice en libros, diccionarios, artículos… Hay que tener presente que para la mayoría de estos traductores no era condición sine qua non que fuera un "pájaro" u otro. En la siguiente imagen descargada de Internet vemos una representación de las tres aves:

     Solo me queda por añadir la conocida frase: "Cada mochuelo a su olivo", como comprobamos en la moneda que añade la apócope de Atenas, mientras la otra cara la reserva para el rostro de perfil de Atenea.

     R.R.C.

LAS CARIÁTIDES DEL ERECTEION


     Cuando uno contempla el lateral izquierdo del Partenón, no puede evitar que su atención se desvíe a la tribuna de cariátides, que luce espléndida en otro templo cercano llamado Erecteion. Las seis imágenes que vemos “in situ” son fieles reproducciones de las originales: cinco de ellas conservadas en el Museo de la Acrópolis en Atenas y una en el Museo Británico de Londres.
     Nos informa Vitruvio, arquitecto romano del siglo I a. de C. que griegos leales a su patria castigaron a todos los hombres de la ciudad de Carias, no muy lejos de Esparta, por ponerse del lado de los persas en las famosas guerras Médicas, mientras que a las mujeres las condenaron a llevar pesadas cargas el resto de sus vidas. Eran famosas por su belleza ya que se las relacionaba con la mítica Helena de Esparta, más tarde de Troya, cuando Paris se la llevó a esa localidad tras el secuestro consentido que dio lugar a una guerra de dicha población con el resto de los aqueos. La belleza le viene por ser hija de la diosa Némesis transformada en Oca, y de Zeus que adoptó la forma de un precioso cisne para la ocasión. Fruto de esa relación Némesis puso un huevo, que fue entregado por un pastor a Leda, reina de Esparta, del cual nació Helena y de la que se hizo cargo como si fuera su propia hija.
     No se sabe con certeza quien esculpió en mármol estas esculturas femeninas de más de 2,3 m. altura, que a modo de columnas sostienen para toda la eternidad el pesado entablamento de este pórtico del Erecteion. Se las han atribuido al propio Fidias, e incluso a otro escultor llamado Alkamenes. Van vestidas con un peplo y llevan una cesta sobre sus cabezas que se integra en el capitel. Carecen de brazos total, o parcialmente, así que no sabemos qué harían con sus manos. Por supuesto que tienen la belleza, serenidad y elegancia clásicas propias de la segunda mitad del siglo V a. de C. Por otra parte, mientras tres de ellas adelantan su pierna izquierda las otras hacen lo propio con la derecha dejando transparentar su extremidad, comportándose su vestimenta como si de un paño mojado se tratara. Este movimiento de piernas dirige la vista del espectador al centro de la tribuna.
        R.R.C.
NOTA: Imagen descargada de Internet.

viernes, 7 de septiembre de 2018

EL VASO DE LOS GUERREROS Y MONEDA IBÉRICA


     Denominado así porque en su friso aparecen representados doce guerreros armados con lanzas cortas; espadas con el filo curvado conocidas como falcatas, que eran muy habituales en la península ibérica prerromana y, por último, también portaban alargados escudos. Fue descubierto en la década de 1930 en el poblado ibérico del Tossal de Sant Miquel, en la provincia de Valencia, y lo podemos contemplar en el Museo de Prehistoria de esta ciudad.
     Es precisamente en la cerámica ibérica en donde la pintura de estos antiguos artistas mostró su mejor cara, y ni que decir tiene, que nos encontramos ante una obra excepcional de finales del primer milenio a. de C., en la que el autor nos deleita con seis caballeros y seis soldados de color rojizo sobre fondo anaranjado pintados en el friso de la pieza. Las figuras, un tanto estilizadas y geométricas, no le falta una base realista. Además, motivos florales se esparcen por la escena. Mientras en la parte superior e inferior se recurre a los consabidos motivos geométricos del arte ibérico.
     Evidentemente el autor es anónimo, pero la calidad que presenta esta pintura, y el dominio técnico desde el punto de vista de su realización y composición de la narración, la convierte en el referente artístico más importante de este estilo, a pesar de no estar claro el contenido de lo que se quiere transmitir, pues mientras unos especialistas observan en ella una celebración; otros creen que se está desarrollando una batalla, aunque no se sabe cuál. En fin, como tantas veces ocurre en historia o en arte, las posibilidades están abiertas.
      R.R.C.
Apéndice (20-6-2021):                                                 
                                                                 AS DE SEKAISA

     Entre los siglos II-I a. C. la ciudad celtibérica de Segeda realizó varias emisiones de moneda, tanto de bronce como de plata (en menor cantidad). Una cabeza joven y masculina con mechones de cabello abarca casi la totalidad del campo de la pieza en el anverso, que aparece enmarcada por dos delfines y una grafila que concluye esta faz. Cabría destacar que no presenta leyenda alguna, lo que en numismática se denomina anepígrafa, término no reconocido actualmente por la RAE. En el reverso comprobamos un jinete al galope que porta una lanza en su brazo derecho, y bajo la línea de exergo aparece una inscripción de la ciudad en caracteres ibéricos, y que se transcribe: “Sekaisa” (la poderosa).

     La moneda que vemos en la imagen es una réplica que reproduce un as de bronce de esta cultura, que tenían unos 25 mm de diámetro y 9 gramos de peso aproximadamente. Por último, es digno de recordar, que los antiguos habitantes de esta ciudad opusieron tanta resistencia a los romanos que les obligaron a cambiar el calendario político en el año 153 a. C., ya que a partir de esta fecha empezaron a tomar posesión los cónsules (la magistratura más alta durante la República) en las calendas de enero, o sea, el primer día del mes y no en los idus de marzo (día 15) como venía siendo habitual. 

     R.R.C.

NOTA: Imágenes obtenidas de Internet.