miércoles, 28 de agosto de 2019

RELIEVE DE TUTANKAMÓN (DETALLE)


      Es una extraordinaria pieza de madera forrada con una lámina de oro, que formaba parte del rico tesoro que Howard Carter descubrió en la tumba de Tutankamón. Por lo tanto, tiene una antigüedad superior a los 3300 años.
     Nos encontramos con una tierna escena entre el joven rey y su bella esposa, elegantemente vestidos y engalanados como ya nos tiene acostumbrados por otras delicadas representaciones, como la que muestra el respaldo de su trono, probablemente, la mayor exhibición de amor vista en todo el antiguo Egipto. La compenetración y felicidad de la pareja es plena. En el presente relieve, Tutankamón se expone sentado en una silla de tijera con patas de animal, derramando un oloroso aceite en la mano de Anjesenamón, que aparece sentada a su lado sobre un cojín, dejando al descubierto uno de sus pechos, mientras apoya su brazo izquierdo en las rodillas de su esposo. Entre ambos, observamos el cartucho con el nombre de la reina, y que podríamos traducir por “Su vida es de Amón”. A continuación, leemos de arriba abajo: “La gran esposa real del Señor de las Dos Tierras” y el cartucho con el Nombre de Trono de Tutankamón “El Señor de las manifestaciones de Ra”. También vemos los cartuchos de su Nombre de Nacimiento “La imagen viva de Amón, gobernador de Heliópolis de sur”, o sea, Tebas (la actual Luxor). Mientras otros jeroglíficos presentes en el relieve expresan deseos de vida eterna y para siempre a la pareja.
     En fin, una vida larga que al final no pudo ser, pues se truncó por la temprana muerte del Faraón, con tan solo 19 años, y según parece, una desgraciada vida posterior esperaba a la joven y hermosa reina.
NOTA: Aunque vida eterna y para siempre nos puede sugerir una redundancia, con frecuencia, los jeroglíficos que hacen referencia a dichos términos se muestran juntos. Según el egiptólogo Christian Jacq, “la eternidad” es cíclica, con la presencia de la tierra; y “siempre” es una eternidad luminosa con la presencia del Sol.
      R.R.C.
IMAGEN OBTENIDA EN INTERNET DE NATIONAL GEOGRAPHIC

sábado, 17 de agosto de 2019

¿Por qué representan con cuernos a Moisés?


     Posiblemente ha sido la estatua que Miguel Ángel realizó de Moisés para la tumba del papa Julio II en el siglo XVI, y que hoy podemos contemplar en la iglesia de San Pietro in Vincoli de Roma, a menos de medio km. del Coliseo, la que popularizó una imagen del profeta del Antiguo Testamento con cuernos.
     Cuando Moisés desciende del monte Sinaí con las tablas de Los Diez Mandamientos, tenía su rostro desfigurado por haber estado ante la presencia de Dios, según nos dice el libro del Éxodo en el cap. 34, vers. del 29 al 35. Los israelitas quedaron tan asustados que se vio en la necesidad de cubrirse la cara con un velo el resto de sus días, descubriéndose solo cuando volvía a estar en presencia de Dios.
     ¿Qué pudo ocurrir? El meollo de la cuestión se centra en la palabra hebrea “KRN”, lógicamente escrita sin vocales, ya que esta lengua carece de ellas. Cuando el papa Dámaso I encarga a San Jerónimo en el siglo IV que traduzca la Biblia del hebreo y el griego al latín, la famosa Vulgata latina, reconocida como la Biblia oficial de la Iglesia católica, interpreta la palabra consonántica como: karan, que significa cuerno y, de aquí, que a Moisés se le represente con estos “adornos”. Ahora bien, actualmente se ha optado por otra traducción muy diferente del mismo término: keren, que se podría traducir por radiante, e incluso, como rayos de luz. De haber conocido el autor renacentista esta última versión del texto bíblico ¿cómo hubiera representado los rayos de luz a partir de un bloque de mármol? Seguro que hubiera encontrado la forma perfecta de hacerlo.
     ¿Por qué San Jerónimo optó por karan (cuerno) y no keren (rayo de luz)? Cuando, además, tenía a su disposición la versión griega del Antiguo Testamento (Biblia de los Setenta o Septuaginta), en la que para nada aparecía la palabra cuernos. Parece evidente que el significado que quería dar al término era otro muy distinto al que interpretamos hoy en día, es decir, que hace referencia a la infidelidad, o al que se le dio en la Edad Media, que representaba todo lo demoniaco. Según el Éxodo, Moisés procede de Egipto y allí los grandes dioses no tenían ningún inconveniente en aparecer con cuernos: Osiris, Jnum, o Isis, por ejemplo. E incluso tenían un signo jeroglífico (F13 en la lista de Gardiner) que se representaba con dos cuernos y suena “UP” y significa abrir en diversas expresiones, como abrir una ruta, abrir la matriz para el parto, abrir el año… Implica también la idea de discernir o juzgar, en definitiva de estar dotado de inteligencia para tener la capacidad de comprender, cualidad necesaria para guiar al pueblo elegido.
     Por lo tanto, nos encontramos ante una metáfora que aludía (al igual que en otras culturas antiguas) a la sapiencia, la fuerza, la energía, la experiencia...; si no a la divinidad misma, al menos a haber estado en contacto con Dios. Obviamente, este último significado no ha llegado hasta hoy.
        R.R.C.
Imagen descargada de Internet

viernes, 16 de agosto de 2019

La Gran Dobla de Pedro I y moneda de los Reyes Católicos


     Conservada en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) de Madrid es, posiblemente, la moneda más prestigiosa de toda la historia de la Numismática española. El ejemplar de la imagen que vemos es una copia de la original que conserva el museo español, ya que una sola pieza de la época creo que integra la colección de la Biblioteca Nacional de Francia.
     Esta bellísima moneda de oro de gran tamaño, pues presenta un diámetro de casi 7 cm y un peso cercano a los 45g. Es una de esas monedas que los reyes utilizaban como regalo a grandes e importantes personajes, incluida la iglesia de su tiempo, como no. Fue acuñada en Sevilla y conocemos la fecha exacta de su emisión, ya que la propia moneda nos lo indica, algo poco frecuente, pero que en este caso contamos con esa información adicional. En la inscripción que hallamos en el reverso de la misma nos encontramos con el año en números romanos: MCCCLXXXXVIII, es decir, 1398 de la Era Hispánica*, que se corresponde al 1360 de nuestro calendario actual. En su faz vemos en bajo relieve la imagen del monarca, mientras en el reverso observamos los emblemas de los reinos de Castilla y León.
     Respecto a las inscripciones latinas que presenta en ambas caras dicen como sigue:
-Anverso DOMINUS MICHI ADVITORET EGO DISPICIAM INIMICOS MEOS, que traducido quedaría: El Señor es mi amparo y yo descubro a mis enemigos.
-Reverso PETRVS DEI GRACIA REX CASTELLE E LEGIONIS, cuya traducción es: Pedro por la gracia de Dios rey de Castilla y de León.
     En fin, un motivo más para visitar el Museo Arqueológico Nacional y su interesante sección de Numismática. 
ACUÑACIÓN CON MARTILLO (RELIEVE MEDIEVAL)
*Durante el reino visigodo de Hispania, en el siglo VI se estableció como calendario oficial la Era Hispánica, que comenzaba a contabilizar el tiempo 38 años antes que nuestro calendario actual, probablemente por un impuesto que los romanos hicieron extensivo a toda España coincidiendo con la desaparición del Segundo Triunvirato. Este calendario se mantuvo hasta finales de la Edad Media, y progresivamente se fue abandonado en las distintas partes del territorio por el que utilizamos ahora.
NOTA: a las monedas de oro de Castilla en la Edad Media se les conoce con el nombre de “dobla”.
    R.R.C.
NOTAI: Imagen moneda bajada del MAN
NOTA II: Relieve bajado de Internet
APÉNDICE AÑADIDO EL 20 DE OCTUBRE DE 2022
                                    MONEDA DE LOS REYES CATÓLICOS

     Este tipo de moneda de oro acuñada por los Reyes  Católicos se le conoce como “excelente”, por la gran pureza del metal precioso. La que observamos en la imagen es de finales del siglo XV o principios del XVI, de 27 mm de diámetro y 7 g. En el anverso vemos la efigie frente a frente de ambos monarcas coronados como símbolo de la unión dinástica de Castilla y Aragón, con una S entre ellos que nos indica que fue impresa en la ceca de Sevilla, una estrella de seis puntas en la parte superior, y una leyenda en latín que rodea la pieza con sus nombres: “Isabel y Fernando por la gracia de Dios”. En el reverso contemplamos su escudo de armas bajo el águila de San Juan, apóstol por el que la reina sentía una gran devoción, con la leyenda una vez traducida:Bajo la sombra de tus alas”, implorando la protección del Señor.

     Por último, estas monedas no estaban hechas para la circulación del día a día, sino que se utilizaban para regalos, ocasiones especiales o piezas de representación, por lo que el efecto propagandístico resulta evidente.

NOTA: Ambas leyendas se encuentran acuñadas entre una doble grafila (orla de puntitos). Anverso: FERNANDUS ELIXABET DEI GR (GRATIA); reverso: SVB VMBRA  ALARVM TV (TUARUM)

NOTA II: Imagen bajada de Wikipedia