jueves, 6 de junio de 2024

La firma de Cleopatra, la última reina de Egipto

 

     De los poquísimos documentos que tenemos firmados de la antigüedad es este uno de ellos. Descubierto a principios del siglo XX y conservado en la capital alemana, tuvo que esperar al primer año del siglo siguiente para ponerlo en valor (como tanto les gusta decir a políticos y periodistas de hoy en día), pues contiene al final del texto y de manera separada, el visto bueno escrito a puño y letra de la mismísima Cleopatra VII, la última reina de Egipto, amante de Julio César y Marco Antonio, ya que ambos estaban casados con las romanas Calpurnia y Octavia.

     Tanto el texto como lo que podríamos considerar su firma aparecen en griego. El primero por un funcionario de la corte con letra claramente distinta a lo que sería su refrendo, para evitar falsificaciones. La información que nos transmite el papiro es una serie de exenciones de impuestos a un amigo muy cercano a Marco Antonio, sin más información relevante. Fue escrito a principios del año 33 a. C. cuando ya estaba próxima la batalla de Accio que puso fin a la vida de ambos amantes.

     En el escrito podemos ver remarcado en rojo en la parte inferior la palabra en griego γινέσθω,ι que anotada con el alfabeto latino sería: ginésthōi, y una vez traducida al español: “Hágase”, lubricado a puño y letra por la propia reina.

       R.R.C.


LA MONEDA DE PONCIO PILATO

 

     Esta pequeña moneda de bronce, y de escaso valor en la época, fue mandada a acuñar por el gobernador romano en Judea Poncio Pilato, junto a otra pieza en los años 30 y 31. Hay que advertir que en alguna moneda de Pilato se ha encontrado un problema ortográfico. Aunque su residencia estaba situada en Cesarea, las monedas fueron acuñadas en bronce en Jerusalén y circularon por toda Judea, e incluso más allá, hasta 40 años después de su impresión.

     En el anverso observamos un lituus* que era un instrumento que podría ser de madera, muy importante para los sacerdotes romanos (augures) que ocupa todo el campo de la moneda, rodeado de una inscripción escrita en griego que dice: TIBЄPIOY KAICAPOC (Tiberio César).  La leyenda asegura que Rómulo utilizó este utensilio para la fundación de Roma allá por el 753 a. C. En el reverso vemos unas espigas de cebada que podrían tener un carácter decorativo, aunque no puedo descartar algún otro significado, y su año de fabricación L IZ = Año 30 d. C (L es abreviatura de año).

*Con forma de callado es un signo jeroglífico como atributo de poder denominado Heqa en el Antiguo Egipto, y que podríamos traducir como gobernante. Más tarde en la religión cristiana se convierte en el báculo de los obispos simbolizando el artefacto de un pastor que guía a sus ovejas.

       R.R.C.

NOTA: Aunque en la moneda vemos una UZ, realmente es una L IZ que al juntarse la L con la I en la impresión de la pieza dan lugar a una U. Por otra parte, Tiberio es emperador de Roma desde septiembre del año 14 d. C., luego L es la abreviatura de año como ya sabemos, e IZ se corresponde con el año 17 de Tiberio, que nos lleva en nuestro calendario al año 30 d. C.

NOTAII: Imagen descargada de Internet

miércoles, 5 de junio de 2024

LOS GATOS DEL HERMITAGE

 

     El 8 de agosto es el Día Internacional del Gato (aunque tiene otros días más), lo cual me ha hecho recordar a unos residentes muy particulares del Museo del Hermitage de San Petersburgo en Rusia, que es uno de los mayores y más prestigiosos museos del mundo, comparable a las galerías del Louvre, British* o Metropolitano de Nueva York. Ya desde el siglo XVIII se vio la necesidad de que estos felinos deambularan por allí, y en la actualidad unos 65 gatos habitan en sus sótanos atendidos por cuidadores, con el fin de ahuyentar a roedores que podrían dañar miles de obras de arte que allí se depositan. Salvo el paréntesis de la II GM (en el que murieron todos), estos animales han estado presentes en los subterráneos y alrededores del museo desde su fundación. Son gatos procedentes de la calle, y cuando tienen excedentes les encuentran familias dispuestas a acogerlos; eso sí, con un certificado que les garantiza que han sido gatos custodios del Hermitage. Todo un lujo.

     Fue la emperatriz Catalina la Grande la que concedió a los felinos el estatus de “guardianes” del museo, que ella misma creó hace poco más de 250 años. “Los gatos se han convertido en protagonistas importantes de la vida del museo, forman parte de la leyenda e historia del Hermitage”, afirma su director. Los dos preciosos gatos que podemos ver tanto en su exterior como en interior son de ellos. 

*El gato Mike nacido en 1909 colaboró a proteger la entrada principal del museo Británico durante 20 años.

          R.R.C.


CERVEZA TUTANKHAMUN

 

     En el templo del Sol mandado a construir por Akenatón, el cual contaba con una cervecería, un arqueólogo de Cambridge descubrió una receta en 1990 para la elaboración de la cerveza. Posteriormente y siguiendo sus indicaciones, una fábrica escocesa se encargó de producir lo que presentaron como la cerveza más antigua del mundo: Tutankhamun. Se ofrecía en una bonita caja de madera que simbolizaba un sarcófago. En la parte frontal y en vivos colores se nos muestra el nombre de trono y el nombre de pila del faraón en sus correspondientes cartuchos. En la zona inferior podemos traducir del jeroglífico: “Cerveza para su Majestad”. Y para quién pudiera pagársela, añadiría yo. Solo se fabricaron 1000 botellas.

      R.R.C.


TUBO DE KHOL DEL ANTIGUO EGIPTO

 

     De la 18 dinastía del Antiguo Egipto, concretamente del siglo XIV a. C., es este tubo de Khol de Satimón (La hija de Amón, en español), como vemos en el cartucho inferior, hija del faraón Amenofis III, aunque en este caso la escritura jeroglífica que aparece encima nos la presenta como Gran Esposa Real de su padre. También sabemos por otras fuentes, e incluso por algún tubo similar, que este título lo ostentaba principalmente Tiy, la madre de Amenofis IV. En la parte superior nos encontramos con el cartucho de Amenofis III, que traducido al español significa: “El señor de la justicia es Ra”, al cual se le presenta como el buen dios. Mientras a ella se le desea larga vida.

     Lo podemos ver en el Museo Metropolitano de Nueva York, y está elaborado en loza, para contener un cosmético llamado Khol que utilizaban mayoritariamente las mujeres, pero también sabemos de su uso por parte de los hombres en la antigüedad, no solo en Egipto, igualmente se empleaba en otros lugares. Servía para ennegrecer los ojos aunque también se le suponía propiedades terapéuticas.

       R.R.C.

NOTA: Imagen bajada de Internet

Shekel de la primera gran revuelta judía contra los romanos

 

     La moneda que vemos en la imagen de una calidad excelente está acuñada en la ceca de Jerusalén, una vez empezada la primera revuelta de los judíos contra la dominación romana, más concretamente en el año 69 de nuestra era. El material utilizado fue la plata y debe de andar en torno a los 14 g de peso y 2.5 cm de diámetro. Esta primera guerra contra Roma comenzó en el año 66 y finalizó con la destrucción y saqueo del templo de Jerusalén y la toma de Masada en el 73 d. C. El emperador Vespasiano  emitió monedas que celebran las victorias obtenidas en Judea.

     En su anverso vemos un típico cáliz judío de borde perlado con la leyenda en hebreo “shekel de Israel”. Mientras que en el reverso aparece en el mismo idioma “Jerusalén la Sagrada” y se muestran tres granadas saliendo de un mismo tallo. La granada, como alegoría de la fertilidad, era un símbolo de Judea, además de otros pueblos mediterráneos, también las utilizaban los sacerdotes para decorar el Templo, según nos informa Flavio Josefo. En ambas caras lo que vemos son símbolos bíblicos, lo cual nos indica el peso de la religión en la sociedad judía de la época. Una grafila bien centrada corrobora igualmente la calidad de esta pieza.

     Tan solo recordar que el hecho de emitir una moneda de plata, y más de estas dimensiones, era una declaración de guerra a la autoridad romana, pues no estaban autorizados para ello.

       R.R.C.

NOTA: Imagen descargada de Internet

EL ÓBOLO DE LA VIUDA

 

     Llamando Jesús a sus discípulos, les dijo: En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más en el gazofilacio que todos los otros, pues todos han echado algo de lo que les sobraba; ella, en cambio, en su necesidad, ha echado todo lo que tenía, todo su sustento (Marcos, 12). Luego, se convirtió para Jesús en la moneda más valiosa de todas, pese a que todos sabemos la aversión que Él sentía por el dinero, cuando pidió que le mostrasen un denario con la cara del césar, para no tener que tocarlo. Siguiendo dicho evangelio, Jesús se encontraba en el Atrio del Templo descansando cuando observó que la pobre viuda se acercó al gazofilacio (en España le llamamos cepillo) y depositó dos pequeñas monedas, las de menor valor que circulaban en ese momento por Jerusalén.

     Se ha especulado mucho sobre cuáles podrían ser, y se ha llegado a la conclusión mayoritaria de que se trataba de dos leptones, que equivalían a un prutah (óbolo). Todas aquellas monedas que el Templo no aceptaba como limosnas quedan eliminadas, lo cual allana el camino para pensar que se trataba de estas piezas, aunque fuesen muy antiguas, ya que tendríamos que remontarnos a los tiempos del rey y sumo sacerdote Alejandro Janneo, que vivió entre el 127 (rey de Judea desde el 103) y el 76 a.C., el que mandó acuñar estas monedas en la ceca de Jerusalén.

     En lo que me parece el anverso observamos con cierta claridad un ancla invertida con una leyenda en griego rodeándola. Respecto al reverso, vemos una estrella de ocho puntas en el interior de una diadema con una inscripción en hebreo. El material empleado era el bronce y su diámetro de poco más de un centímetro, aunque no eran completamente circulares.

P.D. (13-6-2024) Realmente la moneda denominada  óbolo, ὀβολόι en griego que significaba broche, fue una pieza de plata muy pequeña y que empezó a utilizarse en el  mundo heleno desde el siglo VI a. C., y equivalía a la sexta parte de un dracma (3.5 g de plata), luego no alcanzaba los 0.6 g de este mismo metal. Sin embargo, en el Nuevo Testamento la gente habla del óbolo de la viuda, pero hay que darle el sentido de una pequeña cantidad de dinero que los fieles depositaban como limosna en el gazofilacio del Templo, en el caso que nos ocupa serían dos leptones, que eran las monedas ( incluso a veces mal acuñadas), que hacían los judíos.

   R.R.C.

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