En una
subasta que tuvo lugar en el año 2014, el Ayuntamiento de la ciudad Condal se
hizo con una moneda bastante exclusiva por un precio de 12 000 euros. Es una moneda
de plata carolingia que fue emitida en la propia ciudad, en la primera
mitad del siglo IX, por Ludovico Pio,
uno de los hijos de Carlomagno, que traducimos al español por Luís I el
Piadoso. No llega a la decena el número de piezas que se conocen como esta,
que, además de su buen estado de
conservación le proporciona un valor económico añadido. La escasez de
ejemplares se explica por la costumbre que se tenía en el Imperio carolingio de
fundir las monedas del reinado anterior que podían recoger, para que el nuevo
gobernante emitiera las suyas propias. En la antigua Roma, por ejemplo, se
llegaba más lejos todavía, ya que cortaban las cabezas a las estatuas para
poner la del nuevo emperador.
Así que, nos encontramos con un trocito de
historia de Cataluña, o sea, con una moneda que presenta en su anverso una cruz
griega en un círculo central, rodeada por la leyenda en latín de LUDOVICUS
IMP; mientras que en el reverso, también leemos fácilmente con letras
mayúsculas la inscripción que abarca todo el campo de la misma: BAR-CINO-NA. Luego no existe duda alguna
de que fue acuñada en Barcelona.
R.R.C.