sábado, 15 de julio de 2017

EL SARCÓFAGO INTERMEDIO DE TUTANKAMÓN



     Igual que una matrioska rusa los faraones en el Imperio Nuevo egipcio eran enterrados en varios sarcófagos, como es el caso que nos ocupa, en donde un sarcófago de madera de ciprés forrado con una lámina de oro, fue depositado en uno externo rectangular de piedra rosa (cuarcita) que contenía en su interior dos más: el que vemos en la imagen en madera dorada con incrustaciones de piedras de adorno de diversos colores, entre las que podríamos destacar la turquesa, el lapislázuli y la cornalina, con una longitud superior a los dos metros, y un tercer sarcófago antropomorfo de oro macizo que contenía la momia de Tutankamón, el cual portaba su conocida máscara que reproduce el sarcófago intermedio. Centrándonos en este último, es de tipo rishi, término de origen árabe que significa pluma, en clara referencia a las plumas que llevan las alas de la diosa protectora el monarca y que envuelven el cuerpo del féretro. Lleva el tocado real que se denomina “nemes”, y la típica barba postiza trenzada e inclinada (los fallecidos la llevaban en esta posición, mientras en vida se lucía recta) que ostentaban los dioses. Las inscripciones jeroglíficas que contiene están tratadas con sumo cuidado y precisión, entre la que podríamos destacar el cartucho que lleva su Nombre de Trono por el que era conocido este faraón en su época: “Neb-jeperu-Re”. En fin, todo el mundo verá que nos encontramos ante una obra maestra de la orfebrería universal, y con más de 3300 años de antigüedad.
      R.R.C.