En la antigua ciudad romana y más tarde bizantina de Irenópolis, en la región de Cilicia situada en la actual Turquía, un grupo de arqueólogos de este país ha llevado a cabo un descubrimiento de cinco hogazas carbonizadas de unos 1300 años de antigüedad. Lo más significativo es que en una de ellas aparece una imagen de Jesucristo como un agricultor que está sembrando la tierra, lo que supone una representación de Cristo muy alejada de lo habitual, aunque hay que tener presente, que en siglos anteriores se le personificó como pastor, con una oveja sobre sus hombros, o cuidando un rebaño. Los evangelios sinópticos narran en una parábola de como un sembrador esparce la semilla, tal y como vemos en este pan redondeado con una inscripción griega antes de ser horneado a su alrededor, que según he podido averiguar de un especialista expresa: "Con nuestro agradecimiento al Bendito Jesús". En las otras cuatro hogazas aparece impresa la cruz de Malta, muy utilizada en la Edad Media.
Parece evidente que nos encontramos con
panes de comunión para realizar la eucaristía, luego tendrían un fin
eucarístico, de una comunidad cristiana con una economía agrícola, muy alejada
de la ortodoxia oficial del momento, ya que coincide con la época de revueltas
iconoclastas, en la que se prohibía representar imágenes tanto del Antiguo como
del Nuevo Testamento. También podemos deducir, que esta imagen de Jesús es una
expresión de fe y agradecimiento, por los frutos que estas humildes gentes, que
con su labor, obtenían de la tierra para su manutención.
R.R.C.