El templo fue
construido por Ramsés II para conmemorar su victoria en la batalla de Kadesh
(1274 a. C.). Está dedicado al culto del propio Ramsés (los faraones se
consideraban dioses) y de las grandes deidades del Antiguo Egipto, Amón, Ra y
Ptah. Su construcción duró unos veinte
años, y es un hipogeo que se edificó en Nubia con el objetivo de impresionar a
los vecinos del sur, y reforzar la influencia de la religión egipcia en la
región. Con el paso del tiempo, el templo abandonado comenzó a llenarse de
arena, Abu Simbel quedó olvidado hasta que en 1813 un explorador suizo lo
visitó. Debido a la construcción de la presa de Asuán y el consecuente aumento del nivel del Nilo, fue necesario reubicar varios
templos, incluido éste, que se hallaban a la orilla del río. Un importante
equipo internacional se encargó de partir en grandes bloques y volver a montar
en un lugar seguro todo el templo. Lo ubicaron poco más de 200 metros
más allá de la orilla del rio y unos 65 metros más arriba.
Lógicamente, tuvieron que levantar una montaña artificial, no sólo para colocar
la fachada, esas cuatro enormes estatuas de Ramsés II de veintidós metros de
altura, además, las profundas galerías
en distintas direcciones que recorren el interior del templo, profusamente
decoradas con relieves y pinturas (los vigilantes del monumento no permiten
sacar fotografías en su interior, una costumbre habitual en el resto de
monumentos, tumbas y museos egipcios, al menos, cuando yo lo visité. En los exteriores no hay problema, se
pueden sacar todas las fotografías y vídeos que se deseen).
El templo mayor
de Abu Simbel está considerado como uno de los más bellos de todos los
edificados durante el reinado de Ramsés II, y uno de los más monumentales de
Egipto. Las estatuas sedentes están esculpidas directamente sobre la roca.
Todas las estatuas representan a Ramsés II, sentado en un trono con la doble
corona del Alto y Bajo Egipto.El templo menor de Abu Simbel está situado al norte del mayor. Está también excavado en la roca y dedicado a Hathor, diosa del amor y la belleza, así como a su esposa favorita, Nefertari. La fachada está decorada con seis estatuas, cuatro de Ramsés II y dos de Nefertari. Las seis son de igual tamaño, algo poco corriente ya que las estatuas que representaban al faraón solían ser de mayor tamaño. La entrada conduce a una sala con seis columnas centrales, esculpidas con capiteles decorados con la cabeza de la diosa Hathor. Aunque es un magnífico templo, no impresiona tanto como el anterior.
Por último, la
zona donde están ubicados ambos templos se encuentra próxima a la frontera con
Sudán, prácticamente Egipto se acaba aquí por su parte sur. Hay unos trescientos
kilómetros por una carretera que recorre parte del desierto de Nubia hasta
Asuán, donde se construyó la famosa presa que dio lugar al cambio de ubicación
de estos monumentos y también al lago Nasser, de unos 500 kilómetros de
largo y una anchura máxima de 35. También se puede llegar hasta
aquí en avión, pues esta zona de Abu Simbel cuenta con aeropuerto. Incluso, podemos arribar en barco si se realiza un
crucero por el lago Nasser.
R.R.C.
Nota: Fotos bajadas de Internet. Tercera imagen foto del autor.