El emperador romano que legalizó el
cristianismo allá por el siglo IV también ordenó acuñar la primea moneda
claramente cristiana, elaborada en bronce en el año 327 en la ceca de su nueva
capital Constantinopla. Me estoy refiriendo a Constantino I el Grande.
En el anverso de la moneda observamos la
típica efigie del emperador de manera sencilla, con cabeza laureada y un rostro
bastante inexpresivo. Rodeando la imagen nos encontramos con la habitual
leyenda en latín: CONSTANTINVS MAX AVG (CONSTANTINO MÁXIMO AUGUSTO).
El reverso representa lo más importante de
esta moneda, ya que por primera vez aparece en numismática un crismón, es decir,
el monograma de Cristo sobre el lábaro o estandarte entelado que utilizaban los
emperadores romanos, y que Constantino mandó sustituir por la típica Águila de
Júpiter que utilizaban sus antecesores. El lábaro aparece clavado sobre una
retorcida serpiente con la cabeza inclinada situada donde, habitualmente, se colocaba la
línea de exergo. Bajo ella las letras CONS que hacen referencia a la ya
mencionada ceca de Constantinopla. En la parte central del campo leemos: SPES
PUBLICA (ESPERANZA PÚBLICA).
Por último, señalar la presencia del
listel por ambas caras para evitar en lo máximo posible el futuro desgaste de
la moneda.
R.R.C.