Este precioso anillo-sello de oro griego de mediados del siglo V a. C. conservado en el Museo del Hermitage, de San Petersburgo (Rusia), fue descubierto en una necrópolis en la península de Crimea en el norte del mar Negro en 1854. Por el estilo que presenta es posible que se haya elaborado en alguna polis griega del oeste de Asia menor. La figura de un hombre persa que vemos sentada en una silla plegable sin respaldo (se denominaba δίφρος difros), con túnica drapeada sobre sus piernas, nos indica un estatus elevado que podría ser el de un noble u otro personaje de alto rango. Desde luego, el orfebre en un estilo refinado y meticuloso consigue dotar a la escena de una gran belleza, en la que el personaje revisa una flecha antes de ser utilizada, con el objeto de que no tuviese ningún inconveniente, como podría ser que la caña no continuase recta, o que la punta no esté bien sujeta. Vamos, que no quería sorpresas tras ser disparada.
Si atendemos a la parte superior derecha, observamos que en el límite mismo de la sortija y en muy bajo-relieve, el nombre de ΑΘΗΝΑΔΗΣ, en letras griegas, que en nuestro alfabeto sería: Athenades, es decir, el nombre del orfebre que se sentiría muy satisfecho de su obra. Otros opinan que es el nombre del propietario del anillo, pero yo creo que es del autor, ya que aparece de una manera muy discreta en la pieza, y no entorpecería su uso cuando fuese utilizada por su dueño como sello, o sea, a modo de firma.
R.R.C.