domingo, 21 de septiembre de 2025

MONEDA CAROLINGIA

 

     En una subasta que tuvo lugar en el año 2014, el Ayuntamiento de la ciudad Condal se hizo con una moneda bastante exclusiva por un precio de 12 000 euros. Es una moneda de plata carolingia que fue emitida en la propia ciudad, en la primera mitad del siglo IX, por Ludovico Pio, uno de los hijos de Carlomagno, que traducimos al español por Luís I el Piadoso. No llega a la decena el número de piezas que se conocen como esta, que,  además de su buen estado de conservación le proporciona un valor económico añadido. La escasez de ejemplares se explica por la costumbre que se tenía en el Imperio carolingio de fundir las monedas del reinado anterior que podían recoger, para que el nuevo gobernante emitiera las suyas propias. En la antigua Roma, por ejemplo, se llegaba más lejos todavía, ya que cortaban las cabezas a las estatuas para poner la del nuevo emperador.

     Así que, nos encontramos con un trocito de historia de Cataluña, o sea, con una moneda que presenta en su anverso una cruz griega en un círculo central, rodeada por la leyenda en latín  de LUDOVICUS IMP; mientras que en el reverso, también leemos fácilmente con letras mayúsculas la inscripción que abarca todo el campo de la misma: BAR-CINO-NA. Luego no existe duda alguna de que fue acuñada en Barcelona.

     R.R.C.


miércoles, 17 de septiembre de 2025

NOMOS DE HERECLEA (LUCANIA)


      La moneda de plata que vemos en la imagen tiene un valor de dos nomos, ya que tiene un peso cercano a los 8 g y un diámetro de unos 23 mm, pues no es completamente redonda, y fue emitida por la ciudad de Heraclea (Ηράκλεια) en la antigua Lucania, situada en el sur de la península Itálica, presentando un buen estado de conservación. Por su belleza están muy bien valoradas en la actualidad. Acuñada a martillo es del siglo IV a. C.

     En el anverso advertimos la cabeza de la diosa Atenea de perfil mirando a la derecha, con un elegante casco ático decorado con cresta y representado con gran minuciosidad, pendiente triple y collar de perlas. Sobre él, vemos la imagen de Escila, que era un monstruo marino como consecuencia de una maldición en la mitología griega, que ya se le nombraba en la Odisea de Homero, arrojando lo que parece una piedra. En el campo de la moneda entre el rostro de la divinidad y la grafila percibimos tres letras griegas: Δ – Κ – Φ.

     En el reverso contemplamos la figura de Heracles, con una especie de bastón tras él, musculoso y con el torso girado realizando un gran esfuerzo, para derrotar al león de Nemea*, con la inscripción ΗΡΑΚΛΗΙΩΝ (Hércules) y las letras griegas ΚΑΛ, con un búho situado entre sus piernas mirando al frente.

*Fue el primer trabajo de los doce encargados a Hércules, matar a este león que parecía invencible y despojarlo de su piel.

       R.R.C.


sábado, 13 de septiembre de 2025

CARTUCHOS JEROGLÍFICOS DEL FARAÓN TUTANKAMÓN

 

     El cartucho que vemos a la izquierda recoge el Nombre de Nacimiento de Tutankamón. En la parte central aparece un polluelo de codorniz entre dos pequeños semicírculos que fonéticamente se leen como una “t”, mientras que el ave suena como una “u”, luego leeríamos “tut” que podríamos traducir como símbolo. A la izquierda comprobamos la famosa cruz ansada egipcia que representa tres sonidos, por lo tanto, trilítero,  que pronunciamos “anj” y hace alusión a la vida. En la parte superior vemos una hoja o caña: "i"; una línea quebrada, que leeríamos como "n"; y un tablero con fichas que es un signo con dos sonidos "mn", es decir, imen, Amón. en español. En definitiva, en jeroglífico se transcribe como Tutanjimen, que podríamos traducir como “El símbolo vivo de Amón”. Y, en la parte inferior: Heqa-Iunu-nesut, es decir, “Gobernador de Heliópolis del sur” (la antigua Tebas), representados de derecha a izquierda por un cayado, por un pilar y por una planta de junco en flor.

     El cartucho que observamos a la derecha recoge el Nombre de Trono de Tutankamón, en el cual, destaca el escarabajo típico egipcio que podemos traducir como “manifestación”, heper en jeroglífico. Debajo de él aparecen tres pequeños trazos que indican que el término anterior hay que leerlo en plural. A continuación, vemos una especie de cuenco o cesta que traducimos como: señor, neb en su idioma. Y en la parte superior, el disco solar que asociaban al dios Ra. Por lo tanto, la traducción es: “El señor de las manifestaciones es Ra”. En el egipcio medio clásico el artículo no se utiliza. En este idioma, dependiendo del contexto, hay que presuponer palabras en muchas ocasiones para dotarlo de sentido. Por ejemplo, el verbo ser no aparece, pero ateniéndonos al entorno hay que incluirlo en la traducción.    

      R.R.C.