lunes, 11 de abril de 2016

ISLA DE LA VIRGEN DE LA ROCA

    
      En la bahía de Kotor, en Montenegro, frente a la pequeña población de Perast de poco más de 300 habitantes, se encuentra esta preciosa isla artificial de 3000 metros cuadrados y perfectamente visible desde la costa. A su lado, otra pequeña isla (en este caso natural) la de San Jorge, que cuenta con un monasterio benedictino medieval y un pequeño cementerio. La isla de la Virgen de la Roca que tuve la suerte de visitar hace hoy una semana, cuenta con una pequeña iglesia construida en el siglo XVII que sustituyó a otra anterior del siglo XV. A ella se llega en una pequeña embarcación que sale del pueblecito mencionado.

     En el verano de 1452, unos marineros que regresaban a su hogar después de haber atravesado momentos difíciles en el mar, vieron la imagen de la madre de Cristo en una roca que emergía en la bahía. Creyeron que se encontraban ante un milagro, y decidieron erigir una isla artificial con un santuario para dedicarlo a la Virgen María. En su interior y en lugar destacado, se encuentra un bonito cuadro de la Virgen en cuestión que, evidentemente, no tiene nada que ver con la imagen que avistaron los pescadores en su día.

     En la actualidad, existe la tradición de ir un día de verano en embarcaciones para lanzar piedras en torno a la isla y, así, esperar algún milagro de la Virgen. Es de confiar que con esta acción la isla acabe agrandándose. Respecto a si se ha producido algún milagro, no sabría decir, pues no me dieron información al respecto, pero por probar que no quede.
      R.R.C.
NOTA: Imágenes del autor.

sábado, 9 de abril de 2016

CAPRICHOS DE LA HISTORIA


     Aunque no es habitual, hay personas que cambian de vivienda (sobre todo si esta es un piso), porque no soportan al vecino. Yo conozco algún caso y he oído hablar de otros similares. Pero lo que es absolutamente extraordinario es que un Estado ceda parte de su territorio a otro, para no tener frontera con el país vecino por la animadversión que sentía por el mismo. Esto ocurrió en 1699 cuando la República de Ragusa, cuya capital era la actual Dubrovnik, cede un trozo de su territorio costero al Imperio Turco, con el objetivo de no limitar con la República veneciana, ya que esta extendió sus dominios hasta Dalmacia, llegando a compartir frontera con sus enemigos de Ragusa. No sé si habrá algún caso más en la Historia de la Humanidad como el que estoy exponiendo. Además, como los venecianos eran enemigos de los turcos, estos servirían aún mejor como garantía de una mayor defensa para los pacíficos habitantes de Dubrovnik, que valoraban la libertad, sus negocios y la religión católica por encima de todo. Los otomanos mantuvieron la hegemonía sobre este pequeño enclave costero hasta que Herzegovina fue incorporada al Imperio austríaco en 1878 y, todavía hoy, sigue formando parte de la federación de Bosnia-Herzegovina, y constituye su única salida al Mar Adriático. Así que, esta federación goza de una franja costera de apenas 10 Km. El problema es, que de momento, este país no tiene aguas territoriales que le permitan construir un puerto. Eso sí, nadie les puede impedir darse un chapuzón en el mar desde alguna plataforma artificial hecha a propósito, ya que no cuenta con ninguna playa.
     
     El pequeño pueblo de Neum, de poco más de 4000 habitantes se asienta en este bello lugar; cuya fuente principal de riqueza, como no podría ser de otra manera, es el turismo de sol y baño, pues también goza de un buen clima para ello. Enfrente se encuentra una alargada península que pertenece a Croacia, y en el año 2007 este país empezó la construcción de un puente de la costa croata hasta allí, para evitar tener que pasar por territorio extranjero para ir de una parte del país a otra. Pero el proyecto fue cancelado, pues aparte de costoso, podría plantear serios problemas si en el futuro Bosnia-Herzegovina consigue al fin, construir su ansiado puerto que le dé una útil salida al mar.
     
     Mientras todo esto se soluciona, hasta el día de hoy para ir de Split a Dubrovnik, como a mí me ocurrió hace menos de una semana, hay que parar para cruzar la frontera bosniaca, y pocos kilómetros después hacer lo propio en la frontera croata. Mientras unos no tienen su ansiado puerto, los otros tienen su país dividido por esta estrecha franja. La solución no se ve en el horizonte próximo. Toca esperar.
      R.R.C.

NOTA: Vista de Neum. Foto del autor.