miércoles, 18 de octubre de 2023

LAS “BOMBILLAS” DE DENDERA


      El templo de la diosa Hathor en Dendera situado a unos 60 km al norte de Luxor, es uno de los mejores conservados del Antiguo Egipto, y su construcción se remonta al faraón Nectánebo I allá por el siglo IV a. C. No obstante, se estuvo interviniendo en él desde el Período ptolemaico hasta principios del Imperio romano. Es una de las construcciones más visitadas por los turistas, en parte, por los llamativos bajorrelieves que presenta y que han dado lugar a controversias que todavía hoy se mantienen, y que a los guías egipcios tanto les gusta enseñar a sus visitantes, aunque yo no tuve la oportunidad de verlo en mis dos visitas realizadas al país del Nilo.

     Lógicamente los he visto en fotografías que por su forma a mí me recuerdan a grandes berenjenas, que evidentemente no son. La mayoría ven en ellos lámparas o bombillas, representadas solas o bien en parejas opuestas que podrían hacer referencia al Alto y Bajo Egipto. Bien, comencemos:

     No hay noticia alguna ni en textos jeroglíficos de ningún tipo, tanto en pairos como en paredes,  historiadores, etc. de que los antiguos egipcios tuviesen conocimiento alguno sobre electricidad y menos aún de como producirla. Así que, desde un punto de vista científico quedaría descartada la posibilidad de que fuesen bombillas. ¿Qué serían entonces?

     Lo que aparenta el casquillo de la lámpara es una flor de loto que era tan abundante en las zonas acuosas de Egipto. La ampolla de cristal alargada que nos deja ver lo que equivaldría al filamento es el capullo de la flor de loto También hay quien apunta que se representa el útero de la diosa Nut en una estela, y el filamento es claramente una serpiente en movimiento surgiendo de dicha flor. Lo que para algunos sería una batería que con sus manos sujeta la ampolla de cristal en la parte ancha en realidad es el pilar de Osiris,” Dyjed” en jeroglífico, que se traduce por estabilidad. Por último, lo que parece un cable salir de la bombilla es la proa de la barca “mandyet” (la barca solar), muy importante en la religión egipcia).

     Luego estamos asistiendo al nacimiento del dios “Hor-sema-tauy” (Horus unificador de Egipto), que según las creencias de la época surgía en forma de serpiente del interior de una flor de loto. Además, los jeroglíficos que acompañan esta representación nos indican que esta es la interpretación correcta. Pero en fin, la imaginación es libre.

       R.R.C.

NOTA: Imagen descargada de Internet

sábado, 14 de octubre de 2023

El Ojo de Horus

 

     Este poderoso amuleto conservado en el Museo Británico y que vemos en la imagen, tiene unos 2500 años de antigüedad (de la Época Baja egipcia), y fue realizado en loza vidriada policromada. Es uno de los amuletos más usados por los antiguos egipcios. Símbolo del orden, lo estable, lo imperturbable, que potenciaba la vista y que protegía a los difuntos. El conocido Libro de los Muertos en su capítulo 112 nos dice al respecto: “El Ojo de Horus es tu protección, Osiris, Señor de los Occidentales, constituye una salvaguarda para ti: rechaza a todos tus enemigos, todos tus enemigos son apartados de ti.” Presenta una gran variedad de propiedades mágicas y purificadoras. Conocido como Udyat, cuyo significado es “el que está completo”. A este precisamente se le han añadido otros elementos para potenciar aún más si cabe su poder, como prosperidad o vigilar, por ejemplo.

     También resulta interesante poner de manifiesto que para representar las fracciones tomaron partes de este jeroglífico: la pupila 1/4; la esclerótica (parte blanca del ojo) que queda a la izquierda 1/2; y la de la derecha 1/16; la parte curva superior que en este caso presenta el mismo color de la pupila 1/8, etc.

     Por último, son variados los materiales que se utilizaron en el Antiguo Egipto para elaborar el Udyat: lapislázuli, turquesa, cerámica, fayenza… el ojo que utilizó Horus para reemplazar su ojo izquierdo perdido en un combate que mantuvo con el dios Seth.

             R.R.C.


viernes, 29 de septiembre de 2023

¿SABÍAN LOS ANTIGUOS EGIPCIOS LA EXISTENCIA DE LOS ESPERMATOZOIDES?


       La respuesta es no. No podían verlos porque el descubrimiento de lo que podríamos considerar un microscopio rudimentario no fue hasta 1595. Hubo que esperar hasta 1667 para que el científico Anton van Leeuwenhoek examinando su propio semen con un microscopio más preciso que el del siglo anterior describiese un espermatozoide.

     Situado en el corazón de la antigua Tebas, la actual Luxor, se alza glorioso frente al Nilo, desde las dinastías XVIII y XIX en la segunda mitad del segundo milenio antes de nuestra era un magnífico templo. Los grandes faraones Amenhotep III y Ramsés II fueron sus constructores, dedicado al dios Amón bajo sus dos aspectos de Amon-Ra. Además de estos dos iniciadores, otros muchos faraones  agrandaron el recito con construcciones suplementarias, añadieron motivos de decoración y otros cambios. Hasta los tiempos de Alejandro Magno en el siglo IV antes de J.C. se estuvo interviniendo en esta monumental obra.

     La escena en cuestión que ha dado lugar a controversias y todavía hoy muchos aficionados a la egiptología, la encontramos en la capilla de Alejandro Magno, en la que vemos representado en bajo relieve a Min, dios de la fertilidad, de la vegetación, de la lluvia… entre otras atribuciones. En definitiva, de la fuerza generadora de la naturaleza y siempre aparece con el pene en plena erección (así lleva miles de años, es una pequeña broma). Frente a él nos encontramos con Alejandro Magno como faraón haciendo una libación, o un acto de purificación. Por cierto, los dos representados al mismo tamaño, lo cual indica el rango divino otorgado al célebre conquistador. Ahora viene lo sorprendente y que tanto gusta a los guías mostrar a los turistas, aunque yo tuve la mala suerte que el guía que me dirigió por el templo no consideró necesario enseñarnos esta escena: una eyaculación parece salir del pene del dios, en la que aparentemente se cruza un espermatozoide. No es más que un trampantojo (entendido como una ilusión óptica del observador, no como un engaño). Veamos:

     Lo que parece una eyaculación solo es un cuerno de toro que encontramos como F16 en la lista de jeroglíficos de Gardiner. Lo que parece la cabeza del espermatozoide es una jarrita redondeada la W24 de la misma lista. La onda de agua que sale de ella que se ve como línea quebrada es la N35. Todo en su conjunto, la jarra vertiendo agua sobre un cuerno es el jeroglífico F17de Gardiner que se pronuncia bu y hace alusión a la limpieza.

     Por último, la columna jeroglífica que observamos a la derecha de la pierna de Alejandro se puede traducir: Yo hago una purificación con cinco granos de incienso al sur. No hay más que decir.

        R.R.C.

NOTA: Imágenes descargadas de Internet.

MONEDA CARTAGINESA

     Esta preciosa moneda de oro denominada Electrum porque está elaborada con oro (en mayor proporción) y plata, posiblemente acuñada en Cartago (en la actual Túnez), es anepigráfica por no mostrar leyenda alguna en sus caras. En el anverso exhibe un delicado rostro femenino de perfil atribuido a la diosa más importante de los cartagineses, Tanit, equivalente a la fenicia Astarté, divinidad de la luna, la fertilidad y la guerra, mirando hacia la izquierda y portando una corona de trigo sobre su cabeza, pendientes y collar con colgantes. Rodeada de una grafila perlada que aparece en ambas caras de la moneda, debe de ser de la segunda mitad del siglo IV o principios del III a. C. y conservada en el Museo Británico de Londres.

      De estas monedas llamadas siclos hubo una gran producción durante este período. En el reverso aparecía el caballo de la diosa con una gran elegancia y estático, es decir, con las cuatro patas posicionadas en el suelo, en una especie de línea de exergo que aparece vacío. Probablemente, el equino simbolizaba la capital del Imperio cartaginés, aunque también hay quien apunta otras opciones, a manera de la leyenda en la que se indicaba que la ciudad de Cartago se levantaría donde los fenicios descubrieran una cabeza de caballo en el suelo, como recoge la Eneida de Virgilio. Por otra parte la efigie de Tanit en el anverso está claramente inspirada en los decadracmas de Siracusa que acuñaba Euainetos, un auténtico maestro en el mundo de la impresión monetaria, con la efigie de la ninfa Aretusa.

        R.R.C.

 NOTA: Imagen tomada de Internet

jueves, 14 de septiembre de 2023

LA SÁBANA SANTA Y EL CARBONO-14

 


     La afirmación de Willard Frank Libby, premio Nobel de Química en 1960, por el desarrollo del método del Carbono-14, para poder datar materiales orgánicos del pasado con un pequeño margen de error dependiendo de su antigüedad, no dejan lugar a dudas: “En la sábana existen fuentes radiactivas que han recargado el carbono y que hacen que este método no se le pueda aplicar”. No se puede decir más en menos palabras.

     Fue en octubre de 1988 cuando los medios de comunicación mundiales y especialmente en España, donde yo la escuché en Antena 3 Televisión abriendo el telediario de las tres de la tarde, lanzaron la noticia de que la Sábana Santa de Turín era una falsificación medieval después de someter un pequeño trozo de su tela a la mencionada prueba, concretamente por tres laboratorios de Oxford, Zúrich y Tucson  que dieron una horquilla de entre 1260 y 1390. El coordinador de los tres laboratorios que efectuaron el análisis del Carbono-14, Michael Tite, responsable del Laboratorio de Investigación del Museo Británico, para aclarar el error informativo de los medios, que afirmaban que era falsa sin más, tuvo que enviar un comunicado a los mismos. En España, ese comunicado fue ignorado salvo alguna excepción, pero el daño ya estaba hecho. R.Hedges, Director del mismo laboratorio de la Universidad de Oxford, el que efectuó el análisis del carbono-14, afirmó en su día que si la Sábana Santa ha recibido la descarga de neutrones, radiación detectada por la NASA, la datación por el carbono-14 quedaría invalidada.

     El ya mencionado Dr. Libby escribió que “para que los resultados del C-14 se acerquen a la realidad es necesario que el objeto analizado sea totalmente impoluto”. Y este no es el caso. Veamos:

     Desde Jerusalén, ciudad de partida, hasta Turín su ciudad de llegada muchos cientos de años después, ha estado expuesta a distintos factores que la han enriquecido de este isótopo radioactivo, sus propietarios o cuidadores no repararon en ello, pues se desconocía esta circunstancia. Sin ir más lejos en 1532 sufrió un incendio tan voraz que el  marco de plata en donde estaba custodiada llegó a licuarse por las altas temperaturas que se alcanzaron, y tuvo que ser reparada la tela de lino de la que está hecha por unas monjitas, incluso cayeron unas gotas de plata líquida que la perforaron y que todavía hoy se puede ver. Además, ha sufrido otros incendios, al menos dos que yo sepa. Ha sido expuesta al viento, al sol, a materias orgánicas vivas… que la han enriquecido en C-14 y que este no se desintegre como hubiera ocurrido si no se hubiesen dado estas circunstancias.


     Por otra parte, diferentes disciplinas científicas que se han ocupado de ella como la propia química, hematología, física, medicina forense, patología, informática, numismática, arqueología, historia, palinología… En fin, grandes especialistas en todas estas materias han llegado a conclusiones bien diferentes utilizando los medios y técnicas más modernas a su alcance y han llevado esta tela de lino al siglo I de nuestra era, comprobando las huellas que contenía. También conocida como Síndone presenta unas medidas de 436 cm × 113 cm y en ella estuvo envuelto durante unas 35 horas un cadáver, ya que no se observan ningún resto de putrefacción. Que presenta todas las características de una tortura previa a una crucifixión brutal llevada a cabo por los romanos en Jerusalén en tiempos de Poncio Pilatos. Estas marcas halladas coinciden casi en su totalidad con las que nos transmiten los evangelios canónicos sobre la pasión y muerte de Jesucristo.

     Por centrarme sólo en una disciplina que tanto la historia como la arqueología utilizan para establecer la cronología de un hecho o artefacto como es la numismática, se han observado la imagen de dos monedas, concretamente leptones (una pieza del tamaño de un céntimo de euro), del año 16 de Tiberio, que se corresponde con el año 30 d. C., mandados a acuñar por el gobernador romano en Jerusalén entre el año 29 al 32. A pesar de los errores ortográficos que se han visto en las monedas, otras piezas de esta época también los presentan. Para un gran número de numismáticos es una prueba evidente de la antigüedad del Sudario, si bien otros científicos partidarios de la autenticidad de la Sábana no acaban de verlo. En el año 692 el emperador bizantino Justiniano II mandó imprimir una moneda con el rostro de Cristo, previa convocatoria de un Concilio para que entre otros temas estableciese la forma más idónea para representar la figura del Salvador. Un estudio realizado por Alan Whanger, exprofesor del Duke University Medical Center, que halló 145 puntos que relacionaban este sólido de Justiniano II con el rostro que aparece en la Sábana Santa de Turín. Para muchos expertos en numismática no hay duda: la acuñación de esta moneda es una prueba de que la sábana ya existía a finales del siglo VII. Aunque no esté en una moneda la imagen del Pantocrátor de Santa Catalina en el desierto del Sinaí, pintado en el siglo VI, presenta grandes similitudes con el rostro de la Sábana Santa.




     Para no extenderme demasiado en el tema que estamos tratando, hay miles de trabajos publicados, así como científicos y otros autores que se han ocupado de ello, pero yo he evitado dar excesivos nombres, datos, fechas, etc. para simplificar el tema, pues sobrepasarían la breve pincelada de esta entrada. Pero no me gustaría acabar sin la opinión de J.B. Rinaudo, experto en medicina nuclear, que tras una serie de experimentos llegó a la conclusión de que la imagen que observamos en la Síndone fue el fruto de una radiación de protones de átomos de deuterio y que debían provenir del cadáver, ya que se encuentran en la materia orgánica. Las quemaduras provocadas por la radiación son muy superficiales (no se verían por la parte trasera de la sábana). Los eminentes físicos Jackson y Jumper consideraron que esta radiación duraría una milésima de segundo, de haber durado más la Síndone se habría destruido. Para que esto suceda hace falta un aporte de energía que arranque un protón al núcleo del átomo, y dentro de la sábana sólo había un cadáver. Algo inexplicable ocurrió desde el punto de vista científico el “TERCER DÍA”.

          R.R.C.

NOTAImágenes descargadas de Internet.

miércoles, 30 de agosto de 2023

LA ÚLTIMA MONEDA DE JULIO CÉSAR


      En el mes de febrero del año 44 a. C. fue emitido este denario con la efigie laureada de Julio César, de una gran calidad técnica, realista y de perfil mirando hacia la derecha, con la leyenda CÉSAR EMPERADOR frente a él. Tan solo un mes antes de que lo asesinaran a puñaladas en el Senado romano, el mismo que le otorgó el título de dictador vitalicio ese mismo año. Tras él observamos dos instrumentos religiosos: el  lituus, utensilio ritual que los augures, sacerdotes de la antigua Roma, empleaban para la adivinación y un simpulum, un pequeño cazo con el mango vertical utilizado para las libaciones (un ritual que consistía en rociar una bebida, vino por ejemplo, en ofrecimiento a algún dios).

     En la otra cara de la moneda podemos comprobar a una esbelta diosa Venus de pie, la cual con su brazo derecho extendido sostenía una Nike (diosa alada asociada con la victoria), mientras apoya su codo y brazo izquierdo a un escudo y sostiene con su cuerpo una gran lanza que recorre la moneda en diagonal de lado a lado. Tras ella el nombre del emisor de la pieza M METTIVS (Marco Metio), y en la parte izquierda del campo una gran G.

     En cuanto a su tamaño y material lo habitual en los denarios romanos: no alcanza los 4 g, unos 18 mm de diámetro, plata y una grafila de puntos.

Nota I: Emperador en el sentido de otorgarle un gran poder, parecido en la práctica al que tendrán los emperadores romanos posteriores, cuando Augusto se proclame primer emperador.

Nota II: La palabra dictador no tenía en esos tiempos la connotación negativa que tiene en la actualidad.

      R.R.C.

NOTA III: Imagen descargada de Internet.

domingo, 13 de agosto de 2023

LA PRIMERA MONEDA CRISTIANA

 

     El emperador romano que legalizó el cristianismo allá por el siglo IV también ordenó acuñar la primea moneda claramente cristiana, elaborada en bronce en el año 327 en la ceca de su nueva capital Constantinopla. Me estoy refiriendo a Constantino I el Grande.

     En el anverso de la moneda observamos la típica efigie del emperador de manera sencilla, con cabeza laureada y un rostro bastante inexpresivo. Rodeando la imagen nos encontramos con la habitual leyenda en latín: CONSTANTINVS MAX AVG (CONSTANTINO MÁXIMO AUGUSTO).

     El reverso representa lo más importante de esta moneda, ya que por primera vez aparece en numismática un crismón, es decir, el monograma de Cristo sobre el lábaro o estandarte entelado que utilizaban los emperadores romanos, y que Constantino mandó sustituir por la típica Águila de Júpiter que utilizaban sus antecesores. El lábaro aparece clavado sobre una retorcida serpiente con la cabeza inclinada  situada donde, habitualmente, se colocaba la línea de exergo. Bajo ella las letras CONS que hacen referencia a la ya mencionada ceca de Constantinopla. En la parte central del campo leemos: SPES PUBLICA (ESPERANZA PÚBLICA).

     Por último, señalar la presencia del listel por ambas caras para evitar en lo máximo posible el futuro desgaste de la moneda.

     R.R.C.

NOTA: Imagen bajada de Internet.