En torno al
año 40 a. C., Quinto Labieno, perteneciente al bando pompeyano contra César y
después de ser vencido tras el desastre de Filipos, donde fueron derrotados
Bruto y Casio, decidió convertirse en consejero del rey de los partos,
acérrimos enemigos de Roma. Mandó acuñar monedas de oro* como la que vemos en la
imagen y denarios de plata, para poder pagar al menos, a parte de sus tropas
compuestas por antiguos legionarios romanos. Ante las victorias alcanzadas
contra enemigos menores también se proclamó como hacían sus antiguos camaradas:
Imperator, es decir, “general victorioso”, tal como vemos en la leyenda de la
moneda en su anverso, junto a su rostro de perfil, cabeza descubierta peinada a
base de mechones y una pequeña barba dejada probablemente en señal de luto por
su padre muerto, que precisamente luchó en las guerras contra los bárbaros en
el bando de César, para más tarde pelear contra él en la contienda de Farsalia.
En el resto de la inscripción podemos leer su nombre Q. Labienus Parthicus;
donde el mismo se consideraba de Partia y no romano. En fin. Un traidor.
Tanto el anverso como el reverso
anepígrafo aparecen rodeados por una grafila bien centrada. Respecto a este
último, muestra un hermoso caballo** bastante realista preparado para el combate,
que debía hacer alusión a la temible caballería pártica. Estas monedas son muy
escasas ya que fueron destruidas por los vencedores. Lo que aumenta su valor de
mercado numismático hoy en día.
*Al igual
que ocurre con las famosas monedas de EID MAR de Bruto y Casio, de estos áureos
solo se conservan tres, y unos cuantos denarios. También fue considerada hostil
y ofensiva a Roma por su leyenda.
**Respecto
al caballo era robusto y fuerte de la misma raza que ya habían utilizado los
asirios en combate y otros pueblos de la zona antes que los partos.
R.R.C.