Su nombre se
debe a que ha sido en Dresde (Alemania), en donde ha pasado el mayor tiempo. Después
de la II Guerra Mundial los soviéticos se lo llevaron a Rusia, para devolverlo
en 1958 a esta ciudad, donde se encuentra actualmente en su Castillo. Descubierto
en el sur de la India a principios del siglo XVIII, tiene un color verde
homogéneo, y presenta un peso cercano a los 41 quilates, o sea, unos 8 gramos una
vez tallado en forma de pera un tanto modificada, convirtiéndose en el diamante
más grande del mundo de este calor. En cuanto a su pureza  se clasifica como VS1, porque presenta un muy
pequeño defecto en su superficie, mientras que internamente no tiene impurezas.
Con una nueva talla muy sutil se podría corregir esta ligera imperfección, pero
perdería un poco de peso, tan importante en los diamantes. No obstante,
mantiene su gran belleza.
     Respecto a su color, se debe a su larga
exposición durante millones de años a los efectos de una radiación beta-β y gamma-γ, que son muy penetrantes, sobre todo la última. La primera son
electrones de alta energía que emiten los núcleos atómicos; mientras la segunda
son fotones, por lo tanto sin masa, energía pura de alta potencia.
Para la tranquilidad de todos los que se han acercado a él, hoy no presenta
radioactividad alguna y se puede visitar con total tranquilidad.
        R.R.C.
