Para
empezar, me gustaría aclarar que el último término de esta entrada surgió a
consecuencia de los intereses políticos y económicos del emperador Napoleón III,
con el objeto de contrarrestar la ascendente influencia del mundo anglosajón,
en este caso de los Estados Unidos de América. Así que, en principio, el
concepto de Latinoamérica fue un invento francés. De hecho, Francia fue su
principal promotor, y respondía más a una cuestión defensiva por la mayor
presencia norteamericana, que de una identidad distinta de la misma. Hasta
mediados de la década de 1860 no empieza a utilizarse el término Latinoamérica.
Se lo debemos al economista, político, viajero, asesor de Napoleón III, e
influyente personaje francés Michel Chevalier, que ya en 1835 en sus “cartas” de
viaje, decía: Las dos razas, latina y
germana, se han reproducido, en el Nuevo Mundo. América del Sur es, como la
Europa meridional, católica y latina. La América del Norte pertenece a una
población protestante y anglosajona. Propuso la idea de una América Latina para
aunar a una Europa Latina, que compensara la pujanza anglosajona, e incluso
germánica. De esta manera unificaríamos las naciones americanas que compartiera
una lengua romance, incluido el francés, con aquellas que tenían el inglés como
idioma principal. No obstante, el primero en utilizar el término América Latina
en 1856 fue el intelectual y viajero colombiano José María Torres Caicedo, en
un poema escrito por él en Venecia, pero hubo que esperar a la década siguiente
para que se popularizara.
Para terminar, me gustaría recordar lo que
escribe el padre de la Geografía moderna, el alemán Alexander von Humboldt
decía: El continente americano está
repartido, hablando propiamente, solo en tres grandes naciones de raza inglesa,
española y portuguesa. Con ello me quedo.
Conclusión: Cada una de estas palabras representa unas circunstancias diferentes en cuanto
a su historia y cultura. Por lo tanto, cuando queramos referirnos a los países
de lengua española, diríamos HISPANOAMÉRICA; si incluimos a Brasil en donde se
habla portugués, diríamos IBEROAMÉRICA; mientras LATINOAMÉRICA, la utilizaremos
para los que difundieron el término, es decir, aquellas zonas en donde se habla
francés, como Quebec al norte de Canadá, Haití, Guyana y alguna pequeña isla
caribeña.
NOTA: Respecto si al idioma lo llamamos
ESPAÑOL o CASTELLANO, aunque la Real
Academia Española (RAE) admite ambos términos, yo prefiero el primero, que
engloba a una población cercana a los seiscientos millones de personas en todo
el mundo, que el segundo, que lo reservaría para el tipo de habla que se usa en
Castilla, y de ahí que lo denominemos castellano, pues en la misma España nos
encontramos con distintos tipos de habla como el español de Andalucía, o
Murcia, por ejemplo. Fuera ocurre igual, en Argentina o México tienen su propia
habla. Por cierto, en todos los países se le llama español, menos en España.
Como ocurre con el título de la entrada,
en este caso también hay razones políticas, pero dentro de la propia España, ya
que siempre tratan de evitar pronunciar su nombre, pues consideran que lleva
una carga negativa y excluyente, especialmente, por parte de los separatistas
interiores. Podría poner unos ejemplos a voz de pronto, ya que no recuerdo sus
nombres. Un ciclista declaraba en televisión que había corrido el Tour de Francia, el Giro de Italia y que
ahora iba a participar en la vuelta ciclista a este país, se refería a España,
naturalmente; un famoso cantante afirmaba que había ofrecido conciertos en
varios países europeos mencionando sus nombres y que iba a hacer lo mismo en el
Estado español, o sea, pensé yo, que cantaría en la tribuna de oradores del
Congreso de los Diputados, o en el palacio del presidente del Gobierno,
instituciones ambas del Estado; o el hombre del tiempo de una cadena televisiva
que informó que, al día siguiente, llovería en gran parte del Estado español,
es decir, que podría llover sobre la constitución española, el código penal, o
vete a saber dónde. En fin, creo que le están comiendo la tostada a los
partidarios de llamar español al español.
R.R.C.