lunes, 10 de noviembre de 2025

La goma de borrar

 

     In illo tempore (hace ya mucho tiempo), cuando estudiaba primaria en una escuela de mi pueblo, que, además de educar también se enseñaban conocimientos básicos y muy prácticos para la vida cotidiana, e incluso entrábamos en contacto con el latín antes de los 10 años, cuando en los sábados por la tarde, ya que la única que teníamos libre era la del jueves, rezábamos el Santo Rosario y cantábamos otras oraciones como La Salve en latín. Algunos compañeros míos utilizaban este tipo de goma de borrar. Yo, solo la usé una vez porque me la dejó mi compañero de pupitre (mi goma era de un solo color y más barata), me llevé una gran desilusión al comprobar que lo único que conseguí fue agujerear la hoja de papel de mi cuaderno de deberes, en el momento que intenté borrar una palabra escrita a bolígrafo con la parte azul de la goma, pues el trozo rojo más grande, se decía que era para usarla con lo anotado a lápiz.

     Pues bien, la tinta no se puede borrar en un papel típico de esos cuadernos porque lo traspasa, ahora se emplea el types para pintar de blanco el error cometido con tinta, ya que es imborrable. ¿Entonces, qué sentido tenían los dos extremos de diferente color y uno más grande que otro? No nos lo explicaron, y de hecho durante décadas se pensó que la parte roja suave al tacto era para borrar lápiz, que se manejaba más que la tinta que se operaba menos. De ahí la diferencia de tamaño y dureza. Luego cuando utilizábamos la parte roja para borrar a lápiz, hacíamos lo correcto. Si nos fijamos en la parte superior izquierda veremos un lápiz, y sobre la parte azul más dura y rústica un portaminas, con una punta de grafito más fina, penetrante y a la cual no se le engrosa la punta, que servía para eliminar trazos en papeles gruesos como la cartulina o las láminas manejadas por artistas, por ejemplo, ya que está compuesta por partículas abrasivas que permiten el raspado sin destrozar la página en planos o dibujos técnicos, no para eliminar la tinta como nos hicieron creer.

      R.R.C.


viernes, 7 de noviembre de 2025

Grafiti "Franja de Gaza"

 

       La imagen que contemplamos se encuentra en las paredes laterales de un edificio que avisté en Praga, capital de la República Checa. Fue pintada por un artista italiano con el pseudónimo de Blu en 2008 con el título: “Franja de Gaza”. Sobre la banda de Moebius vemos que se desplazan una serie de excavadoras (buldózer) de diferentes clases, que se intercalan con otros tantos carros de combate como persiguiéndose unos a otros, de un fuerte color verde oliva que contrasta con amarillo de las primeras (colores habituales en esta maquinaria pesada), en la que el hierro es su componente principal. Mientras que unos sirven para construir, sobre todo infraestructuras, como carreteras, puentes, túneles, trasvases, etc., los otros sirven para destruir lo que ya han hecho los anteriores. Por lo tanto, se van alternando sobre una banda infinita los vehículos que simbolizan la construcción para el bienestar de la sociedad, con aquellos que simbolizan todo lo contrario: la destrucción de lo ya construido y de la propia sociedad. Y esta es la historia interminable; todo lo construido será destruido por una nueva guerra, y volver a empezar. Al menos así ha venido siendo hasta ahora y las esperanzas de que esto cambie son remotas.

     Por otra parte, la conocida cinta de Moebius es una construcción físico-matemática que presenta numerosas y curiosas propiedades como que solo tiene un borde y una cara, lo cual da lugar a su infinitud, pues nunca se termina lo que transcurre por ella, es decir, el hombre nunca dejará de construir y destruir lo construido. Por último, esta banda es el signo que utiliza las matemáticas para referirse a infinito, y no un 8 acostado como piensa mucha gente.

NOTA: En vista de los acontecimientos ocurridos en la Franja de Gaza, reescribo este grafiti que ya estaba publicado en el blog bajo otro título.

   R.R.C.


jueves, 6 de noviembre de 2025

DIAMANTE EN BRUTO

Es posible que un diamante sea la cosa más antigua que una persona pueda tener en la mano. Su origen se remonta a cientos de millones de años, cuando en el interior de la Tierra, a profundidades que superan los 100 Km se unieron dos fuerzas elementales: el calor y la presión, que al unísono, actuaron sobre carbón común dando lugar a un proceso de cristalización que culminó en la formación del rey de las gemas. Alcanzó la corteza y la superficie terrestre transportado por el fuego de las erupciones volcánicas; de esta manera, la naturaleza lo ha puesto en las manos del hombre, que sólo se ha tenido que preocupar de quitarle lo que le sobra y admirar la belleza, el fuego y la luz que se encuentra en el interior de cada una de estas piedras.
El diamante se conoce desde antiguo, pero el hombre no sabía qué hacer con él; precisamente procede del griego adamas que significa indomable, invencible. Prácticamente hasta el siglo XIX no se pudo tallar con arreglo a unas proporciones minuciosamente estudiadas para que estas piedras se manifiesten en todo su esplendor. No obstante, desde algunos siglos anteriores ya empezaron a utilizarse como adornos, pero era un privilegio de la realeza y de los hombres. Hay que esperar a 1477 para que el Archiduque Maximiliano de Austria le regale a una mujer, María de Borgoña, una sortija de diamantes.
Un diamante es un elemento químico, el sexto de la tabla periódica, carbono puro cristalizado en el sistema cúbico, si estuviese en el hexagonal sería grafito, la punta de nuestros lápices, que en nada se parece al diamante, salvo que ambos son átomos de carbono cristalizado en estado sólido.
R.R.C.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Diamante Hope

 

     Expuesto en el Museo Nacional de Historia Natural de Washington, he podido obtener esta preciosa foto de National Geographic, del diamante natural de color azul intenso más grande y famoso del mundo. Hallado en la India, un comerciante francés, Jean-Baptiste Tavernier, lo trajo a Europa para ofrecerlo a Luis XIV en el siglo XVII, el cual lo compró. Una vez tallado definitivamente en forma de cojín alcanzó un peso de 45 quilates y medio, cuando su peso en bruto era de 115. Es un diamante muy poco frecuente considerado de fantasía o fancy color, que no se le pueden aplicar las escalas que se tienen en cuenta para determinar la calidad en cuanto a tonalidad de los diamantes blancos. En principio, los diamantes son carbono puro cristalizado en el sistema cúbico. Ahora bien, a nivel atómico pueden contener en trazas otros elementos químicos o prácticamente nada. Si se realiza un espectro de infrarrojos en un laboratorio, puede determinar si en su red cristalina se han introducido otros elementos que alteren su color, en el caso del Hope se han encontrado átomos de boro, responsable pues, de su color azul. En definitiva, hay que buscar algo “infinitamente” pequeño, para poder explicar algo “infinitamente” hermoso.

     Como curiosidad, a este diamante se le atribuye una historia de desgracias a sus dueños como a ningún otro pedrusco, por lo que también se le reconoce como el diamante maldito. Luís XVI se lo regaló a María Antonieta, y ya sabemos todos cómo acabaron ambos, que perdieron todo del cuello para abajo. Sucesivos dueños posteriores padecieron desgracias ellos mismos o personas de su alrededor, hasta llegar a su último propietario que lo donó al museo donde actualmente se encuentra, convirtiéndose desde 1958 en una de las piezas más visitadas. Al ser un diamante único es imposible saber su valor si no se saca a subasta pública, aunque se le adjudica un precio de 350 millones de dólares. Como vemos en la imagen, se encuentra engastado a un collar. Lleven cuidado si lo contemplan.

NOTA: Este diamante no tiene nada que ver con el que sale en la famosa película Titanic, que fue una joya elaborada para la misma y, además, no es un diamante, pero probablemente se inspiró en él. 

      R.R.C.

lunes, 3 de noviembre de 2025

EL Diamante Dresde

 

     Su nombre se debe a que ha sido en Dresde (Alemania), en donde ha pasado el mayor tiempo. Después de la II Guerra Mundial los soviéticos se lo llevaron a Rusia, para devolverlo en 1958 a esta ciudad, donde se encuentra actualmente en su Castillo. Descubierto en el sur de la India a principios del siglo XVIII, tiene un color verde homogéneo, y presenta un peso cercano a los 41 quilates, o sea, unos 8 gramos una vez tallado en forma de pera un tanto modificada, convirtiéndose en el diamante más grande del mundo de este calor. En cuanto a su pureza  se clasifica como VS1, porque presenta un muy pequeño defecto en su superficie (un natural en el filetín), mientras que internamente no tiene impurezas. Con una nueva talla muy sutil se podría corregir esta ligera imperfección, pero perdería un poco de peso, tan importante en los diamantes. No obstante, mantiene su gran belleza.

     Respecto a su color, se debe a su larga exposición durante millones de años a los efectos de una radiación beta-β y gamma-γ, que son muy penetrantes, sobre todo la última. La primera son electrones de alta energía que emiten los núcleos atómicos; mientras la segunda son fotones, por lo tanto sin masa, energía pura de gran potencia. Para la tranquilidad de todos los que se han acercado a él, hoy no presenta radioactividad alguna y se puede visitar con total tranquilidad.

        R.R.C.


jueves, 30 de octubre de 2025

EL DIAMANTE ROSA MÁS BONITO DEL MUNDO

     En principio, quiero advertir que el color rosa en general es muy escaso en la naturaleza, y escasísimo en los diamantes en particular que alcancen la categoría de gemas, e insignificante con un tamaño suficiente que se puedan emplear. Este es el caso que nos ocupa, que presentaba un peso en bruto que no alcanzaba los 24 quilates, y una vez tallado ha quedado reducido a unos 10 quilates y medio (poco más de 2.1 g). Fue descubierto en 2019 en una mina de Botsuana, y hace unos pocos años fue valorado en unos 35 millones de euros.

     Su grado de pureza es máximo, que añadido a su color lo convierten en una piedra más insólita si cabe. Presenta una forma mixta, es decir, una talla entre cojín y esmeralda, lo cual maximiza el brillo de la gema que les llevó medio año. Sobre su color, las primeras investigaciones apuntaban a la presencia en manganeso en su red cristalina; al igual que se sabe que el nitrógeno está presente en los diamantes amarillos y el boro en los azules. En una investigación más a fondo se cree que su color se debe a distorsiones en su red cristalina, por el exceso de calor y presión en la formación del diamante y su salida a la superficie, luego su tonalidad es consecuencia de una deformación en la red cristalina del carbono puro del que está formado, y no a la presencia de otros elementos como ocurre en otros diamantes de colores.

     En fin, es lo que ocurre cuando la naturaleza y el hombre van de la mano. Cada uno hace su parte y el resultado es una pieza de enorme belleza.

      R.R.C.

 

sábado, 25 de octubre de 2025

EL DIAMANTE REGENTE

 

     En la galería de Apolo del Museo del Louvre, de París, se encuentra expuesto al público uno de los diamantes más grandes y famosos del mundo, propiedad del Estado francés, e inexplicablemente los ladrones pasaron de esta valiosa pieza en su atraco cometido, concretamente, en esta galería del museo, cuando robaron otras piezas de gran valor, pues la fiscalía francesa habla de más de 80 millones de euros, sin contar su importancia histórica, además, en su huida se les cayó la obra más atractiva que era la corona de la reina Eugenia de Montijo, esposa del emperador Napoleón III, que sufrió daños en su caída. Aunque lo robado tiene una gran tasación, estas dos joyas: la que dejaron y la que perdieron eran las más valiosas de todas. Esto sucedió el domingo, 19 de octubre de 2025, en el museo más visitado del mundo cuando estaba abierto al público. Algunos dicen, que parecía un robo de película. Sin embargo, en filmes que he visto yo de robos en galerías famosas me han parecido más complicados y sofisticados en el cine que en la realidad.

     Centrándonos ahora en El Regente, el diamante que da título a esta entrada, tiene un peso que sobrepasa los 140 quilates (con Q, aunque muchos lo escriben con K), presenta una gran color, es decir, blancura y transparencia, facetado en forma de cojín, para lo cual un tallador profesional le dedicó más de dos años, con la intención de obtener el mayor brillo posible. También carece de inclusiones, y un pequeño defecto que tenía en la superficie siendo una piedra en bruto fue eliminado en la talla.

     La historia de esta piedra se conoce razonablemente bien. Su cronología comienza a finales del siglo XVII cuando un esclavo encontró un diamante en una mina de la India  que pesaba 410 quilates en bruto (recuerdo que 5 quilates pesan un gramo), luego su peso total era de 82 g, pero en la talla quedó reducido a lo que es hoy. De los pequeños trozos que sobraron se hicieron otros diamantes más pequeños. El esclavo, conocedor del gran valor de su hallazgo, se autolesionó en su pierna para ocultar en el vendaje de su herida la supervisión de los vigilantes de la mina. Hizo un trato con un capitán inglés, ofreciéndole la mitad de lo que diesen por la venta de la piedra cambio de que lo llevase en barco a Madras. El británico lo asesinó y lo tiró por la borda, y el solo se quedó con todo lo conseguido en la transacción, que utilizó para llevar una existencia de borracheras y excesos que acabaron con su vida. Más tarde un gobernador británico lo envió oculto a Londres, para que finalmente a principios del siglo XVIII el duque de Orleans, regente de Francia, lo adquirió para la Corona. A partir de este momento, el diamante fue usado por Luis XV, Luis XVI, María Antonieta y Napoleón Bonaparte para engastarlo en la empuñadura de su espada.

      A partir de aquí, en la Revolución francesa fue robado y recuperado. También fue utilizado en el siglo XIX por Luis XVIII, Carlos X, Napoleón III y la emperatriz Eugenia de Montijo como adorno. Durante la II Guerra Mundial, cuando los Nazis tomaron Francia lo buscaron, pero no lo hallaron. Y en el Louvre se encuentra actualmente.

       R.R.C.