martes, 8 de agosto de 2017

ESTELA DE RAMSÉS II COMO NIÑO


     Es una placa votiva elaborada en piedra caliza en el siglo XIII a. de C. de Ramsés II como niño.  Este precioso bajorrelieve que se conserva en el Museo del Louvre de París, fue hallado por Pierre Montet en Tanis, en el delta del Nilo. Con cabeza, brazos y pies de perfil, y cuerpo de frente son las reglas que siguen tanto el relieve, como de la pintura egipcia. Sobre su cabeza rapada muestra la habitual trenza de los infantes de la familia real, además, porta una diadema con la típica cobra protectora o ureus que solo los faraones podían llevar. Aunque el rostro lo vemos de perfil,  el ojo se representa de frente para destacar la mirada del personaje, cuestión fundamental para los antiguos egipcios. También me gustaría destacar el simpático gesto de llevar el dedo a la boca, algo frecuente en los niños, y en clara referencia al dios Horus joven. Su torso y vientre permanecen desnudos, mientras el resto del cuerpo hasta sus pies lo cubre con una túnica de lino profusamente plegada.
     Los signos jeroglíficos dicen lo siguiente: “El Rey del Alto y Bajo Egipto, Señor de las dos Tierras (La poderosa justicia de Ra, elegido de Ra -Ramsés II-) que se le de vida como a Ra, eternamente y para siempre”. Hay que reconocer que los jeroglíficos dieron resultado, pues gobernó 67 años y vivió casi 90, que para aquellos tiempos era una eternidad. Por algo eran las palabras de los dioses.

NOTA: Aunque vida eterna y para siempre nos puede sugerir una redundancia, con frecuencia, los jeroglíficos que hacen referencia a dichos términos se muestran juntos. Según el egiptólogo Christian Jacq, “la eternidad” es cíclica, con la presencia de la tierra; y “siempre” es una eternidad luminosa con la presencia del Sol.
NOTA II: Jeroglíficos coloreados por el autor.         
      R.R.C.