lunes, 7 de agosto de 2017

TUMBA DE TUTANKAMÓN (Breve pincelada)



     Descubierta en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter en el Valle de los Reyes, en la antigua Tebas (la actual Luxor egipcia), se necesitó 8 años para transportar los más de 5000 objetos que se hallaron en ella hasta el Museo de El Cairo. Y eso que, contrariamente a lo que se cree, esta tumba fue saqueada, al menos dos veces en la propia antigüedad y vuelta a sellar de nuevo, el propio Carter estimó en su día, que han desaparecido un 60% de las joyas y objetos de oro que contenía inicialmente.
     Es una tumba relativamente pequeña si la comparamos con otras descubiertas en el mismo valle. Todo parece indicar que la acondicionaron rápidamente ante la inesperada y temprana muerte de este faraón, cuando tan solo contaba 19 años de edad, lo que explicaría la ausencia de decoración de todas las cámaras excepto la que contenía su propia momia, depositada en una sarcófago de cuarcita roja, que a su vez contenía otros tres ataúdes: dos de madera chapados en oro; y un tercero en donde él apareció de oro macizo.
     Centrándome a continuación en las pinturas de la imagen que vemos, comprobamos que ambos muros presentan un fondo dorado sin ningún tipo de representación paisajística. A nuestra derecha nos encontramos con Tutankamón siendo recibido amigablemente por Nut, la diosa del cielo y creadora del universo, con el signo del agua en la palma de sus manos (esas dos líneas negras quebradas). En la siguiente escena vemos a Osiris momificado, con el habitual rostro verde que presenta abrazando a Tutankamón, seguido por su Ka, es decir, su “fuerza vital”. En el muro del fondo destacan 12 monos (babuinos) en cuclillas, que también ofrecen una respetuosa entrada en el Más Allá al faraón, y simbolizan las 12 horas nocturnas que deberá pasar para esperar un nuevo día (renacer). Por último, en la parte superior contemplamos la barca solar con el dios en forma de escarabajo Jepri, símbolo de la vida eterna, y cinco pequeñas divinidades a su derecha.
     H. Carter escribió un detallado libro sobre el descubrimiento de esta tumba. Yo, simplemente, me he limitado a ofrecer una fina pincelada aprovechando esta bella imagen.
        R.R.C.