domingo, 23 de septiembre de 2018

LAS CARIÁTIDES DEL ERECTEION


     Cuando uno contempla el lateral izquierdo del Partenón, no puede evitar que su atención se desvíe a la tribuna de cariátides, que luce espléndida en otro templo cercano llamado Erecteion. Las seis imágenes que vemos “in situ” son fieles reproducciones de las originales: cinco de ellas conservadas en el Museo de la Acrópolis en Atenas y una en el Museo Británico de Londres.
     Nos informa Vitruvio, arquitecto romano del siglo I a. de C. que griegos leales a su patria castigaron a todos los hombres de la ciudad de Carias, no muy lejos de Esparta, por ponerse del lado de los persas en las famosas guerras Médicas, mientras que a las mujeres las condenaron a llevar pesadas cargas el resto de sus vidas. Eran famosas por su belleza ya que se las relacionaba con la mítica Helena de Esparta, más tarde de Troya, cuando Paris se la llevó a esa localidad tras el secuestro consentido que dio lugar a una guerra de dicha población con el resto de los aqueos. La belleza le viene por ser hija de la diosa Némesis transformada en Oca, y de Zeus que adoptó la forma de un precioso cisne para la ocasión. Fruto de esa relación Némesis puso un huevo, que fue entregado por un pastor a Leda, reina de Esparta, del cual nació Helena y de la que se hizo cargo como si fuera su propia hija.
     No se sabe con certeza quien esculpió en mármol estas esculturas femeninas de más de 2,3 m. altura, que a modo de columnas sostienen para toda la eternidad el pesado entablamento de este pórtico del Erecteion. Se las han atribuido al propio Fidias, e incluso a otro escultor llamado Alkamenes. Van vestidas con un peplo y llevan una cesta sobre sus cabezas que se integra en el capitel. Carecen de brazos total, o parcialmente, así que no sabemos qué harían con sus manos. Por supuesto que tienen la belleza, serenidad y elegancia clásicas propias de la segunda mitad del siglo V a. de C. Por otra parte, mientras tres de ellas adelantan su pierna izquierda las otras hacen lo propio con la derecha dejando transparentar su extremidad, comportándose su vestimenta como si de un paño mojado se tratara. Este movimiento de piernas dirige la vista del espectador al centro de la tribuna.
        R.R.C.
NOTA: Imagen descargada de Internet.