viernes, 4 de octubre de 2013

Una mastaba muy particular


     Las mastabas son construcciones funerarias realizadas en el antiguo Egipto para enterrar a personajes importantes de aquella época. Se les llama así, porque los trabajadores que empleaba el famoso  arqueólogo inglés F. Petrie se referían a ellas con ese nombre, por el parecido que tenían con ciertas casas tradicionales de su época que se denominaban de esa manera. Con base rectangular y forma que recordaba a la parte inferior de una pirámide, las más grandes alcanzaron una altura de veinte metros, como podemos comprobar en la llevada a cabo por un poderoso faraón de la IV dinastía. Los materiales que se emplearon fueron en un principio el adobe y, muy poco después, la piedra, en la remota III dinastía faraónica hace más de cuatro mil quinientos años.

     Una vez enterrado el difunto con todas sus riquezas, se sellaba la entrada para impedir el paso a posibles saqueadores. Las hay de distintos tamaños, lujos y complejidad. Tanto la cámara sepulcral, como aquellas en las que se colocaba el ajuar funerario, estaban situadas en el subsuelo y se llegaba a ellas, a través de huecos verticales que se hacían a tal efecto. Los familiares sólo podían acceder a la parte construida sobre la superficie, con el objeto realizar posibles ofrendas.
     
     A la V dinastía corresponde una mastaba que pronto llamó la atención de los investigadores, por los relieves y otras informaciones que allí aparecían. Correspondía a dos altos funcionarios de la administración faraónica, casados con dos sacerdotisas de Hathor y con sus respectivos hijos, como allí mismo se deja constancia pero, a pesar de ello, y esto es lo desconcertante del asunto, aparecen representados en algunas escenas, íntimamente abrazados y con su nariz pegada. Así que, el debate está servido. Lo que para algunos estudiosos es un hecho evidente del hallazgo de una tumba, que vendría a ser un claro ejemplo de homosexualidad en la antigua sociedad egipcia. Otros, ven en ella un enterramiento conjunto de hermanos gemelos y, si apuramos más; de siameses.



     Otra opción posible, en mi opinión, y que no he visto reflejada en la información consultada, probablemente porque no la han considerado necesaria, es que nos podríamos encontrar ante un posible caso de bisexualidad, lo que explicaría, por una parte, las actitudes íntimas de los personajes y, por otra, el hecho de que tuvieran esposa e hijos. Evidentemente, si la antigua sociedad egipcia hubiese admitido con normalidad la bisexualidad no habría inconveniente alguno para que aceptase la homosexualidad. Hoy día, sabemos con toda seguridad que un faraón del Imperio Antiguo, a finales del tercer milenio antes de J.C. con Nombre de Trono Neferkara (Pepy, para los amigos, quiero decir su nombre de nacimiento), le tiraba los tejos* al general Sasenet que iba a visitar todas las noches, y según los documentos que se conservan “hacía todo lo que quería”. Qué cada uno interprete. Pero todo indica que nos encontramos ante un comportamiento abiertamente homosexual, por parte de la máxima autoridad política y religiosa y, si fuera poco, con un alto cargo militar. No tenemos más información para saber si la conducta de este faraón era admitida o reprobada por su pueblo.

      Por último, esta tumba se descubrió hace ya casi cincuenta años, en la necrópolis de Saqqara, cerca de El Cairo y se puede visitar desde 1990.  No sabía si escribir sus nombres por lo impronunciables que resultan pero, en fin, aquí van: Nianjjnum y Jnumhotep.

*Expresión que se utiliza, a veces, para proponer una relación amorosa, o sexual, a otra persona.
Nota: sobre la expresión Nombre de Trono, hay una explicación en otra entrada de este blog titulada: El pectoral de Tutankamon.

Nota 2. Ya que no voy a dedicar ninguna entrada de este blog al faraón Pepy II, informaré de un par de cosas suyas. En primer lugar, según algunas fuentes fue el gobernante que más tiempo ostentó el poder, ya que comenzó a reinar con 6 añitos y estuvo hasta los casi 100 que murió, es decir, más de 90 años en el trono. Otras fuentes apuntan menos tiempo, pero coinciden en que su reinado fue muy largo. Y, en segundo lugar, se cuenta de él que para liberarse de las molestas moscas, tuvo la idea de hacerse acompañar por varios esclavos cubiertos de miel, para que, ante semejante manjar lo dejaran tranquilo y se quedaran atrapadas en su golosina.
 
       R.R.C.