El egiptólogo francés Pierre Montet descubrió en la década de 1930 la necrópolis real de la XXI dinastía egipcia, en 1940 encontró la tumba del faraón Psusennes I en la antigua ciudad de Tanis situada en el delta del Nilo. Hallazgo harto interesante, si tenemos en cuenta que el lugar de descanso eterno de este faraón se descubrió intacto, algo insólito en cuanto a tumbas reales se refiere, salvo contadas excepciones. Se sabe, que este soberano estuvo en el poder durante mucho tiempo, alrededor de cincuenta años, entre el 1039 al 991 antes de J.C. Encontró su momia en un sarcófago de plata (escasa y por lo tanto muy cara en Egipto), que a su vez, se encontraba dentro de un sarcófago de granito negro, contenido en uno exterior de granito rojo. Además, localizó su impresionante máscara realizada en oro y conservada en el Museo de El Cairo; dedales, una pareja de sandalias y pulseras de este preciado metal, junto con jarras y platos de alabastro. En adelante, me limitaré a destacar uno de los brazaletes que este faraón portaba en su brazo y que inicia esta entrada, centrando mi atención en el espectacular cartucho que lleva su nombre.
Es una
espléndida pulsera de oro macizo tallada tanto en la parte interior como
exterior. Es la más grande, pesada y bonita de todas las que tenía este
monarca, la cual destaca por su forma, diseño y elegancia entre las demás. En
la imagen que vemos, predomina el mencionado cartucho que los egipcios
denominaban “Shen”. Pone lo siguiente:
Debemos empezar a leer por esa gran figura central que consiste en un pato volando con cola larga. Aunque en otras ocasiones hace referencia a volar, cuando tiene un valor figurativo, en este caso se emplea como artículo definido y lo podríamos traducir por: la y sonaría Pa. En este caso, la estrella de cinco puntas que aparece a su izquierda sí tiene un valor figurativo y representa al mismo astro con sonido seba. El pequeño montículo con Sol naciente significa aparece y suena ja. La línea quebrada inferior la podríamos pronunciar y traducir por en. El círculo con la equis en su interior significa ciudad y suena niut. A la derecha y en la parte superior del cartucho, nos encontramos con el nombre de la divinidad Amón, representado por el junco en flor (que recuerda una pluma), el tablero con siete fichas y la línea quebrada, obtendríamos el sonido imen. Por último, la azada inferior es el verbo amar, que leeríamos mer y traducimos por: amado. Luego, ya tenemos concluido, tanto su pronunciación jeroglífica: Pasebajaenniut merimen ¡vaya con el nombrecito! Como su traducción al español: “La estrella que aparece en la ciudad, amado de Amón”. Este sería el nombre de cuna del soberano, conocido como Sa Ra. Además, contaba con otros cuatro nombres, entre ellos el Nombre de Horus (no lo hemos tratado aquí), que hace alusión a la ciudad egipcia de Tebas y que en jeroglífico se pronuncia: Uaset. Así pues, podemos suponer que la ciudad a la que se refiere su nombre de cuna es a la capital del Alto Egipto y que hoy día se conoce como Luxor.
R.R.C.
APÉNDICE:
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Es uno de los 22 brazaletes que este
faraón llevaba en sus brazos, cuando fue descubierta su tumba intacta por el
arqueólogo francés Pierre Montet en Tanis, en el delta del Nilo a finales de la
década de 1930. Una estupenda obra de los orfebres egipcios del Tercer período
intermedio, elaborada con oro y piedras de adorno incrustadas como: turquesa,
cornalina, lapislázuli… que dan una gran vistosidad y colorido a esta pieza que
se remonta a los siglos XI-X a. de C. Custodiada en el Museo de El Cairo
presenta un excelente estado de conservación. En la imagen vemos una serie de
signos jeroglíficos que podríamos traducir de izquierda a derecha como sigue:“Señor de brazo fuerte; Señor de las Dos
Tierras; Rey del Alto y Bajo Egipto; que sea dotado de vida (La estrella que
aparece en la ciudad, amado de Amón)”, es decir, Psusenes I.
Sin embargo, lo más importante lo encontramos en el lado opuesto, y del que he podido observar una deficiente fotografía; indica que este monarca también ostentaba el cargo de sumo sacerdote de Amón en
el norte de Egipto, ya que había otro en el sur (Tebas). Por lo tanto,
ingresaba los impuestos como faraón y como sumo sacerdote, lo que explicaría
mejor la consecución de los ingresos necesarios para su ostentoso enterramiento:
"Digno de Las mil y una noches", como afirmó Montet el 18 de marzo de
1939 al entrar en la tumba de Psusenes, a pesar de que su influencia real no se
extendía por todo el país del Nilo.
NOTA: IMÁGENES DESCARGADAS DE INTERNET.
R.R.C.