domingo, 19 de enero de 2025

RELIEVES ASIRIOS

 

     En mis repetidas visitas realizadas al Museo Británico de Londres, siempre he dejado un hueco temporal, para pasear por las galerías donde están expuestos los relieves asirios del palacio de Absurbanipal, en la antigua ciudad de Nínive. La mayoría de las escenas corresponden a este rey practicando su deporte favorito: la caza de leones, bien en campo abierto, a pesar de no haber representación de paisaje alguno, bien en un espacio controlado que sugiere que debía de haber presencia de espectadores (al menos, eso me parece a mí). Por supuesto, estos bajorrelieves han perdido toda la policromía que debieron tener hacia mediados del siglo VII a. C. No obstante, todavía podemos admirar su belleza y calidad sobre la piedra caliza o yeso en la que están representados.

     Lo primero que se le viene a uno a la cabeza es el objetivo propagandístico de la figura del rey que debieron tener, y cómo este se convertía en el mejor defensor del pueblo al que tenía sometido, protegiéndolo de semejantes fieras, símbolos de la malignidad, brutalidad y el caos. La fuerza y la musculatura es lo que más se ensalzan en todas estas escenas, de hecho, sus músculos destacan como si no tuvieran piel. Por otra parte, los animales exteriorizan sentimientos o emociones de dolor y rabia por verse cazados y moribundos (algunos ya aparecen directamente muertos), e incluso vomitan sangre o arrastran sus patas traseras para no desfallecer, ya que una flecha en el sitio exacto se las ha paralizado: la famosa leona herida, por ejemplo, de la que hay otra entrada en este blog.


     Son figuras muy realistas, aunque como es normal en el arte antiguo mesopotámico o egipcio, la imagen del rey aparece exhibida a mayor tamaño, además, no figura representación de espacio alguno, ni natural ni arquitectónico, aunque esto no resta para que, en algunos casos, superponer figuras y ofrecer una cierta perspectiva.




     Me llamaron la atención, al menos en dos ocasiones, como los leones eran liberados de una jaula de madera por un soldado o asistente asirio situado en lo alto y a buen cobijo, a la espera de que fuera abatido por el rey, acompañado por súbditos para protegerlo en caso necesario. También se sabe que algunos de estos leones se criaban en cautividad, para soltarlos más tarde en un espacio cerrado para lucimiento del rey ante el pueblo que afirmaba defender. Tan solo añadir, de que son escenas muy duras para todos aquellos, como es mi caso, que amamos a los animales.

    R.R.C.