Teniendo en
cuenta que sus antecedentes familiares eran Marozzia y Teodora, que fueron las
mayores prostitutas que se recuerdan en Roma desde Agripina, y que con sus
intrigas, fornicaciones y asesinatos, intervinieron en la elección y deposición
de papas a su capricho; que fue nombrado papa antes de cumplir los 18 años; que
su formación académica era nula; que su interés por lo espiritual era ninguno;
que juraba por los dioses paganos Venus o Júpiter; que llegó a ordenar a un
diácono en una cuadra y consagró obispo a un niño de 10 años; que no conocía la
moral; de lujuria desenfrenada, como prueba el hecho de que hizo rodear su
residencia de San Juan de Letrán de prostitutas, eunucos y esclavos, por lo que
dedicaba sus días a las orgías y a las fiestas; que a las mujeres se les informaba de que no
fuesen a su iglesia porque podían ser violadas por el papa; que forzó en la
cama de su Santidad a mujeres casadas, viudas …; que su afición por los
placeres groseros era infinita; que llevó una vida disoluta sin ningún freno ni
cortapisa; que se le conocía con el nombre de "El papa Fornicario";
que fue un cobarde en la batalla y huyó llevándose consigo los tesoros de la Iglesia;
que un sínodo de obispos lo acusó de sacrilegio, simonía, perjurio, asesinato,
adulterio, incesto (con su madre, sus hermanas y su sobrina), y no sé cuántas
cosas más, y que murió de un martillazo en la cabeza en el 964 ejecutado por un
marido porque lo encontró en la cama con su mujer, cuando contaba 27 años de
edad. Se le ha llegado a llamar un Calígula cristiano, especialmente por el
cargo que ostentaba. Y, a pesar de todo, esto no acabó con la Iglesia católica.
El cardenal Boronio en el siglo XVI llegó a la conclusión de que ninguna otra
institución hubiese resistido semejante asalto desde dentro, y que era una
prueba evidente de que la Iglesia católica gozaba de protección divina. En fin,
ahí queda eso.
(Juan XII, papa
nº 130 de la Iglesia católica, del 16 de diciembre de 955 al 14 de mayo de
964.)
NOTA: El historiador y obispo Liutprando de Cremona, contemporáneo de este “personaje”, nos da buena cuenta de su altura moral. En la imagen superior aparece: el emperador Otón I y el papa Juan XII
R.R.C.