domingo, 26 de mayo de 2013

CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA ISLÁMICA

             Lo esencial del arte musulmán radica en la arquitectura y la ornamentación de la misma. Los materiales más usados son el ladrillo, la madera y el yeso, utilizando en menor medida la piedra, debido a que este material precisaba una costosa extracción y labrado. Sus edificios más significativos son las mezquitas y los palacios, que son  poco elevados,  buscando, sin embargo una gran extensión superficial, por lo que sus elementos sustentantes no precisan ser de gran resistencia. Por ello, los arcos y las cúpulas tienen en general  un sentido decorativo, es decir, son falsos arcos y falsas cúpulas.
            Como elementos de sostén se usan pilares y columnas, principalmente estas últimas. Son generalmente delgadas, puesto que las techumbres pesan poco. Los capiteles pertenecen a varios tipos: el de decoración vegetal, que deriva del corintio, tomado de Roma y Bizancio, el capitel cúbico, el de estalactitas (motivos colgantes, a modo de panal de abejas) y el de pliegues o abanicos, etc.
            Utilizan diversas clases de arcos:
            a) El arco de herradura, uno de los más característicos, es de origen visigótico, pero, mientras este cierra el peralte un tercio de radio, el musulmán lo cierra la mitad del radio. Paralelamente a este proceso tiene lugar el del descentramiento del trasdós, que deja de ser paralelo al intradós, y por tanto resulta más estrecho en los salmeres que en la clave. Además, las dovelas, desde el salmer hasta la línea del medio punto aparecen enjarjadas, es decir, son paralelas entre sí y no radiales. El arco de herradura apuntado, también llamado túmido, es de origen oriental y se engendra al cruzarse dos arcos de herradura.
            b) El arco lobulado, o polilobulado, se utiliza ya en Córdoba durante el siglo X, en la reforma que practica Alhaquen II en la Mezquita, y se caracteriza por la aparición de un número impar de lóbulos (pequeños arcos de herradura): uno de ellos corresponde a la clave del arco. Los hay de tres, cinco, nueve, once e incluso de veintiún lóbulos.
            c) Los arcos cruzados se determinan al asociarse varios en forma secante y son muy frecuentes en la Mezquita de Córdoba, en las reformas del siglo X. El enlace y entrecruzado de arcos son a un tiempo soluciones arquitectónicas y decorativas de gran importancia para el desarrollo del arte hispano-musulmán.
            En el siglo IX aparece el arco de mocárabes. También figuran en el repertorio musulmán el arco de medio punto, el peraltado y el mixtilíneo. Como complemento del arco hay que resaltar el uso del alfiz, moldura que lo enmarca, llamándose albanega al espacio comprendido entre el arco y el alfiz.
            Para cubrir el edificio se emplea mucho la cúpula, pero son cúpulas de modestas dimensiones y de función constructiva enmascarada. La bóveda se usa en sus más variadas formas: semiesférica, de cañón, de cañón apuntado, de arcos cruzados, típicamente española, cuyos arcos generalmente dejan en el centro un espacio libre, donde se coloca una cúpula gallonada, etc.
            En cuanto a los aspectos decorativos, hay que destacar su riqueza: en la arquitectura no se usan motivos animales ni humanos. Son frecuentes los temas vegetales estilizados (ataurique), especialmente las ramas de palmera. Abundan también las composiciones geométricas, formando lazos (lacería). En combinación con ellos suele aparecer la decoración epigráfica, formada por inscripciones religiosas (procedentes del Corán) o por versos, en los que se utilizan trazos rectos (cúficos) y cursivos (nesjies). En la época almohade aparece la decoración de sebka, con rombos entrecruzados.  Desde el punto de vista decorativo también tiene una gran importancia el mosaico, cuya técnica copian de los bizantinos. Se emplean cubos de colores púrpura, amarillo, verde claro, azul, blanco y negro.
MANUAL DE HISTORIA DEL ARTE
NOTA: Imagen y esquema obtenidos de Internet