viernes, 6 de enero de 2012

Los Girasoles de Vincent Van Gogh

     
     Es un óleo sobre lienzo de 93X72 cm conservado en Neue Pinakothek de Munich. Los Girasoles de Van Gogh son una serie de obras famosas mundialmente, pintadas hacia 1888. Llevó a cabo cinco cuadros similares, tres con quince girasoles dentro de un jarrón y dos con un total de doce girasoles. Uno de los cuadros decoró la habitación de su amigo Gauguin en la casa que temporalmente compartieron. Todos los lienzos de la serie poseen unas dimensiones similares. En marzo de 1987 obtuvo resonancia mundial la noticia de la compra de un Jarrón con quince girasoles por un magnate japonés en una subasta, pagando 39.921.750 dólares.
     Se levantaba temprano para pintar las flores, porque cuando le daba el sol se marchitan, le encantaba pintar los campos, los cipreses, las flores, el trigo, en fin, se sintió atrapado por la luz  y el color de la naturaleza. El amarillo (símbolo del amor, la luz, la emoción, pasión, calor…) era su color preferido, muy abundante en sus obras, incluso en la fachada de la vivienda donde residía en Arlés en el sur de Francia y de la que saldrían estos lienzos. En Los Girasoles, la gama de amarillos es una de las más complicadas en la historia de la pintura y en la que demuestra su gran maestría en las texturas. Observamos unos girasoles más vigorosos y otros más marchitos, con lo cual, podemos comprobar las distintas etapas de la vida de esta flor. El color está aplicado con pinceladas fuertes, agresivas, se evidencian unas pinceladas más largas que otras, destacando la plasticidad de la pintura, que crea un fino relieve en la tela para dar volumen a los girasoles. En partes del cuadro también podemos observar la técnica de celdillas tipo mosaico, comparada por el propio Van Gogh con las vidrieras de una iglesia. Otra gama cromática de naranjas, ocres, marrones… acompañan al color principal. Estas pinturas muestran una gran simplicidad, son flores de una sola clase y todas ocupan un primer plano.
     Por otra parte, los girasoles reflejan en sus volúmenes bullentes, con formas tensas y culebreantes, el ánimo atormentado del autor. Muchas de sus pinturas las utiliza como vehículo para expresar su angustia y desesperación en las que frecuentemente caía. Pocas veces una obra de arte expresa con tanta rotundidad la psicología del artista. Los girasoles hacen referencia a la divinidad, al Sol y la luz; son luz pura. Hay que tener presente que en la iconografía cristiana simbolizan lo divino. A través de su arte, Van Gogh busca una vía de comunicación con Dios, con el supremo hacedor de la naturaleza. El amarillo de las flores representaban la mistad y la esperanza, mientras que las voluminosas formas, al abrirse, simbolizaban la gratitud.
     Para terminar, siguiendo las afirmaciones de una página web que no determina el autor, y que recogen el blog de Cristina Alejos, para pintar así haría falta: tener un nerviosismo incontrolado; estar obsesionado con expresar lo que se ve y se siente; amar profundamente la naturaleza; y estar absolutamente despreocupado por la opinión que puedan tener los demás. 
           R.R.C.