lunes, 9 de junio de 2025

Y, ¿SI ABRAHAM SÍ MATÓ A ISAAC?

 

     Aquí no encontramos obra de arte que valga que responda a esta pregunta, además de ser una contradicción con lo expuesto hasta ahora en otra entrada de este blog, publicada el 13 de febrero anterior con el nombre: EL SACRIFICIO DE ISAAC. Pero no me gustaría dejar pasar la oportunidad de otras hipótesis expuestas, eso sí, por unos pocos, me refiero a aquellos que consideran que en realidad en el primitivo relato bíblico, en la narración de la fuente E se refiere a Dios llamándole Elohim. De golpe y en el momento en que Abraham tenía alzado su brazo con el cuchillo para el sacrificio, un ángel de Dios le conmina a que no hiera a su retoño, y el sacrificio lo lleve a cabo con un cordero que la divinidad le había ofrecido para el holocausto, pero en esta ocasión a Dios se le llama Yahvé, como se refiere a Él la fuente J.

     Muchos centenares de años después de esta narración, hacia el siglo VII a. C., se trataron de unificar las dos fuentes: la E de Israel y la J del reino de Judá. Ya en esta época no se vería con buenos ojos un sacrificio humano para dedicarlo a Dios, era preferible algún animal, como un cordero, por ejemplo. Los encargados de llevar a cabo la unificación en un solo texto que podríamos llamar R de redactor, prefirió seguir aquí la fuente J, más blanda que la E, y más acorde con los nuevos tiempos.

     Los argumentos que dan verosimilitud al párrafo anterior, además de contar con el cambio de nombre de la divinidad, señalan, que después de realizado el sacrificio no se dice nada de Isaac, pues Abraham desciende solo de la montaña y se reúne con los dos criados que dejó en su base esperándolo, y los tres se marchan del lugar, y lo hicieron juntos camino a Bersebá, donde Abraham se quedó, y ni una palabra de Isaac*. Así que, siguiendo a los partidarios de esta conjetura, los versículos que salvan al hijo fueron añadidos con posterioridad.

     Un papiro egipcio escrito en lengua copta, que todavía sigue siendo el idioma de la Iglesia ortodoxa egipcia actual, fue hallado en el Bajo Egipto, en la pirámide de Sesostris I, y que ahora pertenece al Museo Metropolitano de Nueva York (MET), Michael Zellmann-Rohrer, investigador de la Universidad de Oxford, y traductor del texto, admite la probabilidad de que Abraham llevase a cabo la inmolación de su hijo. No obstante, el profesor de esta prestigiosa universidad no logró identificar al autor de este documento en cuestión. R. E. Friedman, especialista bíblico, también informa que ha habido y hay partidarios del final trágico de esta historia.

     Por último, recordar que en la religión musulmana, el vástago que Abraham fue sacrificar (aunque no lo hizo) era Ismael, al fin y al cabo, era su hijo primogénito que había tenido con su insolente esclava egipcia Agar, con la autorización de su mujer que no podía darle un heredero. Ismael se dirigió hacia el este y fue el antepasado del pueblo árabe. Aunque el Corán no lo dice explícitamente, así lo creen los eruditos en el tema.

*Quién disponga de una Biblia de Jerusalén a mano (la que yo utilizo), puede comprobar que en el cap. 22 vers. 1,3, 8 y 9, llama Dios a Elohim, y Yahvé al que le para la mano.

NOTA: La imagen que acompaña al texto es la de Agar con su hijo Ismael, ante la carencia en el arte del sacrificio de Isaac llevado a cabo. Lo cual, nos indica que la opción muy mayoritaria es que el sacrificio de Isaac, no se consumó por la intervención divina. Por otra parte, en el blog hay una entrada llamada: "EL PENTATEUCO" publicada el 11 de abril de 2013, que ayuda a entender este post, y a ella me remito.

NOTA II: Evidentemente, esta teoría deja sin respuesta a todas las narraciones que nos presenta el Génesis, sobre tan importante personaje, Isaac, posteriores al hecho de su sacrificio por su progenitor, además de estar considerado uno de los patriarcas del pueblo de Israel. Y que, en cierta manera, prefigura para el mundo cristiano la futura ofrenda de Jesús para la redención de los pecados de la humanidad. 

     R.R.C.    

sábado, 7 de junio de 2025

MONEDA MACEDÓNICA DE FILIPO II

 

     Esta maravillosa moneda es un tetradracma de plata emitida por el rey Filipo II de Macedonia, acuñada en la ceca de Pella en el segundo tercio del siglo IV a. C. Presenta un peso de 14g y medio y un diámetro de unos 25 mm, teniendo en cuenta la dificultad de esta última cifra al no mostrar una forma redonda. La pieza se halla en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) de Madrid. Fueron muchas y de gran calidad la cantidad de monedas que este rey macedónico mandó a emitir y, posiblemente, la mayor parte de ellas fueron supervisadas por él mismo, con el objetivo de tener una buena carta de presentación en las polis griegas, que a los macedónicos no terminaban de aceptarlos como verdaderos griegos, aunque si admitían que tenían cosas en común, pero que también eran descendientes de antiguos pueblos bárbaros. Sin embargo,  los habitantes de Macedonia sí se consideraban griegos de propio derecho. Por ello, desde el principio quisieron participar en los juegos que se celebraban en la polis de Olimpia cada cuatro años desde el 776 a. C., aunque tuvieron que esperar unos tres siglos para poder competir en estos deportes, ya que para ello, tenías que ser griego. Por lo tanto, este hecho supuso un gran avance para que el mundo heleno reconociese como tal al reino de Macedonia. Y, si además, los caballos de Filipo ganaron las carreras que se realizaron hacia la mitad del siglo IV en tres olimpiadas consecutivas; en las modalidades de carrera de caballos, cuadrigas (carro tirado por cuatro caballos) y bigas (carro tirado por dos caballos), para qué queremos más. Aunque el participante no fuera el propio rey, el dueño de los corceles sí lo era.

     Si ahora nos fijamos en el anverso de la moneda, observamos que ocupa casi todo su campo una impresionante y monumental efigie, con un semblante sobrecogedor del propio Zeus, el dios helénico más importante, el dios más poderoso de todos los del Olimpo, incluso dejando al margen sus aventuras amorosas o sexuales con otras diosas o mujeres terrenales, en cuyas hazañas era imbatible. Además, lleva sobre su cabeza la corona de laurel que lo convierte en vencedor de los juegos de Olimpia. El reverso aparece ocupado por un jinete un tanto presuntuoso, que cabalga con seguridad y soltura con la leyenda: ΦΙΛΙΠΠΟΥ (Filipo). Mientras el anverso es anepígrafo, es decir, no muestra leyenda alguna. Todo indica que el caballero es el propio rey que desfila con su brazo derecho en alto saludando a sus contemporáneos. En fin, que se había ganado a pulso ser reconocido como griego, tanto él como a todo su pueblo.

     Por último, señalar que Filipo II de Macedonia fue uno de los mejores políticos de la historia de todos los tiempos. Sin duda, su fama sería mucho mayor de no haber sido eclipsado por su hijo Alejandro Magno educado, nada menos, que por Aristóteles.

       R.R.C.


jueves, 5 de junio de 2025

EL ASESINATO DE CÉSAR

 

     Qué duda cabe que el asesinato de Julio César a mano de sus compatriotas fue uno de los hechos más importantes y con mayor repercusión, no solo en los límites del territorio romano: sur de Europa, Asia Menor y norte de áfrica, que daban al Mediterráneo, sino también de los países limítrofes de esta extensa superficie. El 15 de marzo del año 44 a. C. fue la fecha elegida por los asesinos para llevar a cabo el magnicidio, en el propio Senado de Roma, cuando la víctima estaba a punto de cumplir 56 años. No voy a centrar el post en este conocido acontecimiento, pues me limitaré a los presagios que hablaban del mismo, tal y como recogen los historiadores Suetonio y Plutarco, por ejemplo. No obstante, ganas le tenían, por el temor de que se convirtiese en rey (institución muy odiada entre los romanos desde que cayó la monarquía hacía más de 450 años). Además, desde enero de ese mismo año ya había sido nombrado por el Senado DICTADOR PERPETUO, que en opinión de G. Traina, no quiere decir hasta la muerte, más bien como una dictadura sin fecha de caducidad. Precisamente, en esa jornada sangrienta el propio Senado lo iba a proclamar rey, siempre que utilizase ese título con la corona correspondiente en el exterior de la península italiana, aunque a César no le entusiasmaba la idea. ¿Por qué los senadores tuvieron esta consideración con él? Porque los romanos consultaban los Libros Sibilinos ante acontecimientos importantes, y estos decían que para conquistar Partia solo podía hacerlo un rey, y César tenía previsto salir de Roma para esa ardua tarea pocos días después y duraría años, con el peligro añadido, de que la victoria sobre los partos aumentaría más su fama y prestigio; y quedarse a vivir en una ciudad oriental, desde la que se tomarían las decisiones más importantes, en detrimento particular de Roma.

     Es normal la creencia en el mundo antiguo que todos los eventos trascendentales vinieran precedidos de augurios más o menos claros, pero había que saber interpretar para poder adelantarse a los mismos en caso de ser necesario. Por lo tanto, este asunto no iba a ser una excepción. Nos cuenta Suetonio, que unos meses antes de esta señalada fecha, unos colonos que habían recibido tierras en Capua del propio César, en la tumba del fundador de la villa, encontraron una tablilla de bronce escrita en griego, que podría predecir el suceso y grandes calamidades para Italia como castigo. Continúa Suetonio informando que los caballos que Julio había liberado en el Rubicón, para su libertad y disfrute, se negaban a pastar y solo lloraban. También nos transmite un pequeño episodio en el que participan unas aves  en la Curia de Pompeyo, en donde más tarde se reunirían los senadores.

     Una amenaza más seria y conocida se la debemos al arúspice Espurina, el cual advirtió a César que se guardase de los Idus de marzo (el día 15 de este mes). Cuando el propio César se cruzó con el adivino, se dirigió a él en un tono burlesco diciéndole que el día había llegado y él todavía continuaba allí, a lo que Espurina espetó: Que todavía no habían pasado. Nos transmite Plutarco, que Artemidoro de Cnido, maestro de griego, que debió estar al tanto de lo que se venía tramando, ya que tenía amistad con algunos compañeros de Bruto, le entregó un escrito en un memorial que César guardó para leerlo después de la sesión del Senado, entregándoselo a un ayudante. En vista de ello, consiguiendo acercarse a él y le advirtió: “Léelo tú solo y pronto…; te interesa”. No lo leyó, y ahí estaba la lista de los conjurados. La muchedumbre de ese día en la calle interrumpía el paso y lo impidió, aunque mostró gran interés, lo dejó para después.

     Vamos a los sueños de la misma noche del día del asesinato que presagiaban lo peor, tanto el del propio César, como el de su mujer Calpurnia, que aún fue más revelador, y por ello se opuso firmemente a que su esposo acudiera ese día al Senado, e incluso que no debería salir de casa. Mientras, César no dio importancia al suyo, Calpurnia soñó que se derrumbaba el techo de su casa y que su marido moría apuñalado en su seno. Ya que había decidido no salir, Décimo Bruto fue en su busca y lo animó para que fuese, ya que los senadores llevaban un tiempo esperándole y su ausencia sería mal vista. Se puso en marcha alrededor de las 11 de la mañana. Lo que ocurrió después ya lo sabemos, está “in mente” de todos.

     Respecto a los sueños que nos transmiten los historiadores, me gustaría recordar que para la mayor parte de los pueblos de la antigüedad no eran una cuestión banal. Recordemos los famosos sueños del faraón de las siete vacas gordas devoradas por las siete vacas flacas y que tanto atemorizaban al monarca y que José, sabiamente, interpretó. Si ocurrió o no, esa no es la cuestión, lo importante es que en las sociedades primitivas y antiguas era un tema considerable, no solo entre las persones menos cultivadas, también en afamados escritores y filósofos. Como siempre hay excepciones, de Cicerón, mejor ni hablar, pues para él, los sueños no merecen ningún crédito ni respeto. La voz del escepticismo más completo. Hay que esperar al siglo XIX para que científicos como Freud se ocupe de ellos en su célebre libro sobre La interpretación de los sueños, que en este caso no nos aporta nada. Sin embargo, otros científicos, como Jung, piensan que todos los sueños son revelaciones de una sabiduría superior, o Erich Fromm, por ejemplo, proponen que en los sueños participan las dos características del hombre: La irracional y la racional. Y el análisis de los sueños consistiría en averiguar, cuándo exponemos lo peor de nosotros mismos, o bien, lo mejor y más elevado moral e intelectualmente. En fin, que podemos ser más inteligentes durmiendo que despiertos, de cosas que nos han pasado desapercibidas por el día y en la concentración de la noche las comprobamos. Esto es lo que le pudo pasar a Calpurnia, que vio con más claridad el peligro que corría su marido en sus sueños que en la realidad. Acabo con una información de Plutarco, cuando al día siguiente Julio César se encontraba rodeado en el Senado, solo se le ofrecía hierro por todas partes.

        R.R.C.

miércoles, 4 de junio de 2025

COLUMNARIO DE OCHO REALES

 

     Esta bella pieza de plata acuñada en México en el primer tercio del siglo XVIII, y más concretamente en 1733, como podemos ver en su reverso. Limitadas ambas caras por una pequeña grafila dentada unida al listel protector, impresa justo cien años después de un centén segoviano de oro equivalente a cien escudos y que podría ser la moneda más grande del mundo, con más de 70 mm de pabellón. En el anverso del columnario, comprobamos  un gran escudo de España con los reinos que lo integran en su interior, con una elegante y enorme corona, lo cual lo identifica con el soberano, en este caso un Borbón, y la flor de lis, que en heráldica representa el lirio asociado a la monarquía francesa principalmente, y encarna la pauta a seguir por la misma: nobleza, poder y soberanía. Fuera del escudo aparece a su derecha el valor de la moneda, o sea, 8 reales, y a la izquierda una marca de ceca. La leyenda en latín dice: “REY FELIPE V POR LA GRACIA DE DIOS DE ESPAÑA Y DE LAS INDIAS”.    

     En el reverso, circunvalando la moneda se encuentra la fecha de emisión ya indicada más arriba, y la leyenda: “AMBOS SON UNO”. En el centro del campo, y entre las columnas de Hércules, que envuelven una cinta con las conocidas palabras latinas: “PLUS ULTRA (MÁS ALLÁ)” del océano Atlántico (simbolizado en las líneas onduladas de agua que se exhiben bajo las mismas), aparecen  dos globos terráqueos que representan a los hemisferios oriental y occidental, unidos por la corona española en la parte superior

      R.R.C.

miércoles, 28 de mayo de 2025

MONEDAS ANTIGUAS

 

     A falta de otros medios, como tenemos actualmente, las monedas fueron un invento perfecto allá por el siglo VII A. C. en el reino de Lidia, para transmitir: mensajes, propaganda política o religiosa de cualquier tipo, ideas… y también arte y esplendor. Los antiguos gobernantes fueron muy conscientes de ello, y casi desde el principio, utilizaron este práctico medio de pago que facilitó el comercio tanto local, como nacional e internacional. También se utilizaron como herramientas diplomáticas entre los países, y el prestigio que les daba tener una buena, atractiva y valiosa moneda. Simbolizaban el poder de los gobernantes y eran la envidia de los que no se la podían permitir. Algunas piezas muy valiosas circularon poco como medios de pago, y se utilizaron más como regalos a personajes importantes para ganar su confianza. Otras, las valoramos más como “pequeñas” obras de arte, ya que algún acuñador, consciente de ello, estampaba su nombre en las piezas que martilleaba, Kimon de Siracusa, por ejemplo. Aunque lo normal en la antigüedad es que la valoración de la moneda solo tenía en cuenta su peso y el material que se había empleado: oro, plata y bronce fundamentalmente.

     Hoy en día, las monedas antiguas se valoran teniendo en cuenta multitud de factores y no el valor intrínseco que tienen por ellas mismas, así que, una moneda de bronce o plata puede sumar más que una de oro del mismo peso. Una de bronce podría alcanzar un millón de euros, mientras que una de oro valdría menos. Todo dependerá de la rareza; estado de conservación; belleza; datos que se tengan sobre la misma; grado de certeza de que no es una falsificación; calidad de los cuños empleados, que se deterioraban con un uso prolongado; presencia de pátina que pueda embellecer o afear la pieza (algo que no ocurre con las de oro, ya que no se oxidan); por ser de impresión manual unas están mejor centradas que otras; información histórica que transmitan, máxime si tenemos escasez de otras fuentes; tanto oferta como demanda de la misma… En fin, muchos factores que el mundo antiguo no tuvo en cuenta, pues lo importante para ellos era su peso y el metal utilizado. Por cierto, en la antigüedad también había muchas falsificaciones de distinto tipo; desde particulares, al propio Estado. Todo lo que tiene valor si se puede falsificar se falsifica.

     Cada moneda es un pequeño trozo de historia, que si la sabemos escudriñar nos puede transmitir tanta información como un texto escrito, o confirmar una fuente histórica. También, en muchas de ellas hay arte en su impronta, es decir, en las imágenes y leyendas que aparecen en sus caras. Ambas cosas atraen a muchos compradores y museos. Aunque coleccionar monedas antiguas es un lujo muy caro, y que pocos se pueden permitir, yo desde luego no, ya que vivir de una pensión pública no te ofrece esa oportunidad, pero queda una alternativa, pues con el avance de la tecnología se pueden hacer precisas réplicas, muy parecidas a las originales por muy pocos euros en Internet, entre cinco o diez euros normalmente, por ejemplo. No es lo mismo una réplica que una moneda falsa, pues la réplica se limita a imitar la original y se vende como tal, mientras que la falsa hace pasar por original una réplica. Por último, mientras los antiguos gobernantes regalaban monedas originales a otros para agasajarlos, yo regalo réplicas a mis amistades para complacerlos.

      R.R.C.


viernes, 23 de mayo de 2025

DENARIO DE TITO


     Ante la falta de poder conseguir en Internet una moneda original en buen estado, he preferido utilizar una copia bastante exacta de las que venden a través de la red. Es un denario de plata que circuló mucho en su época, cuyo peso debe de andar por los 3.5 g y de18 a 20 mm de diámetro. Se acuñó cuando su protagonista todavía no era emperador, puesto que alcanzó este rango entre los años 79 y 81 d. C  A pesar de que la moneda lo escriba en su anverso, hay que entenderlo como un general victorioso. En ella vemos un rostro barbado de facciones duras mirando hacia la derecha con la cabeza laureada, en lo que parece ser una efigie bastante realista del personaje. A parte de la grafila de puntos que observamos por ambas caras, en la faz aparece la leyenda: Titus CAESAR IMPerator VESPASIANUS (TITO CÉSAR EMPERADOR VESTASIANO). 
     Mientras tanto, en el reverso vemos una impresionante águila, con sus alas desplegadas que ocupa gran parte del campo del denario. Se encuentra parada sobre un pedestal de piedra engalanado, como símbolo imperial de poder y fuerza. Podemos leer a su derecha y a su izquierda: COnSul V, que nos llevaría al año 76 d. C. como fecha de impresión de la misma.
       R.R.C.

jueves, 22 de mayo de 2025

El anillo del Pescador

     Es la sortija que simboliza el poder del papa y que todos vienen recibiendo desde hace unos 750 años, ya que las primeras referencias a esta pieza datan del siglo XIII, de 1265 para ser exacto. El material que se utiliza para esta obra de la orfebrería es el oro, y cada papa cuando comienza su pontificado recibe uno personal e intransferible hasta su fallecimiento, que será destruido para que no se pueda hacer un uso indebido de él. En aquellos tiempos, como se diría en el lenguaje bíblico, era habitual marcar los documentos papales con este anillo-sello, que lleva a San Pedro con las redes de pescador (Yo os convertiré en pescadores de hombre, como les dijo Jesucristo a sus apóstoles), y suele haber un hueco para las llaves del cielo que Jesús concedió a San Pedro, el primer papa y del que todos proceden de él hasta León XIV, el número 167 de la Iglesia católica descendiente directo de San Pedro (como todos los demás), y no del papa anterior como a muchos les gusta decir.

     En latín, el Anulum Piscatoris (el anillo del Pescador), también lleva inscrito, en este caso en su interior, el nombre del papa actual. El oro que se emplea para el nuevo anillo procede del anillo anterior, que se funde con el objeto de hacer el nuevo. Luego si esto se ha hecho a lo largo de siglos, el oro empleado siempre es el mismo. Así que, aunque el papa anterior prefirió la plata como signo de humildad, realmente no se ahorró oro, pues el anillo de Benedicto XVI, simplemente se rayó y no llegó a fundirse, excepcionalmente, pero ahí estaba.

       R.R.C.

lunes, 19 de mayo de 2025

LA TUMBA DE SAN PEDRO


      Era costumbre en el mundo antiguo fijar algún lugar en el que había ocurrido un hecho extraordinario, que sus seguidores, con la intención de que no cayera en el olvido y ante la falta de otros medios que, podríamos denominar, más modernos, levantaran algún tipo de monumento, o tratarlo con alguna significación especial de mayor o menor envergadura, según  la capacidad de los interesados para que no cayera en el olvido de las futuras generaciones. Algo así, ocurrió con la tumba del apóstol Pedro, al que Jesús mismo nombró su representante en la tierra para cuando Él no estuviera.  Además, en este caso de la tumba y restos de San Pedro, la tradición, la historia, la arqueología, la epigrafía y la antropología forense van de la mano.

     En época de Nerón, en la segunda mitad del siglo I tuvo lugar una persecución cruenta contra los cristianos en Roma, en la que se vio envuelto el propio Pedro que fue crucificado boca abajo, pues él mismo no se consideraba digno de morir como su Señor. Ejecutado en el circo, fue enterrado cerca en la colina Vaticana en una humilde sepultura en el suelo. El historiador Eusebio de Cesarea (siglos III-IV), nos transmite que en el siglo II un pequeño monumento funerario (con el objeto que ya apunté al principio), lo destacó en su tiempo el presbítero Gaio en el siglo II. A este pequeño monumento (edículo) se le conoce precisamente como “Trofeo de Gaio”, lo cual dio lugar a peregrinaciones a este lugar por parte de los antiguos cristianos.

Trofeo de Gaio (maqueta)
     Constantino I, el primer emperador cristiano, ordenó que se erigiera una basílica en el siglo IV para ennoblecer este emplazamiento tan importante para los seguidores de Cristo, de la que hoy en día no queda nada. En vista de ello, el papa del siglo VII Gregorio Magno, también hizo levantar una construcción en el mismo sitio, camuflada por otra obra en el siglo XIII por decisión del papa Calixto II. Una vez que llegamos al Renacimiento, con el papa Julio II en el siglo XVI, comenzamos a ver la actual basílica del Vaticano, y justo bajo su cúpula que inició Miguel Ángel, y acabada por sus discípulos, se levanta imponente esta edificación, bajo ella, y en el centro de la misma se encuentra la tumba del apóstol. Así que, todos los edificios que se llevaron a cabo a lo largo de la historia, respetaron desde el primer momento el sepulcro del primer papa.

     Excavaciones arqueológicas llevada a cobo en 1939, descubrieron un gran número de tumbas paganas, pero una de ellas presentaba ilustraciones cristianas, e incluso una pared coloreada de rojo en la que se había levantado el Trofeo de Cayo, ya mencionado. En fin, se iba por buen camino, pero el inconveniente era que no había restos óseos. Un hecho afortunado permitió que Margherita Guarducci, epigrafista y arqueóloga de gran prestigio, observara que sobre la pared del primitivo inmueble había unos grafitis en lengua griega, que indicaban que Pedro estaba allí, especialmente dos: “Cerca de Pedro” y “Pedro está aquí -Petros eni-”. Llegada a este punto, fue informada que con anterioridad los trabajadores habían hallado un nicho en la pared cubierto de mármol, y que habían sacado los huesos. Lo cual sugería que tenían una alta probabilidad de ser las reliquias de San Pedro. Además, el monograma que los primeros cristianos, e incluso los de hoy en día, utilizan como señal de Pedro, es decir, una llave, que es lo que da a entender una “P” y una “E” mayúsculas en el palo de la “P”.

     Por otra parte, respecto a los huesos, los cuales fueron cambiados de sitio en distintos momentos, aunque siempre cercanos al original donde se encontraban, los examinó el catedrático de antropología de la Universidad de Palermo, Venerato Correnti. Después de un concienzudo estudio, observó que los huesos tenían tierra igual que la de la tumba atribuida a San Pedro, mientras los demás huesos extraídos de la catacumba no la tenían, además de un color rojizo que provenían, probablemente, de un paño dorado y púrpura en el que fue envuelto el cadáver junto con hilos de oro. Todo indica que estamos ante un personaje importante y sus huesos fueron retirados del emplazamiento original para proteger su dignidad. Todos estos huesos pertenecen a la misma persona; robusta, de unos 60 o 70 años y vivió en el siglo I. Por último, un detalle que no podemos perder de vista, es que no había restos de los pies, lo que confirmaría la antigua costumbre romana, de aquellos que crucificaban boca abajo, como es el caso, le daban un hachazo a la altura de los tobillos para que cayeran de la cruz, que les era menos molesto que desatarlos. No me gustaría terminar, sin contar una curiosa anécdota. Resulta que junto a los huesos del apóstol aparecieron también unos huesecillos de ratón, que probablemente se coló en la tumba y después no encontró la salida.

     En consecuencia, cuando el papa está diciendo misa en el altar mayor de la Catedral de San Pedro, justo debajo, se encuentra la tumba del apóstol.

       R.R.C.

sábado, 17 de mayo de 2025

Anillo-sello de oro griego

 

       Este precioso anillo-sello de oro griego de mediados del siglo  V a. C. conservado en el Museo del Hermitage, de San Petersburgo (Rusia), fue descubierto en una necrópolis en la península de Crimea en el norte del mar Negro en 1854. Por el estilo que presenta es posible que se haya elaborado en alguna polis griega del oeste de Asia menor. La figura de un hombre persa que vemos sentada en una silla plegable sin respaldo (se denominaba δίφρος difros), con túnica drapeada sobre sus piernas, nos indica un estatus elevado que podría ser el de un noble u otro personaje de alto rango. Desde luego, el orfebre en un estilo refinado y meticuloso consigue dotar a la escena de una gran belleza, en la que el personaje revisa una flecha antes de ser utilizada, con el objeto de que no tuviese ningún inconveniente, como podría ser que la caña no continuase recta, o que la punta no esté bien sujeta. Vamos, que no quería sorpresas tras ser disparada.

     Si atendemos a la parte superior derecha, observamos que en el límite mismo de la sortija y en muy bajo-relieve, el nombre de ΑΘΗΝΑΔΗΣ, en letras griegas, que en nuestro alfabeto sería: Athenades, es decir, el nombre del orfebre  que se sentiría muy satisfecho de su obra. Otros opinan que es el nombre del propietario del anillo, pero yo creo que es del autor, ya que aparece de una manera muy discreta en la pieza, y no entorpecería su uso cuando fuese utilizada por su dueño como sello, o sea, a modo de firma.

     R.R.C. 

martes, 13 de mayo de 2025

DENARIO ROMANO (MACRINO)

 

     En esta pequeña moneda de plata, nos encontramos con un retrato muy bueno de Macrino, un emperador de principios del siglo III que estuvo poco más de un año en el poder, entre el 217 y el 218 hasta que fue ejecutado tras ser derrotado por las tropas de Heliogábalo. En el anverso vemos su efigie mirando hacia la derecha con gran realismo y minuciosidad, una larga barba que cae con ondulaciones, cabeza laureada y ropaje drapeado. En torno a él, observamos la leyenda: IMP CM OPEL SEV MACRINUS AUG  que una vez desarrollada queda como sigue: IMPerator Caesar Marcus OPELivs SEVervs MACRINVS AVGustus (EMPERADOR CÉSAR MARCO OPELIO SEVERO MACRINO AUGUSTO)

      En el reverso, vemos de pie a la diosa Providencia, que personificaba las virtudes   que incluía el culto imperial. También podemos reconocer en ella, la influencia en el pensamiento cristiano de la “Divina Providencia”. Con su brazo derecho sostiene un cetro, mientras que con el izquierdo, porta una cornucopia, es decir, un cuerno que representaba la abundancia, entretanto, advertimos en sus pies un globo ¿terráqueo? La leyenda que la rodea pone en latín: PROVIDENTIA DEORUM, que podríamos traducir como LA PROVIDENCIA DIVINA.

     Por último, este denario no alcanza los 3.5 g de peso y presenta unos 18.5 mm de diámetro, martilleado en el 218 d. C., seguramente en Roma.

       R.R.C.

lunes, 12 de mayo de 2025

LAS GAVIOTAS DE SAN PEDRO


     Qué duda cabe, que las gaviotas que el mundo entero pudo ver en el tejado de la capilla Sixtina durante el desarrollo del cónclave, del que salió elegido el papa León XIV, se han convertido en las aves más famosas de la historia. Y, si a eso añadimos que estaban cuidando y alimentando* a su cría, coincidiendo, además, con la fumata blanca de la chimenea, la cual informaba al orbe de que había un nuevo papa, la escena no podía ser más emotiva y alegre. De esta suerte, se ha hecho viral en todo el globo.

     La forma de comunicar mensajes a través de humo tiene un largo recorrido, ya que está documentada desde mediados del siglo II a. C. por los antiguos griegos, para lo cual encendían una hoguera y mezclando distintas hojas y ramas obtenían una amplia gama de grises entre el blanco y el negro, así como distintas formas. Con el mismo objetivo, los nativos indígenas de Norteamérica también utilizaron las señales de humo para comunicarse entre ellos; de enemigos a la vista, por ejemplo, que las películas del oeste se encargaron de popularizar.

     Nos podríamos preguntar por qué la Iglesia continúa con este antiguo ritual a la hora de comunicarse con sus fieles en los tiempos que corren, con la cantidad de medios de comunicación que existen actualmente, siguen con su famosa chimenea que utilizan desde hace tiempo. Para empezar, tienen que montarla y desmontarla cada nuevo cónclave, y aunque esto el espectador no lo ve, conlleva un trabajo enorme y meticuloso, en donde participan muchísima gente y hay que tomar demasiadas precauciones, entre otras razones para no dañar el techo que pintó Miguel Ángel en la Sixtina. Se trata de un proceso complicado, ya que actualmente se utilizan dos calderas, conectada una de ellas por un tubo a la salida principal que observamos en el tejado. En una de ellas se queman las papeletas de la votación, y en la otra, especialistas en la materia utiliza productos químicos suficientemente probados para producir humo negro o blanco, para evitar confusiones. Antiguamente, se quemaba paja húmeda para producir humo negro, o paja seca para le fumata blanca. Pero, a veces, el humo salía con tonalidades grises y despistaba al personal a la hora de interpretarlo. Luego, la fumata que vemos salir por la chimenea es la combinación de los gases producidos por dos calderas, fundamentalmente la que utiliza productos elaborados al efecto.

     El hecho de comunicarse a la antigua usanza, es decir, con humo, no es solo por tradición, también tiene un sentido teológico, como el hecho de quemar incienso, si seguimos las opiniones de la profesora de la Universidad de Birmingham, Cándida Moss, “como una forma de comunicación humana con lo divino", y añade: "En la tradición católica, las oraciones 'ascienden' hasta Dios. El uso del humo evoca estos rituales religiosos y la estética de asombro y misterio que los acompaña". También añade a la razón de las personas que se encuentran presentes en la plaza de San Pedro,  "sentirse incluidas, como si estuvieran incorporadas a este asunto misterioso y secreto". Por lo que podríamos deducir, que este antiguo ritual está colmado de motivos simbólicos.

*Aunque en las imágenes no se ve como la madre alimenta a la cría, hay varios vídeos circulando por las redes que así lo corroboran.

       R.R.C.  



sábado, 10 de mayo de 2025

EL NUEVO PAPA LEÓN XIV

 

     El 8 de mayo de 2025 fue elegido un nuevo papa por los cardenales de la Iglesia católica en el incomparable marco de la capilla Sixtina del Vaticano. No se hizo esperar mucho, y en la cuarta votación hubo fumata blanca en la chimenea instalada para este propósito, cuando tan solo llevaban reunidos desde la tarde del día anterior. El papa 267 desde San Pedro, nombrado  por el propio Jesús para esta difícil tarea. Ha elegido eL nombre para su pontificado de León XIV, el cardenal estadounidense Robert Prevost. Como siempre suele ocurrir, había otros candidatos con más posibilidades “a priori”, pero se ha cumplido la máxima de “quién entra papa al cónclave sale cardenal”. También quiero aclarar desde el principio, que el nuevo papa es sucesor de San Pedro, ante todo, y no del papa anterior o del papa que toma el nombre. Se espera del nuevo sumo pontífice que marque su propia línea doctrinal, como no puede ser de otra manera.

     Ha sido sorprendente la cantidad de contertulios de cualquier clase; de todas las creencias, opiniones e ideologías posibles, que se han puesto a interpretar el por qué ha elegido el nombre de León. La mayoría de estos expertos ya han llegado a la conclusión de que pretende seguir la línea marcada por su antecesor León XIII, de finales del XIX y principios del XX, en asuntos sociales (encíclica Rerum Novarum, la primera de la Iglesia Católica que aborda estas cuestiones), y de ahí que haya escogido este potente nombre que procede del latín, el cual, dicho sea de paso, representa simbólicamente al evangelista Marcos, pues comienza informándonos de la voz clamando en el desierto de San Juan Bautista, equiparando su voz al rugido enérgico del león, igual que será la de Jesús.

     De todos los que yo he escuchado sobre este asunto, todavía no he oído ni leído nada al respecto del primer papa que llevó este nombre a mediados del siglo V de nuestra era, y que su papado de prolongó durante más de 20 años, y ha sido uno de los papas más importantes de la Iglesia católica, como lo prueba una multitud de hechos. Fue el primero en ser llamado MAGNO, así que se le conoce como León I el Grande. Asimismo fue nombrado Doctor de la Iglesia. Tuvo que hacer frente a herejías que se propagaron en su tiempo. Fue un gran teólogo, como demuestran multitud de escritos que han llegado hasta nosotros (abundantes sermones y cartas). Incluso, ha sido reconocido santo. Por cierto, también fue el primero en utilizar el título de Pontífice Máximo, que anteriormente poseían los emperadores, pero que ya no lo hacían desde el 382, pues se refería a los dioses paganos y en estas fechas el Imperio ya era oficialmente cristiano.

     No me gustaría acabar esta entrada, sin traer a la memoria dos hechos de carácter político de vital importancia para el Imperio romano durante su pontificado. El primero de ellos tuvo lugar en el año 452 en la ciudad de Mantua, un encuentro con el temido rey de los hunos, Atila. Sin más armas que la palabra y acompañado de una pequeña corte, convenció a Atila para que no atacase y destruyese Roma, que era su principal objetivo, diese media vuelta y se fue para no volver. ¿Qué hablaron? Nadie lo sabe con certeza, aunque se barajan distintas opiniones en las que no entraré, ya que ninguna de ellas ha sido probada. Hay que decir que el Imperio pasaba por una debilidad extrema, con Valentiniano III a la cabeza (de valiente solo tenía en nombre). Tres años después, una situación similar se produjo con los vándalos de Genserico. Esta vez sí entraron en Roma, pero León I les convenció de que solo la saquearan, que respetaran las vidas de sus habitantes, las iglesias y  que no la incendiaran. Podía haber sido peor sin la intervención del papa.

     Volviendo al inicio del post, quién sabe qué pasó a Robert Prevost por su cabeza cuando eligió llamarse León para su mandato. Desde luego, yo no descartaría al pontífice número 45 de la Iglesia católica San León I el Magno. No obstante, horas después de escribir esta entrada, el propio papa ha comunicado a los cardenales, que la principal razón para elegir su nuevo nombre fue el pontífice León XIII. Si él mismo lo dice. Amén.

      R.R.C.   

miércoles, 30 de abril de 2025

HABEMUS PAPAM

 

     Es la parte más importante de la fórmula que con pequeñas variantes se viene utilizando desde el siglo XV (Renacimiento) en adelante, cuando la Iglesia católica anuncia a la ciudad de Roma y al mundo la elección de un nuevo papa, tras el cónclave celebrado una vez fallecido el anterior. Esta notificación hecha en latín (idioma oficial de la Iglesia católica), se manifiesta desde el balcón principal de la basílica de San Pedro del Vaticano.

     La fórmula completa, una vez traducida al español, dice como sigue: “Les anuncio una gran alegría: ¡Tenemos Papa! El eminentísimo y reverendísimo señor, Don (nombre anterior a la elección), el cardenal de la Santa Iglesia Romana (el apellido correspondiente) quien se ha impuesto el nombre (el que utilizará para su pontificado). Por cierto, es opción del elegido mantener su mismo nombre, tal y como se hacía en los primeros siglos de la cristiandad, hasta que llegó a la silla de Pedro el papa Juan II, cuyo nombre de pila era Mercurio, un dios pagano romano que no le parecía adecuado para el representante de Cristo en la tierra, y eligió para su pontificado el nombre de un predecesor llamado Juan. Si profundizamos un poco más, el mismo Jesucristo cambió el nombre al que se considera primer papa: a Simón, al que llamó Pedro. Por respeto, ningún otro pontífice quiso llamarse igual, aunque no hay ninguna ley que lo prohíba. El cambio de nombre del que es elegido pontífice se interpreta como que, a partir de ese momento, inicia una nueva vida y rompe con la anterior, ya que ahora se debe al mundo. Recordemos que la palabra católica significa universal.

     Volviendo a la fórmula completa para la elección de un nuevo papa, sugiere bastante un par de versículos del cap. 2 del evangelio de San Lucas, donde nos informa que el ángel dijo a los pastores que se hallaban en el campo: “No temáis, os traigo una buena nueva que será motivo de gran alegría para todos; hoy os ha nacido en el pueblo de David un Salvador, que es el Mesías, el Señor”. Respecto a ¡HABEMUS PAPAM! Tenemos que tener presente que es una frase latina que se adapta a la sintaxis de esta lengua, en donde una misma palabra cambia de forma según la función que desempeña en la oración. Empezando por la última, papam, hace de complemento directo y, por lo tanto, tiene que estar en acusativo (ya que en latín existen declinaciones) y se consigue añadiendo una m final a la palabra. Habemus es primera persona del plural del presente indicativo del verbo habere, infinitivo que equivale al verbo tener en nuestro idioma. En consecuencia, Habemus Papam lo traducimos por “tenemos papa”. Si papa no llevara la m final, sería incorrecto, al no cumplir su función gramatical.

     Bueno, ahora solo nos queda esperar la fumata blanca y al cardenal protodiácono anunciando: ¡HABEMUS PAPAM! Y repique de campanas.

        R.R.C.

viernes, 25 de abril de 2025

EL CÓNCLAVE MÁS LARGO DE LA HISTORIA


      El cónclave más largo de la historia tuvo lugar en la Baja Edad Media, concretamente entre 1268 y 1271 con una duración de dos años y nueve meses, desarrollado en una pequeña ciudad al norte de Roma llamada Viterbo. Aquí se reunieron en su catedral tan solo unos 19 o 20 cardenales (según las fuentes que se consulten), y se metieron en un callejón sin salida, ellos solitos, que levantó muchas ampollas; tanto en las autoridades de la ciudad, que se hacían cargo de todos los gastos, pues pertenecía a territorios de la Iglesia, como de los habitantes de la misma, que por “cortesía” también corrían con los gastos, tanto de las autoridades religiosas, como de sus séquitos.

     Para ser elegido papa necesitabas una amplia mayoría, en este caso de 14 votos de los cardenales presentes allí reunidos, pero había dos facciones de unos 7 cardenales cada una, muy enconadas entre sí por cuestiones políticas. Además había otras dos sensibilidades que tenían pocas opciones por su escasa representación. Mientras de las dos facciones más importantes una prefería un papa francés (los carolinos), la otra (los gibelinos) quería uno más acorde con el Sacro Imperio Romano Germánico, que tenía unas relaciones complejas entre los mismos estados, ciudades… que lo integraban, y un emperador de la confederación con más poder simbólico que real.

     El papa fallecido Clemente IV residía en Viterbo, para librarse del ambiente enrarecido que se apoderó de Roma desde tiempo atrás, y en su catedral se celebraban las votaciones diarias, para después pasar a intervalos más largos conforme pasaba el tiempo sin alcanzar acuerdo alguno. A si mismo las autoridades y ciudadanos en la ciudad estaban perdiendo la paciencia ante esta historia interminable, también por los gastos que le suponía a todos. Llegó un momento en el que cambiaron de sitio a los cardenales, los llevaron a un edificio papal y los encerraron allí con llave (cum clave en latín, y de aquí viene cónclave, como se le conoce ahora a la elección de un nuevo papa), hasta que no eligieran un nuevo sumo pontífice.

    A pesar de ello, no hubo avance alguno. No obstante, tuvieron una idea: reducir la cantidad de pan, alimentos y agua que recibían los enclaustrados. Ni aun así alcanzaban un acuerdo, y las autoridades ordenaron despojar gran parte del techo donde se reunían, comían poco y dormían. Así, que sin techo interpuesto entre los cardenales y el Espíritu Santo, Dios los iluminaría mejor a la hora de la elección. Algunos cayeron enfermos ante su nueva situación de estar las 24 horas bajo el sol y las estrellas, soportando el frío, el calor o la lluvia. Tres de ellos murieron. El problema continuaba irresoluble.

     Al final, llegaron al acuerdo de que solo 6 miembros seleccionados de una manera equilibrada conseguirían el “milagro” de elegir un nuevo papa, como así fue. Recayó sobre un diácono que se encontraba luchando en una cruzada en Tierra Santa, que ni si quiera era sacerdote. Bueno, al menos, era un diácono: T. Visconti, y puso punto final a la crisis, ya que cuando fueron a comunicarle la decisión, aun con titubeos, aceptó el nombramiento, para ser coronado el 27 de marzo de 1271 en Roma, donde trasladó la sede papal, con el nombre de Gregorio X. Por último, el cónclave más breve de la historia duró unas pocas horas, cuando fue elegido Julio II en pleno Renacimiento, en octubre de 1503.

NOTA: Hoy día para ser papa tan solo basta que seas hombre menor de 80 años y estar bautizado. Aunque eso nunca ha ocurrido.

       R.R.C.

jueves, 17 de abril de 2025

LA PRIMERA DENUNCIA DE VIOLACIÓN DE LA QUE TENEMOS NOTICIA

     En el papiro egipcio "Salt 124” de hace más de 3000 años y conservado en el Museo Británico de Londres, tenemos la primera denuncia por escrito de la historia de una violación, que además viene acompañada de otros muchos delitos cometidos por un siniestro “personaje”, que ejerció como capataz ilegalmente en la construcción de las tumbas faraónicas en el Valle de los Reyes del Antiguo Egipto, cuando gobernaba la XIX dinastía. Él vivía en la ciudad de artesanos de Deir el Medina, un poblado próximo al campo de trabajo cercano a la ciudad de Tebas, capital de Egipto en esos momentos. Se cree, que Paneb había conseguido su inmerecido puesto de trabajo con algún tipo de soborno, ya que debería haber recaído en el hijo genético del antiguo capataz, pues él era adoptado y no descendía directamente del mismo como era costumbre.

     Los delitos de esta ”prenda” eran numerosos y graves, como asesinato, perjurio, robo, asalto, homicidio, blasfemia contra los dioses, hurto de las herramientas de trabajo, adulterio, favoritismo, malversación y violación, así como de desvalijar las tumbas reales. Desde luego, este último conllevaba con toda seguridad la pena de muerte. También se sabe que maltrataba con gran severidad a sus subordinados. Asimismo, logró formar una banda de delincuentes que se enfrentaba a otras de su tiempo. No podía faltar el despreciable delito de arrojar a una mujer contra una pared, desnudarla y violarla después, lo que sería, como vimos más arriba, la primera información de una violación de la que tenemos constancia escrita hasta ahora. El acoso femenino formaba parte de su “curriculum”.

     Bueno, al final que pasó con Paneb, desgraciadamente no lo sabemos. Si hubo juicio desconocemos la sentencia, así que, lo más probable es que nunca averiguaremos si pagó por sus múltiples delitos. No obstante, consiguió la inmortalidad, que tanto ansiaba el pueblo egipcio, pasando a la historia.

NOTA: Imagen del papiro que nos informa del caso escrito con caligrafía hierática.

        R.R.C.

miércoles, 16 de abril de 2025

CEREMONIA DE APERTURA DE LA BOCA DE TUTANKAMÓN

 

     La imagen que estamos contemplando corresponde a la pared norte de la cámara funeraria de la mundialmente conocida tumba de Tutankamón, y los personaje que vemos de pie son su sucesor y antiguo visir del joven faraón situado a la derecha Ay, que aparece con el tocado de los reyes en el campo de batalla y en determinadas ceremonias, y una piel de leopardo muy destacada que nos indica que también se muestra como sacerdote (sem) de las honras fúnebres; y el propio Tutankamón a nuestra izquierda representado como Osiris, el dios del inframundo (Amenti).

     Lo que se está llevando a cabo en la imagen es un ritual mágico conocido como ceremonia de la apertura de la boca, para lo cual el sacerdote, en este caso, el nuevo faraón Ay, con una azuela (herramienta que sirve para trabajar la madera, entre otras cosas) que lleva en sus manos, para que el difunto recupere todos los sentidos que tuvo durante su existencia terrenal, ya los iba a necesitar para su nueva vida futura. No solo la boca, también los ojos, la vista, el oído, etc. En el fondo, la podemos entender como la creencia en la transición a una nueva vida con las mismas necesidades que la nuestra, pero feliz y para toda la eternidad. Luego, como dice una bella canción española: “La muerte no es el final” para los antiguos egipcios.

     Estos frescos seguían las reglas o cánones de las pinturas egipcias en general, es decir, la cara, los brazos y las piernas de perfil; mientras el cuerpo y el ojo de frente. Eran representaciones planas, por lo tanto, no muestran distintas tonalidades y, cuando las vemos, son fruto del desgaste de los pigmentos por el paso del tiempo. No exhiben ningún tipo de perspectiva, y el tamaño de los personajes únicamente responde a sus estatus social, a una jerarquía, y no a que se sitúen en distintos planos. Los dioses, el faraón y los altos funcionarios son las figuras más cuidadas en todo el arte egipcio en general.

     Vamos ahora a los jeroglíficos que comprobamos a la altura de las cabezas de ambos mandatarios. El texto correspondiente al faraón Ay, hay que leerlo de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, y traducido al español dice lo siguiente: El dios perfecto, Señor de las Dos Tierras (Alto y Bajo Egipto); Señor de los rituales (o Señor de la oración); Rey del Alto y Bajo Egipto: Manifestaciones del dios Ra (dentro de un cartucho ovalado); El hijo de Ra: Dios Padre, Ay, glorioso Señor gobernante de la ciudad de Tebas (dentro del segundo cartucho); Que sea dotado de vida como Ra eternamente y para siempre (aunque parezca una redundancia). El siguiente texto situado frente a Tutankamón, lo leemos de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo, dice lo siguiente: El dios perfecto, Señor de las Dos Tierras (ya sabeos que se refiere al Alto y Bajo Egipto); Señor de las apariciones; Rey del Alto y Bajo Egipto: El Señor de las manifestaciones es Ra (en el primer cartucho); el hijo de Ra: Tutankamón, gobernador de Heliópolis del sur (en el segundo cartucho); Que sea dotado de vida eternamente.

     Por último, recordar que los faraones tenían hasta cinco nombres que se le fueron añadiendo con el transcurrir de los años. Los dos más importantes eran el Nesut-Bity y el Sa-Ra, o sea,  el de trono (el que aparece bajo la abeja y en junco) y el de nacimiento (el que aparece bajo el disco solar y el pato), los dos se manifiesta en la escena en ambos casos.

NOTA: El Alto Egipto es el sur y el Bajo Egipto es el norte, para estas denominaciones se sigue el curso del rio Nilo.

      R.R.C.

miércoles, 9 de abril de 2025

DENARIO DE JULIO CÉSAR


      Es uno de los últimos denarios que mandó acuñar Julio César, poco antes de su muerte en el Senado. Estamos hablando del año 44 a. C. y de la segunda quincena de febrero, tan solo un mes, o los quince días precedentes a los idus de Marzo. No debe de alcanzar los 4 g de peso y los 20 mm de diámetro. La ceca en la que se imprimió esta moneda de plata estaba en Roma, y el encargado de llevarla a cabo fue el monetario: “PUBLIO SEPULIO MACER”, tal y como leemos en la leyenda del reverso. En el anverso tenemos la inscripción latina: “CÉSAR DICTADOR PERPETUO” nombrado por el Senado ese mismo año. Una perpetuidad muy efímera. El protagonista aparece con la cabeza velada y coronada que ocultaba su calvicie en la parte frontal, dirigiéndose hacia la derecha con mirada penetrante y dureza de facciones.

     Volviendo al reverso, advertimos a la diosa Venus Genetrix (madre) de pie y sosteniendo una victoria con su mano derecha y un centro con la izquierda apoyado sobre un escudo circular. Respecto a esta pieza, pienso que se trata de un escudo votivo, que no eran aptos para el combate, sino piezas ornamentales dedicados a los dioses como agradecimiento por una victoria en el campo de batalla. También habría que destacar la caída de su vestimenta que da lugar a bonitos pliegues. El propio Julio César llegó a afirmar que esta diosa era antepasada suya y, lógicamente, fue honrada por toda la dinastía Julio-Claudia.

       R.R.C.

martes, 8 de abril de 2025

DENARIO DE CÉSAR AUGUSTO


       Esta moneda de plata que no alcanza los 4 g de peso y unos 20 mm de diámetro, fue acuñada, probablemente, en la ceca de Caesaraugusta, la actual Zaragoza, entre los años 19 y 18 a. C. Observamos en su anverso el busto del emperador Octaviano, orgulloso hijo adoptivo de César, con un delicado perfil y con realismo un tanto idealizado. Su cuidada cabellera se encuentra engalanada con una corona laureada con cintas decorativas que caen de la parte trasera. En la leyenda, que rodea el límite del campo de la pieza, aparece simplemente su nombre en latín: “CÉSAR AUGUSTO”. Si le damos la vuelta al denario, vemos una gran estrella de ocho rayos atravesada con la inscripción: “DIVUS IULIUS” (DIVINO JULIO), con una cola de luz en la parte superior conocido como el cometa de César, o como el Gran Cometa del año 44 a.C.

     Durante siete días se estuvo viendo sobre el cielo de la capital del Imperio, lo que fue interpretado por las gentes de la ciudad como el espíritu de César, que ya se encontraba entre los dioses. En consecuencia, el dictador no solo fue divinizado por decreto, ya que el cometa se vio como una prueba de ello. Dataciones actuales han situado la aparición de este astro en el mes de julio, es decir, cuatro meses después de su muerte, que coincide con el mes de su nacimiento, que, por cierto, lleva su nombre. El historiador romano Suetonio, nos informa en la biografía que dedica al personaje sobre este suceso astronómico.

     Para terminar, resulta evidente que Octavio Augusto quiso transmitir con esta moneda propaganda política como hijo adoptivo y sucesor de César. También hay otras monedas con el cometa, acuñadas en cecas de Hispania, hechas con los mismos objetivos propagandísticos. Augusto tuvo tanta suerte durante su mandato que hasta el firmamento se alió con él.

      R.R.C.

jueves, 3 de abril de 2025

ANILLO DE TUTANKAMÓN

 

     Este precioso anillo-sello de oro que perteneció al rey Tutankamón, se encuentra actualmente en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Tiene una antigüedad de más de 3300 años, cuando gobernaba la XVIII dinastía egipcia, a pesar de ello, muestra un estado de conservación admirable, aunque podemos observar que tiene señales de uso. De forma ovalada con un bisel que delimita los signos jeroglíficos, se exhiben armoniosamente distribuidos. Pasemos a ellos.

     En el centro del anillo, vemos el Nombre de Trono del faraón o Nesut-Bity, que una vez traducido al español quedaría como sigue: “El Señor de las manifestaciones es Ra” y en el antiguo Egipto sonaría: Neb-jepeu-ra, leído de abajo hacia arriba. Bien, a ambos lados del nombre real aparecen unos signos de esta bella lengua puesta por escrito, que nos indican que era el amado del dios Amón, a la vez que del dios Atón, y que estaba considerado como el Señor de la vida y de la eternidad (podemos observar una pequeña cruz ansada que cuelga del disco solar de la derecha, y que para los egipcios simbolizaba “la vida”). A ambos lados del círculo central superior (el dios Ra) aparecen dos cobras protectoras del monarca. En consecuencia, el valor simbólico y mágico de esta joya resulta innegable. Por último, en las piezas de joyería de las clases altas de la época, no solo se buscaba el equilibrio, la proporción y la estética, también se pretendía difundir un mensaje y librar a su dueño de la mala suerte.

       R.R.C.

viernes, 28 de marzo de 2025

BRAZALETE PERSA

 

     Del magnífico tesoro persa del Oxus  de época aqueménida, la dinastía fundada por Ciro II allá por el 550 antes de nuestra era, y que gobernó este Imperio hasta que Alejandro Magno puso fin con su conquista 220 años después. Yo destacaría un pequeño carrito que no alcanza los 20 cm y los dos brazaletes de la imagen realizados en oro. El tesoro del que formaban parte fue hallado en el siglo XIX en la ribera del río Amu Daria, antiguamente conocido como Oxus, en Tayikistán, y fue dando tumbos hasta acabar en las vitrinas del Museo Británico en Londres (como no). El problema es, que estos objetos no fueron recuperados en una excavación arqueológica reglamentada, lo cual nos podía haber ofrecido más datos sobre estas joyas y de la cultura persa en general.

     Ambos brazaletes son muy similares y datan del año 500 a.C., y están acabados en dos criaturas mitológicas con forma de águila en la parte superior y un león en la inferior que se denominan grifos. En su momento presentaban incrustaciones de piedras de adorno en los huecos que observamos en la parte superior, en las alas, por ejemplo, aunque tampoco se descarta algún tipo de esmaltes. Por lo tanto, en su época estas joyas se verían de colores con piedras como el lapislázuli, la cornalina, ágata… Presentan una altura de 12.5 cm y una anchura de casi 12. La parte inferior con forma de tubo es hueca, y es presumible que fueran objetos de exposición, más que para llevarlos puestos (desde luego, no serían cómodos de usar). Por último, estos orfebres eran unos auténticos artistas de la belleza, y es muy probable que tuviesen influencia egipcia, pues sabemos que su joyería presentaba una precisión y policromía admirables.

     R.R.C.


jueves, 27 de marzo de 2025

TETRADRACMA DE SABACES


      Egipto, que ya había pertenecido en el pasado al Imperio persa, Artajerjes III lo recuperó de nuevo en el 343 a. C. Considerado como una satrapía (provincia) colocó al frente sátrapas, que se vieron en la obligación de reclutar tropas, muchos de ellos griegos, y pagarles con una moneda de plata que les fuese familiar, como es el caso de la que introduce este escrito, o sea, un tetradracma ateniense, pero con una leyenda con su nombre en arameo, como vemos en el reverso. Concretamente Sabaces o Sabakes (Σαβάκης), sátrapa de Egipto del 343 al 333 a. C., el cual lideró una fuerza militar para ayudar a su emperador Darío III en la batalla de Issos contra Alejandro Magno, en donde perdió la vida. Poco después, el país del Nilo, cae en manos del macedonio

     Al igual que los tetradracmas atenienses estaba realizado en plata, como ya apuntamos, pesaba alrededor de 17 g y tenía un diámetro de unos 24 mm, con forma circular irregular y acuñado a martillo. Presenta a la diosa Atenea mirando hacia la derecha, en el anverso anepígrafo, con yelmo y decorado con hojas de olivo. En el reverso, además de la leyenda en arameo que pone el nombre del gobernante; observamos dos hojas de olivo con aceituna en medio; la luna como un símbolo nocturno; y un ave de rapiña con los ojos bien abiertos, que algunos identifican con una lechuza, otros como un búho y, finalmente, como un mochuelo (opinión a la que me sumo). Más o menos por este orden. El hecho de que expertos numismáticos e historiadores muestren estas discrepancias respecto al animal, y el mochuelo sea la última opción, hay que tener presente que no son especialistas en ornitología. El siguiente cuadro trata de arrojar luz sobre esta cuestión:

     Por último, indicar que estas piezas son más escasas que los tetradracmas atenienses, lo que hace que aumente su valor en el mercado numismático.

      R.R.C.